Con la satisfacción por lo cumplido, rememora sus mejores experiencias. Su casa..su hogar… su paz espiritual….
Nadie es profeta en su tierra, señala un adagio popular. Jorge Villamizar nació en Colombia y desde hace más 30 años vive en Ecuador, país del que se enamoró por su tranquilidad, clima, amabilidad de su gente y por las oportunidades laborales que encontró. Lleva 50 años de casado y tiene tres hijos.
Vive en el valle de Cumbayá, rodeado de naturaleza, donde disfruta de las bondades del sector, de su familia y de su huerto.
Llegó a Quito para elaborar una consultoría y después desarrollar un proyecto que permitió culminar la construcción del Mercado Mayorista, en la época del alcalde Alvaro Pérez intriago. Luego fue gerente de este centro de acopio.
Con el cambio de administración municipal, fue contactado por la empresa avícola Pofasa, a la cual se vinculó en marzo de 1984. Desde entonces, el sector avícola se convirtió en su prioridad, en el campo profesional. Durante 32 años estuvo en la gerencia de esta empresa.
“La avicultura es un negocio complejo que requiere toda clase de conocimiento y experiencia porque se involucran diferentes aspectos como: lo industrial, la crianza adecuada de los animales, así como la importación de la materia prima”, explica.
Si bien, la avicultura tiene miles de años en el mundo, para los primeros negocios que se implementaron en el país, se traían pollos desde Estados Unidos, muchos de los cuales morían en el viaje por no existir las condiciones adecuadas, contrario a lo que sucede actualmente.
Además, era tan difícil producir y comercializar los pollos, porque solo se consumían en domingos y fechas especiales. Con el paso del tiempo llegó la tecnología con las incubadoras que mejoró la crianza, la nutrición, la genética y la demanda aumentó, a pesar de la competencia.
El éxito para el desarrollo de la avicultura fueron las investigaciones realizadas en Estados Unidos para mejorar la alimentación. Se combinó el maíz y la soya y los resultados fueron satisfactorios. No obstante, uno de los problemas del sector son las enfermedades, principalmente respiratorias. “Tratamos de no emplear medicina veterinaria y el reto para el futuro es la producción de animales sin antibióticos”, manifiesta.
En la actualidad, el sector avícola puede salir adelante porque la tecnología está disponible y al alcance de la mayoría de productores. “Se requiere que el país brinde las facilidades para evitar la importación de materia prima y por ende disminuir los costos de producción y comercialización”, puntualiza.