El precio del quintal de maíz superó en muchos casos los 20 dólares. La industria solicitó acciones al Gobierno.
La Asociación de Productores de Alimentos Balanceados (Aprobal) expresó su preocupación por la caída en los precios del maíz. Jorge Josse, su director Ejecutivo, consideró que esto no le favorece al sector con el agravante de que la gramínea continua con precios de mercado. Solicitaron a las autoridades del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) adoptar medidas correctivas.
Hasta las últimas dos semanas de julio de 2022, el costo del grano oscilaba entre 21 y 22 dólares a pesar de que el precio mínimo de sustentación es de 15,57 dólares.
El maíz adquirido principalmente por Perú y Colombia, en los últimos años, fue más barato comparado con el nacional.
Josse advirtió que con los actuales precios de maíz el sector siente que “sigue en manos de los especuladores y de los intermediarios en un mercado donde impera la política; en el país el grano de maíz es escaso”. En plena cosecha, la tendencia también es hacia una subida de precios.
Los productores creen que se debería acelerar la importación porque no se puede asumir los incrementos de precios, en medio de la incertidumbre sobre los costos que continuarán al alza.
El año pasado se importaron 180 mil toneladas y no se afectó al mercado, tan es así que los precios en la última cosecha registraron niveles elevados, refirió Josse.
El 2021 inició con 16,50 y en 2022 con 19,50 dólares. “A duras penas cubrió el déficit, pero no hubo el suficiente volumen para alcanzar el stock que la industria debe tener”. En abril, al inicio de la cosecha, la industria debe contar con al menos unas 100 mil toneladas en reserva.
Control de la especulación
El MAG realiza recorridos por el país para controlar la especulación de los intermediarios, pero lo que necesitan los productores es que se tomen decisiones y medidas correctivas sobre el cupo de importación por la existencia del déficit.
“Si existiera suficiente maíz los precios no subirían y nadie abusaría. De esta forma Imperaría la ley de la oferta y la demanda”, subrayó el director de Aprobal.
La alternativa para evitar este inconveniente es que la industria pueda comprar directamente al agricultor. Pero se requiere disponer de una infraestructura de limpieza y secado en el campo, una tecnología a la que solo pueden acceder los intermediarios y no la industria.
“Estamos analizando si eventualmente podríamos trabajar en conjunto, pero también se necesita el apoyo del Gobierno para que actúe como coordinador entre el productor, intermediario y los industriales”, refirió Josse.
Soya es irremplazable
A fines de junio, el precio de la harina de soya fue de 560 dólares la tonelada con tendencia a la baja. Por sus bajos volúmenes la semilla de girasol no puede reemplazar a la soya, además de que en el país su producción es muy escasa. En el país existen plantaciones de alrededor de 50 mil hectáreas de girasol, pero todavía es insuficiente.
El Ecuador importa cerca de un millón 500 mil toneladas de este producto que es “irremplazable”, tanto para el alimento del camarón como para la actividad pecuaria.