Según Carmen Zapatier se requiere mayor control fitosanitario
Fotos: Juan Carlos Gómez.
Para 2018 se estima que entre invierno y verano, se siembren 255 573 hectáreas. En el ciclo de invierno ya se sembraron 217 900 hectáreas entre los pasados meses de diciembre y febrero.
Un pequeño grupo de agricultores, los más arriesgados, puso semilla con las primeras lluvias; el grupo mayoritario, arrancó siembras entre el 20 y 25 de enero, después de una corta sequía; y el remanente, a fines de febrero, cuando cesaron los intempestivos aguaceros que impedían a los agricultores y a las máquinas sembradoras entrar a los campos preparados meses atrás.
Moisés Grijalva, especialista en cultivos reseña que, por el invierno irregular, solo cosecharon los productores que iniciaron la campaña, porque los sembríos sufrieron menos por exceso o por falta de agua y sobre todo por el ataque de plagas y enfermedades. "Algunos patógenos volvieron a afectar explosivamente cultivos, como el barrenador y la mancha de asfalto por las condiciones ambientales negativas y por permanecer hospedados en los residuos de cosecha de los cultivos rezagados, detalló Grijalva.
Esto lo confirma Carmen Zapatier, presidenta de Poame, una agrupación de campesinos y productores de maíz que reúne a 52 organizaciones de El Empalme, cantón guayasense donde se cultivan anualmente alrededor de 21 mil hectáreas del cereal, y 16 mil durante el invierno. "En esta temporada los híbridos no han dado el resultado que el agricultor esperaba, porque en el período de 65 a 70 días (estado de choclo), las plantas estaban en buenas condiciones; de los 80 a los 120 días (proceso de llenado y secado), vivimos esta problemática, maíces chimuelo, mazorcas incompletas y contaminadas de hongo", observó la dirigente.
En El Empalme, extensas áreas de pastos han sido reemplazadas por maíz y piña, y se cree que las pérdidas de grano superen el 40%. La dirigente local dice que reclaman las indemnizaciones oportunas del Seguro y una acción de las autoridades para establecer el área real afectada y la participación de los técnicos del Iniap, para hacer frente a los problemas fitosanitarios.
No se quejó por los precios del maíz (entre 15 y 16 dólares por quintal) y vio con muy buenos ojos que las industrias de la Sierra compren directamente en finca o los centros de acopio que manejan las organizaciones. (En el 2016 se comercializaron alrededor de 130 mil toneladas de maíz amarillo a nivel de la industria de balanceados del Ecuador, según datos del MAG).
Estimó entre 1 500 y un 1 700 dólares los costos de producción por hectárea en esta zona limítrofe con Los Ríos. Acerca de los cultivos de verano Zapatier dijo que van muy mal por falta de riego y el desfinanciamiento para atenderlos adecuadamente.
Julio Decasierra, director técnico de una de las empresas avícolas de Riobamba que asiste a proveedores de grano en las zonas maiceras de Ventanas, Pueblo Viejo y Quevedo, relató que las condiciones climáticas no fueron tan desfavorables en comparación al año anterior. Según él, la producción de las siembras iniciales entre diciembre y el 15 de enero, estuvieron muy buenas, superaron los 220 quintales por hectárea y llegaron hasta 235; pero las que salieron a partir de mayo, cayeron entre 60 y 80 quintales, porque hubo un veranillo (corta temporada seca).
En términos generales, la producción fue buena y los precios han ayudado mucho, porque iniciaron con una tabla entre 13,50 y 17,20 dólares para grano seco y limpio.
"El agricultor sigue tecnificándose, conoce y escoge los mejores híbridos y empieza a aplicar insumos orgánicos novedosos que recuperan al maizal del estrés, rejuveneciéndolo y permitiendo el empleo de menos químicos", indicó Decasierra.
Hizo hincapié en que tarde o temprano esta materia prima esencial para la alimentación animal, no solo se pagará por peso sino por calidad, por su valor nutricional e inocuidad.
Cosecha de maíz duro en la provincia de Los Ríos.
Balance oficial de la producción 2018
Las cifras oficiales del Ministerio de Agricultura y Ganadería señalan que, hasta fines de julio pasado, se cosechó el 85% de un total de 255 573 hectáreas en Manabí (40%), Los Ríos (28%), Guayas (13%), Loja (16%), Santa Elena (1%), El Oro (1%), y Orellana (1%).
El mismo informe menciona que el rezago de la cosecha de unas 37 mil hectáreas responde al atraso de las siembras. Por otro lado, los rendimientos por hectárea estuvieron en nivel medio y alto, (entre 6 y 7 toneladas métricas) y el reporte respecto a la calidad del grano fue positivo.
En torno a la absorción de la cosecha citó que las empresas dedicadas a la fabricación de balanceado y de otros productos a base de maíz, reportan la compra de unas 573 mil toneladas métricas a julio 2018 (50% del requerimiento anual).
Se ha intervenido en un total 70 358 hectáreas en el invierno actual, mediante la entrega de kits de alto rendimiento, valor similar al del 2017, y destacó lo conveniente que es para el pequeño agricultor este subsidio que representa un incremento de productividad y por ello mayores ingresos.
Adicionalmente se aseguraron más de 103 mil hectáreas de maíz duro a nivel nacional. Los créditos del BanEcuador incluyen el seguro agrícola y el MAG otorgó más de 4,9 millones de dólares para el subsidio de la póliza de seguro agrícola en 18 cultivos para el ciclo invierno, amparando al pequeño productor contra eventos climáticos adversos.
Hasta el momento, los agricultores han recibido más de 3,4 millones de dólares en indemnizaciones en lo que va del año, según la data entregada por la aseguradora.
Referente a los permisos de importación de maíz y soya otorgados por esta Cartera de Estado, se mencionó que la única autorización de importación de maíz para el sector balanceador fue de 57 506 toneladas métricas de maíz a principio de año para estabilizar el precio y evitar la especulación provocada por comerciantes y acaparadores. La importación de la materia prima tomó en cuenta la estacionalidad de cosecha para no perjudicar al productor nacional.
Comportamiento de la producción durante 2017
Los datos de (ESPAC/INEC) Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria Continua del Instituto Nacional de Estadística y Censo, del 2017, reflejan un rendimiento promedio por hectárea de grano seco y limpio de cuatro toneladas por hectárea. La provincia de Manabí logró el mejor nivel, 8.74 toneladas por hectárea (t/ha), en comparación con la provincia del Guayas que fue de 4.43 t/ha.
Entre los principales factores productivos de las 388 534 hectáreas establecidas, se puede mencionar que el 88% de productores sembró 3.14/ha de maíz amarillo (su principal fuente de ingreso), la densidad fue de 50 680 mazorcas, resultado de 16 kg de semilla/ha. Se cosecharon 358 822 hectáreas un total de 1 436 106 toneladas de grano seco y limpio.