Todo comenzó el 24 de febrero de 1922, en Holanda, cuando los productores de cerdos holandeses establecieron la Oficina Central de Genética de Cerdos (CBV, por sus siglas en holandés) con el objetivo de mejorar la genética.
La fundación CBV formó el comienzo de lo que hoy es Topigs Norsvin. Este año celebra 100 años de progreso de Topigs Norsvin. Durante el siglo pasado, la organización se convirtió en una de las compañías de genética porcina más grandes del mundo, activa en casi 60 países.
Al igual que en los primeros años, la innovación guiada por los aportes de los productores de cerdo sigue siendo el principal impulsor. En consecuencia, hay más oportunidades que nunca para realizar el progreso genético que beneficia a los clientes de todo el mundo.