Francisco Pazmiño, representante de la Asociación Ecuatoriana de Fabricantes de Alimentos Balanceados para Animales (AFABA), considera que la autorización para importar cereales sirve para contrarrestar la especulación en los precios de estos productos básicos para la industria avícola y destaca que la medida permitirá trabajar con más optimismo al sector.
"El Ministerio de Agricultura y Ganadería ha dado un paso importante, porque más que el volumen autorizado, es el efecto que esta medida produce. Una importación traída a tiempo hace que ceda el fenómeno de la especulación, que la realizan quienes no tiene nada que ver con la industria del balanceado y se dedican a guardar maíz para venderlo en época de escasez, a precios altos, por sobre los 22 dólares el quintal", dice.
Agrega que la importación forzará a quienes tiene almacenado el maíz a que lo saquen a la venta y a precios adecuados. "Los especuladores buscan ganar mucho dinero jugando con la temporada que no corresponde a las cosechas", precisa.
Indica que según los sondeos reportados al Consejo Consultivo, el déficit es de unas 300 mil toneladas. Refiere que en primera instancia se concretó un permiso para importar 100 mil toneladas, pero la autorización "es una muy buena medida para aliviar un poco la onda especulativa".
Cree que se deben tomar acciones contra quienes especulan con el precio del maíz, aunque lo ve complicado porque en el país hay libertad de comercio; es decir, que cualquier persona puede comprar maíz, "pero hay que hacer el intento de luchar contra los especuladores".
"No tienen (los especuladores) los compromisos económicos que tenemos los avicultores para mover la industria. Ellos compran el producto, lo almacenan y esperan el momento de la escasez para vender a precios altos y obtener sus ganancias, mediante la especulación", dice.
"Y esos especuladores -indica- son los que siempre están esperando que la política del Gobierno no autorice importar maíz ni soya, para vender sus productos a precios altos".
No todos los avicultores tienen la capacidad financiera para comprar grandes cantidades, ni la infraestructura para almacenar el producto y evitar a los especuladores.
Pazmiño considera que con esta primera importación, el agricultor podrá proveerse del producto, lo que permitirá tener un precio real del maíz -entre 15 y 16 dólares- con lo que se frenará la especulación.
Según la autorización dada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería, la importación de cereales (maíz y trigo) se ampliará hasta el 28 de febrero de este año, para que no incida en la cosecha de invierno, que inicia en abril.
"Comentando con los colegas decimos que cuando el precio del maíz está a 16 dólares el quintal, este producto está barato, ya que hemos estado acostumbrados a comprar maíz a precios altos, aunque los vecinos (Colombia y Perú) venden mucho más bajo: entre 9 y 10 dólares el quintal", expresa.
Añade que con la autorización para importar hay una relativa tranquilidad, aunque últimamente surgió el problema de los precios de la carne de pollo y del huevo, que han caído drásticamente.
"Pienso que es por la situación de la economía en general. Esperamos que las cosas vayan mejorando, ya que hasta ahora el Gobierno ha estado dedicado más al tema político", expresa.
Falta de visibilidad del sector
Otro de los problemas que Pazmiño evidencia es la falta de visibilidad del sector avícola. "Esto más bien está dado por la poca representatividad que tienen las diferentes actividades", al señalar como ejemplo el caso de los ensambladores de autos, que hacen lobby con el Gobierno. Los medios de comunicación destacan la importancia de esa industria, pese a que el 80% de los insumos son importados y en el país se aporta apenas el 20%.
"En la avicultura también se debería trabajar en ese sentido para hacer notar que se trata de una industria sumamente importante dentro de la vida nacional", recomienda Pazmiño, quien destaca como ejemplo a la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fedavi).