En país están prendidas las alarmas ante el anuncio oficial del Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (SENASA), al declarar la emergencia fitosanitaria en las plantaciones de banano en Sullana, por la presencia del hongo.
“Esperemos que Dios tenga clemencia y ese mal no llegue al Ecuador”, exclamó Luis Góngora, expresidente de la Federación Nacional de Productores de Plátano del Ecuador, quien advirtió que si el hongo cruza las fronteras y no se activan los controles “lamentablemente podríamos perder la producción y pasar a ser importadores de la fruta”.
Esta plaga llegó desde Colombia en 2019, y a mediados de abril se confirmó su presencia en el norte de Perú. “El hongo ya llegó al Perú y esto nos deja “en zona roja” y prende la luz de alarma”, remarcó Góngora, quien indicó que alrededor de 7 mil 200 productores de El Carmen y Santo Domingo tienen entre una y cuatro hectáreas, y los grandes productores de 10 a 20 hectáreas.
Góngora aspira que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) retome las riendas para prevenir la enfermedad del plátano con la aplicación de Buenas Prácticas Agrícolas y fertilización para que la planta resista.
Richard Salazar, director Ejecutivo de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (ACEB), indicó que incluso cuando la planta muere, el hongo puede pasar hasta 30 años en el suelo, y se puede diseminar a través del agua, del viento, de los animales domésticos, animales rastreros, movimiento de las llantas de autos y tractores, y zapatos.
El primer reporte de la plaga fue en 1989 en Indonesia. Está enfermedad se ha extendido en Asia, Africa, Oceanía y América. No está presente en el Ecuador.
“En Ecuador no está presente el hongo, pero es importante decir que desde que apareció en Colombia, en la zona de Santa Martha, hace más de un año y medio, el Ecuador comenzó a prepararse con la ayuda del Ministerio de Agricultura y Ganadería, y Agrocalidad”, destacó.
Patricio Almeida, exdirector ejecutivo de la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad), entidad adscrita al MAG, aseguró que el país mantiene activadas todas las alertas, protocolos y planes de contingencia para evitar que el hongo que ha sido reportado en Perú y Colombia, se interne en el Ecuador que ha sido declarado “país libre del Fusarium raza 4”.
Plan de Contingencia
Almeida explicó que en Ecuador está vigente el Plan de Contingencia, que tiene el componente de “exclusión”, que permite aplicar cuarentenas en puntos, principalmente de la frontera sur, emplear todos los recursos disponibles con medidas de bioseguridad para dejar al hongo fuera de las fronteras políticas, geográficas, e incluso fuera de las fronteras de las unidades agrícolas y fincas. También incluye tres bloques de prevención en la provincia de El Oro, Huaquillas, y el Guabo.
Este plan de prevención cuenta con la participación activa del sector privado, público, y de organismos internacionales como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA), entre otros que tienen experiencia en el manejo de estas alertas.
En Agrocalidad se han aprobado once normas específicas, entre resoluciones y acuerdos ministeriales, que tienen que ver con el manejo, control y prevención del Fusarium.
Almeida añadió que entre 2018 y 2019 se capacitó a cerca de 20 mil agricultores inmersos en producción de musáceas; se realizaron tres simulacros sobre la capacidad que tienen los laboratorios para reaccionar ante un posible foco en zonas de alta vulnerabilidad, como El Carmen donde se produce plátano, en El Guabo (El Oro), y en el subtrópico de la provincia Bolívar donde la producción de plátano y orito, también es importante.
En 2018 hubo 38 mil monitoreos en campo de musáceas con el apoyo de mapas y otros equipos de alta tecnología. Este sistema no ha detectado presencia de la plaga.
En 2021 se refuerzan los barridos de capacitación y la implementación y certificación de Buenas Prácticas Agropecuarias, donde el componente de bioseguridad es uno de los factores más fuertes.
Almeida aseguró que estas medidas no afectarán el flujo de comercialización del producto porque todo que lo que ingrese al país se lo hace con los debidos controles de desinfección y fumigación; además está garantizada la calidad del banano y su exportación hacia los diferentes destinos.
Extremar medidas de bioseguridad
Richard Salazar alertó que la plaga tiene efectos devastadores porque aún no existe una variedad ni controles químicos que resista al hongo, y solo se aplica el mecanismo de prevención para evitar que llegue al país; y de exclusión para intervenir rápidamente tumbando la plantación, bloqueando y cercando el lugar infectado, evitando el ingreso y salida de personas, y animales, y comunicando de inmediato a Agrocalidad.
Detalló que en las fronteras, puertos y aeropuertos se desinfectan a pasajeros que ingresan y salen, y también a los vehículos de transporte. Puso de relevancia la prevención que el sector bananero ha adoptado en las fincas con medidas de bioseguridad., y que se han extremado aún con la presencia de la Covid-19.
El Fusarium afecta a todas las variedades de musáceas: guineo, orito, platanillos de jardín, plátano verde, hawaiano.
El hongo penetra la plata a través de las raíces, y al sistema vascular; produce obstrucción del movimiento de agua y nutrientes; recorre de afuera hacia adentro y no le da oportunidad de defenderse hasta el punto de que sus hojas se tornan amarillas, y terminan de color gris, hasta que muere.
Las raíces de la planta que en un 80% está compuesta de agua ya no absorben líquido.
Entre banano, plátano y otras musáceas, el Ecuador cuenta con un superficie sembrada de 350 mil hectáreas de la cual participan cerca de 15 mil productores.