Contar con cifras sobre producción de aves en el país es indispensable para que el sector pueda armar una estrategia que le permita enfrentar las crisis, como la que actualmente atraviesa el país en la comercialización de la carne de pollo. Hay graves problemas que atraviesan actualmente los productores, para quienes la caída de los precios les ha dejado en una crítica situación."
Para Ducelis Almache, gerente nacional de la línea avícola de Pronaca, "es indudable que se carece de cifras oficiales que nos permita elaborar una estrategia como productores, para determinar la cantidad de pollos que ingresa al mercado. Es lamentable que toda la industria no tenga cifras, que deberían ser públicas". Considera que se debe disponer de información precisa y actualizada al alcance de los productores. Afirma a este respecto que Agrocalidad y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) deberían desempeñar un papel importante para suministrar información.
"Las incubadoras entregamos las guías que solicitan, con volúmenes, cantidades e identificación de quienes son los compradores de pollos, información que debería ser procesada al inicio de la semana para conocer cuántos pollos ingresaron. Agrocalidad exige a todas las incubadoras ingresar estos documentos; es decir, tienen las cifras. No deben desglosar los ingresos; solamente publicar cuánto ingresaron", sugiere.
Indica que esta crisis debió ser advertida en junio pasado, porque se registró el ingreso de reproductoras. La introducción de huevo fértil no se ajustó a los parámetros normales, y para agosto, todas las incubadoras vendieron mayor cantidad de pollo bb.
A la ausencia de cifras oficiales, agrega el hecho de que no se puede cuantificar cuánto ingresa y esto afecta a la economía nacional. "Lo más lamentable es que cuando hay demanda de pollita bb, este material genético es ingresado especialmente desde el norte del país, y eso lo hace quienes conocen sobre la industria. Mi llamado a los avicultores tiene el propósito de sugerir que no adquieran esas pollitas bb", señala.
Afirma que las grandes empresas proveedoras de pollo bb tienen establecida una planificación para vender sus aves, por lo que sorprende que exista un sector de avicultores informales que comercialicen pollos. Allí surge la duda ¿de dónde los obtuvieron? La obvia respuesta no descarta el ingreso vía contrabando del material genético.
Con respecto al contexto general del sector, el ejecutivo establece el diagnóstico calculando que un 60% de toda la industria avícola está tecnificada, con galpones de ambiente controlado y excelentes líneas genéticas, mientras que el 40% restante estaría conformado por avicultores que entran y salen del negocio, de acuerdo con la época de alta o baja demanda del producto.
Agrega que hay que incluir a los pequeños productores de pollo que adquieren los animales en los almacenes agropecuarios para la avicultura de traspatio o familiar. Con estos se completaría la actividad total. Allí estarían alrededor de los 90 millones de pollos que se producen anualmente en el país.
Como una medida para controlar este tema, el ejecutivo propone que la avicultura organizada exija que todos los productores, sin excepción, implementan los sistemas contables y declaren sus impuestos según lo dispuesto por las leyes ecuatorianas.
Manifiesta que los costos para tecnificar la actividad han bajado, frente a lo que fue hace cinco años. Hay empresas que han invertido en laboratorios para análisis de patologías, análisis de materias primas. La competencia ha mejorado mucho, lo que previene a las empresas que trabajan desde hace algunos años a mejorar sus procesos. Además, existen buenos profesionales de las nuevas generaciones de avicultores que están tomando la posta de manera adecuada.
No obstante lo señalado, los precios de carne de pollo no son nada comparables por ejemplo con 2014, 2015, 2016, que fueron años espectaculares, pero de pronto empezó la caída y nos fuimos en picada", dice, quien maneja la hipótesis de que hay intermediarios que aseguraron, a través de las redes sociales, que el precio bajó a 43 centavos en Balsas y eso agudizó la crisis.
Maíz, un factor determinante
Con respecto a esta crisis el profesional estima que el precio del quintal de maíz amarillo duro, materia prima básica para la elaboración de alimento balanceado, también contribuye a ella. "Si bien se ha mejorado la competitividad de la producción, el maíz debemos adquirirlo a un precio también competitivo para contar con costos de producción similares a los de nuestros vecinos lo que evitaría la crisis por el tema de precios". Solicita que el Gobierno haga efectivo el costo de 14,90 dólares por quintal, fijado como Precio Mínimo de Sustentación, para que se beneficie no solamente a un segmento. "Las políticas públicas deben fijarse para todos los actores de la cadena".
Indica que en el maíz existen ámbitos para establecer el equilibrio. El precio que fija el Gobierno, no es el que recibe el productor de maíz como tal; se beneficia al intermediario y al acaparador.
Ahí es donde debe intervenir el Estado supervisando que el producto llegue a las industrias.