Carol Chehab
Directora del Observatorio de Comercio Exterior
Ecuador está apuntando a ser socio participante de la Alianza del Pacífico (AP), iniciativa de integración regional conformada por Chile, Colombia, México y Perú, creada oficialmente el 28 de abril de 2011 y con un acuerdo comercial suscrito en 2015.
Este se constituye en un mercado potencial para el país, al ser un bloque significativo y dinámico; representa la octava economía en el mundo (con más del 3.5% del PIB mundial), el 3% del comercio mundial, la segunda economía más grande de América Latina y el Caribe, e involucra el 57% del comercio de América Latina.
Este acuerdo puede ser una plataforma para que Ecuador alcance su objetivo de negociar con el Asia Pacífico y abrir los mercados para los productos ecuatorianos de exportación, sobre todo del sector agropecuario y pesquero, en los que tiene una oferta potencial y real significativa.
Ecuador está bastante avanzado en el proceso de integrarse a la AP: ya tiene una zona de libre comercio con Colombia y Perú, en el marco de la Comunidad Andina; con Chile suscribió un acuerdo perfeccionado; y está en proceso de negociación con México. La participación del Ecuador en la AP implicaría entonces, con base en los acuerdos bilaterales, negociar y/o adherirse a las normativas comunes de la AP, precautelando los intereses nacionales.
La cadena maíz, balanceados, avicultura y porcicultura tiene retos y oportunidades importantes en este proceso. Trabajar en una política para el sector avícola y porcícola a largo plazo, que prepare el ingreso, al mercado asiático, deficitario de los productos de esta cadena, pero además cooperar y aprender de sus socios comerciales para mejorar su estatus técnico y sanitario que satisfaga y asegure el mercado interno, pero también para participar del comercio internacional y buscar nuevas posibilidades de especialización en productos con valor agregado.
La idea en esta cadena no es competir entre los países de la AP, que tienen producción suficiente para abastecer sus mercados, sino potenciar y consolidar la producción avícola y porcícola regional, partiendo de la mejora competitiva, para alcanzar economías de escala y productos diferenciados que permitan vender al mercado chino y a otros que requieren cantidades importantes de alimentos.
Chile, México y Colombia ya incursionan en la exportación de algunos de los productos de la cadena. El modelo chileno puede ser referente para Ecuador, ya que vende productos con valor agregado a EE.UU. y a la Unión Europea, y trabaja desde hace algunas décadas en el mejoramiento de la competitividad de la cadena, sobre todo en salvar la barrera sanitaria, uno de los principales problemas para alcanzar los estándares de calidad requeridos por el mercado internacional.
En la negociación como tal, hay que poner atención en salvaguardar los productos sensibles de la cadena productiva, preservar los instrumentos de apoyo a la producción interna y manejar las normas de origen que eviten distorsiones en el comercio entre las partes. Por ello es importante la participación del sector privado apoyando en la negociación que realiza el sector público, buscando consensuar posiciones que conviertan al acuerdo comercial de la AP en un instrumento y en una oportunidad para aportar a un mayor desarrollo de los sectores productivos del país y tener impactos positivos en lo económico y lo social.