Soya, una de las principales materias primas para elaboración de balanceado.
Foto: United Soybean Board
Santiago Romo.
Jefe de Formulación / Nutricionista
Skretting Ecuador
La industria avícola posee la información idónea para realizar un muy buen trabajo en todos los ámbitos, especialmente a nivel de nutrición. No hay duda de que los alimentos constituyen el costo más alto de la producción de aves de corral, llegando a representar hasta un 70% de la inversión total.
Del costo total de la alimentación, alrededor del 95% se destina a satisfacer las necesidades de proteína y energía, aproximadamente del 3 al 4% las necesidades de vitaminas, minerales y oligoelementos, y del 1 al 2% de los distintos aditivos.
Con ello se puede diseñar programas de alimentación que cubran todos los requerimientos nutricionales al menor costo; sin embargo, se requiere que las aves tengan un intestino saludable para poder absorber estos nutrientes y transformarlos de forma eficiente.
Los nutrientes se pierden por una mala digestión o mala absorción, mientras que los pocos nutrientes que son absorbidos son utilizados en primer lugar para sobrevivir, en segundo lugar para mantenerse y finalmente para la producción de carne o huevos.
Las dietas para aves se formulan a partir de una mezcla de ingredientes, entre ellos: cereales, subproductos de cereales, fuentes de proteínas, subproductos de origen animal, grasas, suplementos vitamínicos y minerales, aminoácidos y aditivos, en donde la disponibilidad y la calidad de las materias primas representan un papel trascendental.
La calidad y disponibilidad de ingredientes influye considerablemente en la integridad intestinal. Es reconocido que el desarrollo y la salud del Tracto Gastro Intestinal (TGI) son factores claves en la productividad de las aves.
El intestino es un órgano complejo que forma parte del TGI. El TGI realiza dos funciones básicas, la digestión y absorción de nutrientes y el mantenimiento de una barrera protectora contra las infecciones microbianas y virales.
Son muchos los factores que pueden influenciar el funcionamiento del TGI: enfermedades virales, Gumboro, Newcastle, coccidias, etc.; pero muchas veces la falta de disponibilidad de materias primas en el mercado, y la falta de recursos para el control de la calidad de materias primas disponibles, hace que se ponga en riesgo la calidad de los ingredientes, exponiéndose a factores como micotoxinas, factores antinutricionales, peróxidos, aminas biogénicas, presencia de hongos, plagas, etc.
Aves | AFLA ppb |
OCRA ppb |
T2 ppb |
DAS ppb |
FUMO ppb |
DON ppb |
ZEA ppb |
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INICIAL | 0 | 0 | 0 | 0 | 100 | 200 | 10 |
CRECIMIENTO | 2 | 2 | 50 | 200 | 100 | 500 | 20 |
TERMINACIÓN | 5 | 5 | 50 | 200 | 500 | 1000 | 200 |
POSTURA | 10 | 5 | 100 | 500 | 1000 | 1000 | 50 |
REPRODUCCIÓN | 10 | 5 | 100 | 500 | 1000 | 1000 | 50 |
Actualmente existe un gran desafío a nivel de micotoxinas en las materias primas. El cambio climático ha influenciado mucho en el desarrollo de hongos en los cultivos y por ende en la producción de toxinas. Además, la combinación de varios tipos de toxinas, así sea en proporciones consideradas "bajas", provoca un gran impacto a nivel de producción e inmunosupresión, disminución de peso vivo y de pesos de hígados, bazo y bolsa de Fabricio, alteraciones en los sistemas enzimáticos y parámetros hematológicos, y otros.
Referencias fotográfica de afecciones en las aves:
Menor pigmentación
Baja uniformidad
Desórdenes de plumas
Inmunosupresión
Es frecuente observar síntomas de micotoxinas en aves, a pesar de niveles bajos que se podrían explicar por el sinergismo toxicológico. Esto lo podemos ver claramente con la situación actual de maíz, en donde existen bajos niveles de aflatoxinas y presencia importante de fumonicinas. Por lo tanto, el control de los mismos para el diseño de las dietas en la formulación y el uso de aditivos especializados, se vuelve clave dentro del proceso de producción.
Los diferentes grados de proceso de las pastas de soya ofertadas en el mercado, especialmente soyas poco cocidas que aparentemente cumplen con parámetros de negociación en actividad de ureasa 0.05-0.2 delta Ph, hacen que se juegue con los valores altos de inhibidores; ya que no existe correlación entre una y otra.
Los inhibidores de tripsina influyen considerablemente en los resultados de producción, debido a la baja digestibilidad de la principal fuente proteica usada en las dietas de las aves. Allí se observarán pollos con tránsito rápido, aves con desórdenes en el emplume, pollos despigmentados, alteraciones en uniformidad y tamaño de huevo, mayor porcentaje de huevo sucio y bajos niveles productivos.
Para asegurar que una soya esté bien procesada y no esté cruda, el parámetro óptimo de actividad ureásica, que es el parámetro de negociación, debe estar entre 0.01-0.05. Además, para asegurar que la pasta de soya no esté quemada, debemos asegurar un KOH de 78%.
Es importante tomar en cuenta que el pollo de engorde moderno es mucho más eficiente y su consumo de alimento es mayor, con lo cual el consumo de inhibidores de tripsina también es mayor.
Asímismo, es importante considerar que, en una reproductora pesada, el consumo durante su levante en 24 semanas, con una soya alta en inhibidor de tripsina, hará que en su pico de producción comience a mostrar síntomas de desnutrición, desplume, baja persistencia, baja incubabilidad, pobre calidad de pollito, pudiendo hacer muy poco para su recuperación de una maquinaria ya hecha para producción de huevos fértiles.
El alimento es la inversión más grande en una parvada. Debido a esto, está en nuestras manos asegurar la disponibilidad y calidad de los ingredientes que la constituyen, ya que puede afectar considerablemente la integridad intestinal de las aves.
Debemos tomar en cuenta que estos factores causan más pérdidas económicas comparadas con las de mortalidad, que no siempre son tan significativas como las pérdidas por desempeño de las parvadas.