Según Jorge Josse, director Ejecutivo de la Asociación de Productores de Alimentos Balanceados (Aprobal) en el 2020, el MAG autorizó adquirir 60 mil toneladas métricas de maíz importado, mientras que la industria necesitaba 170 mil hasta el inicio de la cosecha del ciclo de invierno de 2021. Este desfase genera la oportunidad para el acaparamiento de producto y la venta en precios exorbitantes impuestos por ciertos intermediarios.
La producción de maíz amarillo duro en el país es, aproximadamente, un millón 200 mil Tm lo que abastece entre el 90 y 95% de los requerimientos de la industria. Usualmente, en noviembre, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) calcula lo que le hará falta a la industria hasta la siguiente cosecha de abril y mayo, primera del ciclo de invierno.
En ese lapso, el MAG otorga permisos de importación, solo para la cantidad requerida, en función de las facturas de compra del maíz nacional que adquirió cada empresa.
“Por lo general, el MAG subestima la cantidad que la industria necesita. Este cupo de importación en 2020 fue de 60 mil toneladas que llegaron al país entre enero y marzo. El mayor porcentaje, arribó en febrero”, indicó el directivo.
Eso significó que la industria llegó hasta abril sin grano, cuando el Reglamento de Comercialización vigente estipula que hasta finales de abril se debe tener 100 mil Tm de maíz amarillo duro, para evitar el abuso de los intermediarios.
“Fijar un Precio Mínimo de Sustentación únicamente le beneficia al agricultor, ya que hacia arriba no existe un límite y la industria queda desprotegida. Estamos en un mercado cerrado que favorece a la oferta, es decir, al intermediario porque no hay opción de importar contingentes controlados y regulados que alivien el mercado interno cuando se necesite hacerlo”, dijo Josse.
Los precios de las tres principales materias primas (maíz, harina de soya y trigo), subieron durante el 2020, debido al aumento de la demanda, principalmente en Asia y China. Este último país se encuentra en un proceso de acumulación de cereales que cubran sus necesidades por dos años.
Adicionalmente, la industria de cerdos de China, que cayó en un 30% por la Fiebre Porcina Africana producida en 2018, se recupera, lo que incide en un incremento de la demanda. Adicionalmente, el año pasado, a causa del exceso de lluvias en EE.UU., las cosechas en ese país estuvieron por debajo de lo normal. La cosecha de maíz cayó en un 6% y la de soya en un 3%. Mientras, que las cosechas de Brasil y Argentina, pese a la sequía, fueron buenas.
El principal disparador de precios de las materias primas es el alza de la demanda y consumo de proteína animal en China y en varios países del Asia, por el crecimiento de su economía y del poder adquisitivo de la población, detalló Josse.
Los grandes productores y proveedores del mundo de cereales y harina de soya son: Estados Unidos, Brasil, Argentina y, en menor grado, Bolivia y Paraguay (en este país es más soya), ya que producen más de lo que consumen.
Forma de compra
Cada importador debe llegar a acuerdos comerciales con las transnacionales. En el país se trabaja con Bunge, Cargill, ADM y Seaboard. Los precios se fijan, ya sea spot, a corto plazo o contra los Futuros de la Bolsa de Chicago. A ese valor se le suma una base + flete, con lo cual se completa el precio.
Lo principal es tener un producto de calidad, ajustado a las normas acordadas: US Grado 2 para cereales. La harina de soya varía en su contenido de proteína: va desde 45 a 48% y según eso, es su precio.
Por lo tanto, hay que seleccionar un proveedor que asegure una buena calidad de materia prima. En cuanto al precio, las diferencias son pequeñas, porque los Futuros y la forma como cada empresa liquida, es lo que determina el 80% del valor de la materia prima.
En el proceso de compra se toma en cuenta la calidad del producto, la logística y puntualidad de entrega por parte de la empresa. Cuando se genera confianza entre el proveedor y el importador, se utiliza el sistema de ‘Bonded Warehouse’ para el pago: se cancela conforme se retira el producto de las bodegas o silos en donde está almacenado el producto.
Según el Director Ejecutivo de Aprobal, las instalaciones de almacenamiento en el muelle de descarga son limitadas, por lo que el importador debe llevar el producto lo antes posible a su centro de almacenamiento.
Soya y trigo
La harina de soya es vital e irremplazable como fuente de proteína para elaborar alimento balanceado. El país importa un millón 200 mil Tm anuales y produce solo 50 mil Tm de soya en grano que, para ser utilizado en las dietas como harina de soya, debe ser procesado. En Ecuador no existen plantas extractoras de aceite de soya, razón por la cual se vuelve un problema utilizar el grano nacional.
Frente a esta realidad, cada empresa importa harina de soya durante el año y sin limitaciones; se la adquiere en EE.UU., Brasil, Argentina y Bolivia.
En el caso del trigo, que también se destina a la elaboración de pasta y panificación, solo las fábricas de alimento balanceado para camarón están autorizadas a importar. En 2020, se adquirieron 460 mil Tm de trigo para alimento acuícola. El trigo proviene de Canadá, EE.UU., Argentina y Ucrania, ocasionalmente.
En estos momentos, la producción de maíz y el flujo de comercialización tienen una afectación importante, ya que se incrementó la demanda desde China. Esto genera una volatilidad de precios en el mercado y la tendencia es al alza. De ahí, la importancia de que los industriales monitoreen permanentemente los precios en los mercados internacionales.
Además, las autoridades del MAG deberían emitir cupos todo el año, para importar maíz amarillo duro y no solo en determinados períodos que terminan convirtiéndose en “cuellos de botella”. De esa forma, no existiría desabastecimiento en el mercado nacional y los intermediarios no impondrían los precios a su voluntad, ya que en los últimos meses el quintal de maíz amarillo duro alcanzó los 22 dólares.
Precios hasta el 29 de abril de 2021, por Tm y quintal
Producto | Precio FOB | Flete+seguro | Nacionalización | Precio CFR | Precio QQ |
Maíz | $252 | $30 | $10 | $292 | $ 13,27 |
Harina de soya | $511 | $30 | $10 | $551 | $ 25,04 |
Trigo | $295 | $30 | $10 | $335 | $ 15,23 |