Los expertos recomiendan dar prioridad a la salud, el manejo, la genética y la nutrición de los animales, además de implementar más programas de bioseguridad en las granjas y aplicar la prevención para evitar enfermedades.
La carne de cerdo es rica en nutrientes y vitaminas. Tiene una gran concentración de proteínas, ya que posee ocho aminoácidos esenciales, como: potasio, fósforo, zinc, hierro; vitaminas B1, B3, B6 y B12. De ahí, la importancia de lograr una excelente producción y calidad en el producto.
Paúl Loaiza, médico veterinario y experto en salud porcina, se refirió a los cuatro aspectos, que son fundamentales para lograr una buena producción. Estos son: salud, manejo, genética y nutrición.
Igualmente, Carlos Brun, médico veterinario y coordinador del área de porcicultura de la empresa Zoetis, coincidió en la importancia de trabajar en los puntos citados para tener una producción eficiente de cerdos.
Existen diferentes etapas en el proceso de cría y en cada una se debe hacer énfasis en la bioseguridad, para que los animales se desarrollen adecuadamente.
La selección de las madres de reemplazo se debe realizar entre los siete y ocho meses de edad y cuando el animal tenga 140 kilos, aproximadamente. Aquí empieza el ciclo reproductivo. Los expertos determinan la cantidad de lechones que puede parir cada hembra y que depende del número de pezones y la genética.
A partir del parto inicia el intercambio microbiológico entre madre e hijos, fundamental proceso que garantiza la sobrevivencia de los cerdos bebés.
Proceso productivo
En la etapa de precría, los destetes se deben cumplir entre los 21 y 28 días de edad. Este período es crítico porque el lechón no está preparado para digerir alimentos sólidos. Lamentablemente en el país, la mayoría de alimentos son sólidos, lo que produce problemas de alimentación y de estrés.
En cambio, en la fase de engorde, que ocurre después del día 70, el cerdo es más resistente y tiene mayor probabilidad de sobrevivencia; sin embargo, no está libre de adquirir enfermedades como el Parvovirosis, que puede provocar abortos. Mientras que los lechones son más fuertes desde los 60 días luego de su nacimiento.
Aunque la medicación es la primera opción para combatir cualquier patología, Loaiza opinó que es una herramienta que fácilmente enmascara las enfermedades, porque los antibióticos no son selectivos y actúan en los microrganismos del animal, “por eso es fundamental cuidar la diversidad microbiológica del individuo con el fin de garantizar la vida.
Cuando existe una disminución de patógenos (cualquier microorganismo que sea capaz de causar enfermedad en un organismo hospedador) no tiene efecto en el animal”, explicó el especialista.
Loaiza recomendó a los productores porcinos comprender los procesos microbiológicos desde el punto de vista natural y no artificial, porque este último genera problemas en las granjas, ya que se vuelve dependiente de exceso de insumos y la competitividad disminuye.
“Ecuador no tiene costos competitivos de producción, por eso hay que cuidar los gastos. Debido a esta situación, en el país existen granjas que se desarrollan en ambientes naturales o de traspatio”, dijo el especialista.
En Europa y Estados Unidos, hasta la década de los años 70, el 75% de la producción pecuaria fue de pequeños productores. Desde esa fecha surgieron los monopolios y se incrementó el número de animales en espacios cerrados, situación que provoca problemas.
Actualmente, el 25% de la producción se concentra en las grandes empresas y un 75% en pequeños productores. En Ecuador, el panorama es similar. “A la industria porcina le interesa lograr mayor rentabilidad, pero la consigna debe ser: producir proteína de calidad para alimentar seres humanos”, comentó Loaiza.
A criterio del experto, los procesos de producción, cada vez, se vuelven más complicados. Se buscan animales resistentes o libres de patógenos. No obstante, en el mundo aparecen nuevas enfermedades, que afecta la producción de forma significativa. “La bioseguridad ayuda a disminuir el riesgo, pero no elimina. Es mejor manejar granjas pequeñas para controlar cualquier enfermedad”, sugirió Loaiza.
Las granjas que poseen entre 100 y 700 hembras, que son un gran número, registran, brotes de cólera porcina, enfermedades respiratorias, Peste Porcina Clásica, Parvovirus, etc. en animales vacunados.
Afortunadamente, en el país no existe la Peste Porcina Africana, a pesar de que está presente en República Dominicana. Ante esta realidad, el experto enfatizó en la necesidad de incrementar las medidas de bioseguridad en las granjas.
En Europa, EE.UU. y en otros países, la tendencia es tener menos animales en las granjas para un mejor control. Incluso, los consumidores pueden visitar estos espacios y conocer cómo tratan a los animales porque de ello depende el consumo. Así, las exportaciones se incrementan.
Ecuador no es competitivo para vender carne de cerdo en los mercados extranjeros por los costos elevados de producción. Los que se ubican sobre los costos de producción en Colombia y Perú, por la cual se produce el contrabando. “Para un productor porcino es más conveniente importar maíz, que comprar al productor nacional, quien comercializa a 18 dólares y más, el quintal del grano”.
Medidas de bioseguridad y prevención
Rómulo Peña, médico veterinario, dijo que el país está atrasado en el manejo eficiente de bioseguridad y prueba de ello es que las granjas pequeñas no le dan mayor importancia a estas medidas. Recomendó implementar en las granjas arcos de desinfección, control adecuado del ingreso de personal, de vehículos, de los diferentes procesos, etc.
Mientras que Brun planteó enfocarse en la prevención. “Hay que trabajar en este campo, porque así protegemos el futuro de la inversión, ya que prevenir es más económico. En porcicultura, el llegar a tiempo es llegar tarde”.
Peña añadió que el manejo sanitario debe ser eficiente y desarrollar programas biológicos con reglas estrictas y con el apoyo del Gobierno Nacional, ya que las autoridades responsables obvian los problemas y los porcicultores se sienten solos. “Agrocalidad debe ver los problemas que existen y tomar medidas de solución. En el país solo el 50% de las granjas maneja programas de bioseguridad”.
Brun manifestó que Agrocalidad está bien intencionada, pero existe falta de comunicación entre los porcicultores y la entidad pública. “En muchos casos, los productores de cerdos no informan de los problemas a Agrocalidad por temor a que les cierren las granjas”, acotó.
Prevenir antes que lamentar
“En el caso de la campaña contra la Peste Porcina Clásica, Agrocalidad no llega a todos los sectores; los animales mueren y el virus se propaga”, expresó.
Para la Peste Porcina Africana no existe una vacuna en ninguna parte del mundo. En China, por ejemplo, se perdieron en los últimos años alrededor de 50 millones de hembras a causa de esta enfermedad. Por esta razón, Peña estimó que la bioseguridad es fundamental para evitar que la PPA llegue al país. “Las autoridades deben controlar mejor las fronteras y evitar el ingreso de productos elaborados con carne de cerdo.”
Además, citó que en el Ecuador faltan programas de erradicación porque no existen suficientes vacunas y personal capacitado. En el caso de una enfermedad mortal, el único camino es el sacrificio de los animales, pero las pérdidas económicas para el productor son cuantiosas.