En el último mes de 2018, en el campo de la provincia de Los Ríos comenzó un ajetreo. No fueron precisamente por los festejos de fin de año, sino por la presencia de las lluvias que para los agricultores es una bendición, porque pueden iniciar la siembra de maíz amarillo duro.
Este producto y la soya conforman las principales materias primas para la elaboración de alimento balanceado que sirve para la generación de proteína animal, vale decir: producción de carne de pollo y carne de cerdo, además de huevos, proteínas de bajo costo y de alto consumo en el país.
Las abundantes lluvias generaron buenas expectativas entre los maiceros. Sin embargo, según Henry Peña, presidente de la Corporación de Maiceros de Ventanas, tenían un inconveniente: los kits agrícolas promocionados por el Gobierno, a través del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) "nunca" llegan a tiempo.
Los insumos que contiene el kit productivo (semillas, fertilizantes, herbicidas, insecticidas y fungicidas) facilitan la labor del campesino en la faena de siembra y el control de malezas.
"No sé hasta cuándo las autoridades comprenderán que nosotros debemos abastecernos de los productos necesarios para empezar a trabajar desde fines de noviembre y apenas llueve estar listos para iniciar con el cultivo", señaló Peña.
Por falta de semillas y las pocas facilidades para acceder a un crédito, al agricultor no le queda otra alternativa que colocar en los campos insumos reciclados. Para lograr que las etapas de siembra y cosecha tengan éxito, los campesinos deben emprender en un proceso de "curación" de la semilla que en muchos casos no es certificada.
Según las asociaciones de maiceros de la provincia de Los Ríos, hasta finales del 2018 el registro de siembra estimada a escala nacional uctuó entre 10 y 15 %.
Estas son las causas por las que los maiceros dijeron no sentirse suficientemente respaldados ni motivados por el Gobierno para iniciar la siembra de 2019 con perspectivas positivas, además de que reclaman la implementación de medidas creativas que permitan impulsar e incentivar al sector agrícola productivo, y a través de BanEcuador otorgar crédito con facilidades.
"Nos sentimos huérfanos del apoyo gubernamental; todo es incierto, no hay una brújula para saber a dónde dirigirnos", afirmó Peña, quien agregó que hasta la segunda semana de enero de 2019 el sector estaba a la espera de que las autoridades convoquen a una reunión del Consejo Consultivo del Maíz para acordar el precio del quintal del grano para 2019.
Peña demandó que la Subsecretaría de Comercialización, el Viceministro o el Subsecretario de Producción Agrícola deben colaborar con el sector para fortalecer el "plan semilla", y la cadena de producción que evite la importación de la gramínea, ya que no existe la necesidad de importar el maíz.
El dirigente afirmó que la Corporación de Maiceros de Ventanas, como parte del eslabón de la cadena, es autosuficiente dentro de la producción para la demanda nacional e indicó que esto impide la salida de divisas del país.
Peña sugirió al ministro Xavier Lazo que los kits productivos ya no se entreguen a los comerciantes, sino directamente a los gremios maiceros que tienen infraestructura y centros de acopio donde se promueve la comercialización no solo de grano, sino el abastecimiento al eslabón de semillas y fertilizantes.
Se advierte uso de semilla reciclada
La escasez y demora en la entrega de semillas por parte del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) obliga a los pequeños agricultores a utilizar semilla reciclada obtenida de cosechas anteriores.
Esta es la preocupación que expuso José Toapanta, un productor maicero de la parroquia de Aguas Frías, en el cantón Ventanas, provincia de Los Ríos. En diciembre del año pasado, él aprovechó la época de lluvias para sembrar aproximadamente cinco hectáreas con la gramínea.
Sin embargo, advirtió que los costos de producción son altos y casi no dejan ganancias, tras referir que en la cosecha de verano el precio del quintal de maíz no superó los diez dólares en la finca.
Toapanta exhortó a las autoridades a ejecutar los correctivos que sean necesarios para apresurar la entrega de los kits productivos para que la siembra salga a tiempo y garantizar la venta a las industrias.
Según Toapanta, el Gobierno les ofreció a los productores de arroz y maíz, que mantienen operaciones vencidas con BanEcuador, entregarles kits agrícolas que contienen semillas, fertilizantes y otros insumos subsidiados. El objetivo es darles herramientas productivas que les permitan tener ingresos para luego saldar sus deudas.
De la provisión de los productos de cada kit está a cargo la Empresa Pública Unidad Nacional de Almacenamiento (UNA EP), que despacha desde su planta de silos fijos de Daule, en la provincia del Guayas.
Cada kit cubre los requerimientos de una hectárea. El de maíz está conformado por un quintal de semillas, tres tipos de fertilizantes, cuatro herbicidas, cuatro insecticidas y un fungicida. El de arroz, en cambio, contiene un quintal de semillas, cuatro tipos de fertilizantes (DAP, muriato de potasio, urea y sulfato de amonio), seis tipos de herbicidas, dos de insecticidas y tres de fungicidas.
