En Asofabat de Ambato, los técnicos de la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad) explicaron la normativa vigente que regula la actividad avícola y que, por lo tanto, debe ser cumplida por la avicultura ecuatoriana para producir de manera eficiente, adecuada e inocua, los diferentes productos y subproductos de la industria.
Los avicultores compartieron el Programa Nacional Sanitario Avícola (PNSA) que contiene información sobre la obligatoriedad del registro y la obtención del permiso de funcionamiento de granjas avícolas; permisos de construcción y ampliación de granjas; movilización de productos y subproductos de granjas avícolas; y, Ley de Sanidad Agropecuaria y aplicación de Buenas Prácticas Avícolas (BPA).
Los permisos de funcionamiento son obligatorios para las granjas de reproducción de huevos fértiles destinados a la incubación artificial; granjas para la producción comercial de huevos para consumo humano; granjas para la producción comercial de pollos de engorde; granjas de otras especies aviares: pavos, patos, gansos, codornices, etc.; para las plantas de incubación artificial; plantas de faenamiento; centros de acopio, venta y distribución de productos avícolas.
Los permisos de construcción de granja nueva y ampliación son otros documentos emitidos por Agrocalidad, así como el certificado sanitario de funcionamiento por primera vez y su renovación respectiva. Los técnicos explicaron el Manual de Procedimientos para la obtención del certificado sanitario de control oficial de granjas avícolas (Resolución 0215); la regulación de granjas construidas y en producción sin el permiso sanitario de funcionamiento, el cumplimiento de las medidas sanitarias y bioseguridad, el incumplimiento del aislamiento en distancias entre granjas (Resolución 0260).
Citaron y explicaron el articulado que se relaciona con las construcciones y ampliación; aislamiento con las especificaciones sanitarias y ordenanzas municipales; granjas de reproducción. Además, compartieron los protocolos y requisitos a cumplir, previos a obtener el certificado sanitario de funcionamiento de granjas avícolas, así como el accionar de los técnicos y las autoridades respectivas.
Indicaron que el tiempo de vigencia del certificado para granjas avícolas en general es de dos años, mientras que para las plantas de incubación es de un año. El certificado de funcionamiento es fundamental para la obtención de los Certificados Sanitarios de Movilización Interna.
Este documento es necesario para el control de movilización interna de aves, con la finalidad de prevenir la diseminación o propagación de agentes que puedan causar problemas sanitarios con consecuencias para la salud humana y animal, causando pérdidas a la economía nacional.
Bioseguridad e higiene
Los avicultores deben verificar que el personal de las granjas avícolas tenga los certificados actualizados de salud, conferidos por un centro de salud estatal.
La entrada de personas a galpones estará limitada exclusivamente al personal que allí labora, personal técnico, y funcionarios del Ministerio de Agricultura y Ganadería previa la desinfección obligada.
Para destruir los gérmenes y parásitos existentes, los galpones deben ser lavados y desinfectados al final de cada ciclo de reproducción, al igual que el equipo utilizado.
De acuerdo con la zona, la ventilación será la máxima posible, con el fin de desalojar el ‘aire viciado’ que existe en los sitios poblados por aves. Se deberá eliminar las aguas estancadas y los depósitos de basura cerca o alrededor de los galpones. Las instalaciones emplearán todos los dispositivos posibles que permitan el constante control de moscas y otros insectos.
Los planteles avícolas de producción comercial de huevos para consumo y de engorde, cumplirán programas sanitarios de prevención de control de enfermedades, bajo el asesoramiento del médico veterinario colegiado, especializado en Ciencias Avícolas y acreditado por la Senescyt.