Mirza González
Fotos: Marcelo Nuñez Cabrera
Luego de haber superado una crisis que concluyó a finales de 2016, el sector porcicultor del país está en franca recuperación. Esa es la impresión que tienen Jorge González y Mirza González, expertos en producción de cerdos de la línea genética Topigs Norsvin, quienes recordaron que la crisis en mención quebró al 80% de pequeños y medianos productores.
"Quedaron los mejores y se ha iniciado un proceso de mejoría", dijo Jorge González, para quien los productores ahora optimizan los procesos de producción, y realizan porcicultura de manera tecnificada, en algunos casos, igual a la que se efectúa en granjas de Estados Unidos o de países europeos, aunque con las debidas diferencias en volúmenes de producción.
"Aumenta la producción y el consumo, mientras los productores hacen porcicultura de manera tecnificada, cuidando el medioambiente, empleando líneas genéticas que permiten optimizar resultados y mejorando los alimentos balanceados", dijo.
Según González, la porcicultura en el país prácticamente dejó de ser un tema de traspatio, de producciones pequeñas, familiares donde muchas veces se dejaba a la mujer de la casa el cuidado de los animales; ahora se está volviendo una actividad industrial tecnificada, donde se cuida mucho los detalles de la producción y todos los niveles de la misma.
"Hay granjas que crecen rápido y que alcanzan niveles productivos interesantes con una buena calidad de carne de cerdo", opinó.
Para Mirza González, en los últimos años se han visto diferencias notables en las granjas. "Cada vez están mejorando la productividad con mayor eficiencia, y en relación con los países vecinos no se puede envidiar el nivel de productividad. Sí afecta la competitividad; somos deficientes y no podemos competir básicamente por temas de insumos y mano de obra con los que se cuenta en el país".
Manifestó que el precio de venta al público en nuestro país está entre 1,20 y 1,30 dólares por libra de carne de cerdo en pie, valor que está considerado en este momento como aceptable para la industria.
Los González ven una oportunidad porque Ecuador no es autosuficiente en cerdo, esto significa que aún hay espacio para crecer, espacio que se ampliará por el crecimiento poblacional, aunque advirtió que hay que estar atentos al contrabando porque no siempre se controla lo que ilegalmente ingresa al país.
Jorge González
Fotos: Marcelo Nuñez Cabrera
Jorge González opinó que el país puede ser más competitivo mediante el uso de mejores genéticas, y de mejores alimentos. A eso sumó una adecuada capacitación del personal, aspecto en el que trabajan las granjas tecnificadas y donde se considera de suma importancia la bioseguridad: contar con espacios limpios y un ambiente libre de enfermedades.
Refirió que hay granjas que manejan de manera excelente el tema ambiental, seleccionan el tipo de agua que se proporciona a los animales; se preocupan porque los cerdos consuman el alimento adecuado, que se formulen dietas alimenticias por lotes y por semanas, lo que implica exigir a las fábricas de balanceado que generen un mejor alimento.
Por otro lado, está lo que viene del exterior: tecnología y genética. González precisó que en el país existen dos o tres empresas proveedoras de genética y explicó que en los últimos tiempos ha habido drásticos cambios: se ha incrementando la producción de cerdas que de 22 cerdos por año, ahora tienen 32 lechones, con un 90% de porcentaje de partos.
Agregó que hoy se tiene cerdos que se los desteta entre 6 y 8 kilos, y se habla de que en 150 días llegan a 120 kilos con grasa dorsal de aproximadamente un centímetro, por lo que la calidad de la carne de cerdo ha cambiado de una manera drástica.
Bajo esas condiciones, González manifestó que la carne de cerdo es considerada este momento la nueva carne blanca, con grasa localizada en determinados sitios. Indicó que ahora es una carne recomendada por especialistas cardiólogos en México y Colombia.
Cuidado con enfermedades
Para Jorge González, Ecuador es un país bastante limpio y libre de enfermedades, pero en los últimos años, a causa del contrabando, han ingresado enfermedades que son graves y pueden afectar y cambiar los niveles de productividad actual.
Explicó que hace cuatro años ingresó desde Colombia por la misma vía ilegal la diarrea epidémica, por lo que hasta este momento hay algunas granjas positivas. También en el país está la peste porcina clásica (PPC), pero con las campañas de vacunación está controlada, propendiendo a la erradicación.
Lo que sí mantiene en alerta al sector es el síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRS), que "afecta tremendamente la producción, la productividad; para evitarla hay que cambiar el manejo de muchos aspectos. De hecho grandes empresas en Estados Unidos han optado por vaciar las granjas, dejarlas libres por uno o dos años, para volver a producir".
González recomendó que, antes de adquirir animales, se debe exigir análisis de sangre, conocer el origen de dónde provienen los animales. "Lo más sano es comprar de granjas libres de enfermedades, pero que cuenten con informes garantizados".
Explicó que el estrés es el desencadenante de la enfermedad, por lo que recomendó que los animales deben vivir en un ambiente tranquilo.
Por su parte, Mirza González ratificó que, el PRRS tiene una alta incidencia que puede causar hasta el 20% de mortalidad en lechones.
"El problema del PRRS es que se repite cada cierto tiempo, y afecta disminuyendo el porcentaje de parición entre un 20 y 30%", dijo al precisar que la enfermedad es cíclica y se presenta cuando hay cambios de clima, de alimentos o manejos violentos por cuanto esta especie animal es muy sensible.
Por eso, la experta sugirió que se deben cuidar emanaciones de ruido, contar con mano de obra calificada que proporcione un trato adecuado a los animales, proveer los necesarios insumos.
La genética incide
La leche materna además de nutrirlos, genera defensas a los cerditos.
Los dos expertos indicaron que la genética que manejen las granjas porcícolas determinará la calidad de los animales.
Topigs Norsvin es la segunda empresa proveedora de genética en el mundo (luego de Pic); manejan la línea Tópic, creada hace más de 20 años, con gran acogida en el mercado porque es una cerda programada para productores.
Jorge González indicó que la empresa tiene alrededor de 6 millones de cerdas, con más de 60 millones de cerdas de producción al final, con un manejo tecnológico que permite saber dónde están los mejores animales, dónde están las características que requieren los productores.
Indicó que el desarrollo genético es puntual, porque hubo empresas que comenzaron a ofrecer 48 crías por año y se enfocaron en hacer lechones, pero se olvidaron que al final el lechón debe ser carne, y por eso al concluir el destete quedaban 10 u 11 lechones.
"Topigs Norsvin, con un manejo integral se preocupa que los lechones que nacen se desteten. El porcentaje de mortalidad al destete es bajísimo, apenas el 2% de mortalidad. De ahí que ese lechón destetado debe llegar a transformarse en carne; el número al final es de 3 400 kilos de carne por hembra al año", dijo González.
Manifestó que hay productores que, por seleccionar características genotípicas de los animales, se olvidaron de las características productivas. Interesa -dijo- tener una madre que destete todos los lechones que pueda producir, y un lechón que crezca rápido y produzca todos los kilos de carne que pueda producir en el menor tiempo posible.
Mirza González aspiró a que los productores
se preparen con mejor genética, manejo adecuado, siendo más eficientes para que eventuales crisis no afecten al sector como sucedió en años anteriores.