Malas condiciones obligan a desistir de sembrar maíz
Enrique Rodríguez, productor de maíz del cantón Balzar, provincia del Guayas, tomó la decisión de no sembrar la gramínea. Argumentó que la escasez de semilla, y la dificultad de acceder a créditos en BanEcuador para adquirir los insumos, provocan inconvenientes.
Afirmó que los precios de producción de la gramínea no compensan los gastos en los que se incurre durante las fases de siembra y la cosecha, y los industriales y comerciantes del grano no respetan el precio oficial establecido por el MAG en alrededor de 16,50 dólares el quintal.
Indicó que los agricultores comercializan el quintal de maíz entre 8 y 10 dólares, y hasta en 13 dólares en ciertas temporadas. "Son precios que no subsanan el costo de producción, y menos aún las utilidades". Los préstamos a los que se ven obligados a realizar los campesinos en el sistema financiero también les dejan un saldo en contra.
En el último año, el ataque de plagas como la "cinta roja o chicharita" o el insecto de la "langosta" o "los barrenadores" también se volvieron un problema casi incontrolable que merma la cosecha.
Los kits productivos que les entrega el MAG, a través de la UNA EP, tampoco les garantiza una mejora en la producción, Rodríguez señaló que el momento en que reciben los kits, les descuentan del seguro que les entrega el MAG, mediante la inspección de siniestros.
Campesinos de Balzar piden ampliar kits agrícolas
Productores y campesinos maiceros de los recintos Los Amarillos, La Gran Minga, y San Pedro, del cantón Balzar, provincia del Guayas, accedieron a 350 kits agrícolas con semillas, fertilizantes, herbicidas, insecticidas y fungicidas para la siembra de diciembre pasado.
Este insumo productivo entregado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería les permite tener ingresos para luego saldar sus deudas y satisfacer sus necesidades.
El 50% de productores de estos recintos se beneficiaron de esta contribución, y el resto lo adquirieron a la empresa Procesadora Nacional de Alimentos (Pronaca), y en base a créditos de BanEcuador.
Pedro Basurto, productor de Los Amarillos, destacó que los kits satisfacen las necesidades de siembra pues contiene ocho sacos de semillas, fertilizantes, insecticidas, etc., pero aspiró a que el MAG también incluya úrea subsidiada para aliviar los costos de producción.
Vicente Basurto, otro productor del sector, subrayó que en esta época la decisión fue cultivar la variedad de maíz 93-13 para aprovechar los nutrientes del suelo. Hasta el cierre de esta edición, los campesinos completaron más del 60% de semilla sembrada.
En la Asociación La Gran Minga, sus afiliados prefirieron iniciar los cultivos con las primeras lluvias para evitar pérdidas y la presencia de plagas. Para la siembra de diciembre de 2018, el kit llegó a tiempo y permitió una producción adecuada. Holger Peña, socio de esta agrupación, dijo que esto no ocurrió con la siembra de 2017 pues los kits recién se entregaron el 23 de enero.
Este agricultor cultiva ocho hectáreas de maíz. Utiliza los cinco kilos que subsidia el Gobierno, pero los tres restantes debe adquirirlos a la empresa privada. Peña coincidió con Pedro Basurto en la necesidad de que el régimen amplíe la entrega de los productos subsidiados para facilitarles la tarea.
En San Vicente de Mocul ya no producen maíz
Los agricultores de la comuna San Vicente de Macul, del cantón Balzar, provincia del Guayas, empezaron a invertir en proyectos de infraestructura para incursionar en sembríos de piña, cacao, café, crianza de borregos, patos, gallinas, y peces.
Alberto Rosales, representante de la comunidad, declaró que pensaron en este proyecto porque el cultivo del maíz dejó de ser negocio.
Por lo pronto, los campesinos han sembrado más de 50 mil plantas de café con la intención de darle valor agregado: secarlo, pesarlo, molerlo, tostarlo para venderlo directamente. En el sector, una libra de café molido cuesta cuatro dólares, y una hectárea de café robusta produce alrededor de 120 quintales.
Con el asesoramiento de técnicos de la Prefectura del Guayas, el Centro Agrícola de Balzar empezó a desarrollar pasta de cacao y bombones caseros.
Adicionalmente, a través de la Corporación Ecuador Soberano, los agricultores de Balzar aspiran conseguir nuevas tierras para sus asociados a fin de sembrar cultivos no tradicionales como cacao, pitahaya y contar con piscinas para camarón de agua dulce, chame y tilapia.
Son productos que tienen rentabilidad, mercado y para lograr este objetivo emprenderán en la búsqueda de créditos internacionales porque acudir a BanEcuador es un "viacrucis", dijo Enrique Rodríguez.
Según dijo, en la entidad financiera reposan cientos de solicitudes que no son tramitadas ni liquidadas por falta de recursos. "A nosotros nos ilusionaron de que la siembra de maíz iba a ser la riqueza de los agricultores, pero no hubo tal", expresó.