Erradicar del país la Peste Porcina Clásica (PPC) es el objetivo del Gobierno y de los porcicultores. Desde 2014 se desarrolla una campaña de vacunación masiva, tanto para los animales que crecen en grandes fincas como para los porcinos de traspatio.
Christian Zambrano, coordinador de Sanidad Animal de la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad), explicó que la vacunación se realiza en todo el país, a excepción de Galápagos, donde se erradicó la enfermedad en 2018.
En 2020 se inmunizaron a alrededor de dos millones 423 mil animales y se detectó la presencia de 17 brotes, mientras que en 2019 se localizaron 27 animales enfermos y en 2018, 58 brotes.
“En los últimos seis años identificamos menos animales enfermos; significa que vamos por buen camino, pero necesitamos el compromiso de los porcicultores para continuar con la vacunación”, expresó.
Con el apoyo de 20 operadores a escala nacional, Agrocalidad se encarga del programa de vacunación, principalmente a los animales de traspatio. En cambio, las grandes industrias tienen la vacunación de autoservicio. “Este proyecto se desarrolla de manera exitosa. Cuando empezó había 82 brotes y se vacunaron a alrededor de 700 mil animales”.
“Desde 2018 se redujo los brotes, en aproximadamente un 60%, lo que evidencia que el programa de vacunación funciona. A este ritmo, en dos años se lograría erradicar la enfermedad”, puntualizó el coordinador de Agrocalidad.
La vacuna se debe aplicar desde los 45 días de edad del cerdo y se repite cada seis meses. Una vez aplicada la dosis, Agrocalidad entrega un certificado y se le coloca un arete.
La PPC no tiene ninguna afectación para el consumidor.
Para este proyecto, en 2020, el Estado asignó un presupuesto de un millón 60 mil dólares, cantidad que se mantendrá durante 2021, aseguró Zambrano. “El Gobierno dio prioridad para continuar con el proceso de vacunación y esperamos que el nuevo Mandatario continúe con la campaña”, dijo.
El productor tiene mayor conciencia sobre la importancia de vacunar a los cerdos, contrario a lo que sucedió al inicio del programa. En 2020, a pesar de ser un año difícil por la pandemia, los técnicos de Agrocalidad y los operadores, no dejaron de inmunizar a los cerdos, para evitar que los brotes aumenten.
Al productor le cuesta 1,40 dólares por cada animal, recursos que se invierten en el certificado, arete, pago a los técnicos, etc. El resto lo asume el Gobierno.
Las vacunas se producen en el país y cumplen con todos los estándares establecidos por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). Están en proceso de registro sanitario un par de empresas más, para ampliar la oferta y evitar un desabastecimiento.
El Coordinador de Sanidad Animal de Agrocalidad mencionó que la finalidad es obtener la certificación internacional de que Ecuador es un país libre de PPC, avalado por la OIE. De esa forma, los productores de cerdos podrán exportar sin restricciones y no solo comercializarlo internamente, como sucede en la actualidad.
Tarea importante
La Asociación de Porcicultores del Ecuador (ASPE) es parte del programa de vacunación, con personal en siete provincias. Trabaja conjuntamente con Agrocalidad.
Paúl Parra, su presidente, sostuvo que la erradicación de la Peste Porcina Clásica es importante para el sector y el país, y merece atención por parte del Gobierno. “Se debe tener muy claro los beneficios de erradicar esta enfermedad, porque será la única manera de mirar a los mercados externos; caso contrario las puertas se mantendrán cerradas”, declaró Parra.
aliza un buen trabajo con la vacunación oportuna, tanto en la Sierra como en la Costa. “Los porcicultores pequeños, medianos, grandes y de traspatio, tienen claro los beneficios de la vacunación. En 2022 podríamos acercarnos a una erradicación de la enfermedad y lograr la certificación”, recalcó.El financiamiento es una de las principales preocupaciones que tienen los porcicultores, quienes esperan que el siguiente Gobierno continúe con la asignación de recursos, ya que el programa se encuentra en la recta final.
