Adriana Toscan y Agnes Mori
Adisseo América Latina
En 2021, los costos de producción animal siguen encareciendo la producción a consecuencia del incremento de los precios por la reducción de la oferta de los principales ingredientes utilizados en la elaboración de alimento balanceado.
Se estima un impacto de entre el 10 y el 35% en el aumento del costo por unidad de los principales nutrientes del alimento, como la energía, los aminoácidos y el fósforo, dependiendo de los niveles nutricionales utilizados.
Una de las estrategias adoptadas por los nutricionistas es reducir los niveles nutricionales de las fórmulas, buscando un equilibrio entre el costo del alimento y el rendimiento animal. Esto es ciertamente parte de un proceso de investigación y desarrollo técnico de las empresas, pero en un momento de crisis, con cambios repentinos en el precio de los ingredientes, no siempre es fácil encontrar el punto de equilibrio.
La medida más segura es explorar al máximo el potencial y el uso de las enzimas exógenas, en particular de las carbohidrasas y de las fitasas. Esta estrategia nutricional, además de garantizar el rendimiento de los animales, reduce los costos de alimentación.
Entre todos los aditivos utilizados en la alimentación animal, las enzimas son los productos más investigados, especialmente en la alimentación de aves de corral y de cerdos. Desempeñan un papel importante en la producción animal, ya que ayudan a mejorar la digestibilidad de los ingredientes de la dieta.
La suplementación enzimática tiene un impacto significativo en la sustentabilidad y en la rentabilidad de la producción animal. Los recientes avances en la investigación e innovación, demuestran que existe la posibilidad de obtener aún más valor del uso de las enzimas en la nutrición animal. Por lo tanto, conocer el sustrato para la acción de estas enzimas es esencial para definir la mejor estrategia dentro de numerosas posibilidades.