“Entendemos la situación del país y que los ingresos económicos son limitados, pero hay que privilegiar y priorizar este tipo de esfuerzos, para lograr mejores condiciones sanitarias. De esta forma, el sector privado trabajará más para aumentar la productividad, la eficiencia, el crecimiento y abastecer al mercado nacional e internacional”, opinó el Presidente de ASPE.
Si no hay apoyo económico, el sector porcicultor analizará alternativas para cubrir los gastos del programa y no trasladar todo el valor al productor, “pero la lucha por la erradicación de la enfermedad, no se detendrá”.
José Orellana, director Ejecutivo de la ASPE, manifestó que en Europa y en el norte de EE.UU. se erradicó la PPC hace años, pero en Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela aún prevalece.
La PPC, también, es conocida como cólera porcina. Es una enfermedad vírica contagiosa, causada por un virus del género Pestivirus de la familia Flaviviridae.
“El sector porcicultor anhela terminar con la enfermedad, para buscar mercados en el exterior, puesto que la producción actual, de 180 mil toneladas métricas de carne de cerdo al año, se comercializa únicamente en el mercado local. Existe un pequeño déficit de cuero y grasa, que sirve para elaborar embutidos, y que se importa desde Chile. A la fecha, la cantidad es de tres mil toneladas; hace cinco años fue de 15 mil toneladas”, refirió.
Indicó que Ecuador ha mejorado la producción de cerdos con la aplicación de buenas prácticas de crianza, donde se regulan aspectos de bienestar animal, sanidad, normas ambientales, etc., factores que favorecen el comercio internacional.
“Es fundamental tener la posibilidad de exportar a países deficitarios de carne de cerdo”, manifestó Orellana, quien precisó que China es el mayor productor de carne de cerdo del mundo, pero antes de la Covid-19 tuvo un problema porque llegó la PPC a sus granjas, lo que le quitó casi el 60% de la producción mundial; con la pandemia la situación empeoró”.
Actualmente, China importa carne de cerdo de diferentes países y Ecuador tendría una oportunidad en este mercado. Pero para llegar a eso, se debe reducir los costos de producción, frente a los otros países de la región.
Operadores
Ramiro Apolo, presidente de la Asociación Porcícola de El Oro y operador de vacunación de la PPC, explicó que en enero de 2021, vacunó unos 17 mil cerdos, mientras que un mes antes inmunizó a 19 mil, y en febrero estimaron vacunar unos 17 mil cerdos. “Afortunadamente, desde hace cinco años en El Oro no se han localizado brotes de PPC”, indicó.
El trabajo de Apolo, con el apoyo de varias personas, se centra en los animales de traspatio, para lo cual dispone de suficientes vacunas. Únicamente en noviembre de 2020 hubo un retraso de entrega de una semana.
“De acuerdo con la experiencia de El Oro, donde no existen brotes de la enfermedad sí sería posible cumplir con el objetivo de Agrocalidad de erradicar la PPC en dos años, pero a escala nacional se complica. La pandemia impide cubrir la vacunación según lo programado. En algunos sectores existe resistencia al ingreso de los técnicos por temor al contagio”, recalcó Apolo.
Marco Carrillo, presidente de la Asociación de Porcicultores de Santo Domingo de los Tsáchilas y operador de vacunación en esa provincia, en Esmeraldas y en Manabí, mencionó que la vacunación no se interrumpió en 2020, para evitar un retroceso en el programa e indicó que “durante los meses de cuarentena, fue un reto cumplir con el programa”.
En Esmeraldas se inmunizan mensualmente entre seis y ocho mil animales; a Manabí se envían alrededor de tres mil dosis semanales; en Santo Domingo se aplican entre 300 y 400 dosis cada semana. A mediados de 2020 se registraron solo dos brotes en Esmeraldas.
“Sin la pandemia, al final del año pasado habría existido menos animales enfermos, ya que las restricciones impidieron llegar a todos los sectores, pero considero que en dos años el país podría tener la certificación de la OIE”, expresó.
Los porcicultores coinciden en que la vacunación debe continuar, a pesar del cambio de Gobierno. “No podemos dejar a un lado un programa tan importante para el país, ya que existen alrededor de 200 mil familias relacionadas con la porcicultura”, finalizó Carrillo.
Los síntomas son fiebre, manchas rojas en las patas, orejas, decaimiento de los animales, etc.