Los agricultores que adquieren las semillas en lugares no autorizados deben asesorarse con un técnico, y verificar que los empaques tengan los sellos y estén en buen estado.
La ilegalidad también llega a las semillas que siembran los agricultores del país. Algunos proveedores expenden semillas de mala calidad, pero ante la falta de conocimiento las hacen pasar por certificadas. Esto perjudica la producción, genera mayor contaminación de los suelos, los cultivos son propensos a más plagas y enfermedades y existen pérdidas económicas.
“Se presume que en el país un 30% de las semillas son falsas. Resulta difícil cuantificar, porque el mercado es informal”, indicó Carlos Cadavid, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Semillas (EcuaSem), que agrupa a todos los productores, comercializadores e importadores de semillas.
Para identificar una semilla falsa, Cadavid sugirió tomar en cuenta que los granos estén en empaques seguros y sin rupturas, observar la uniformidad de las semillas (tamaño y forma), porque algunos proveedores colocan colorantes al grano y las semillas tiene diferentes estructuras. La mayoría de semillas certificadas son importadas, el costo es más alto, pero los resultados productivos son excelentes.
El control depende de todos, porque si los agricultores adquieren semillas ilegales, el negocio continuará. La persona que cultiva debe ser consciente al comprar una semilla certificada, pero también es importante el apoyo del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), Agrocalidad, Aduanas, etc., indicó el representante de EcuaSem.
Control con tecnología
EcuaSem trabaja para controlar la piratería en las semillas y proteger al agricultor. Para el mediano y largo plazos, las acciones se dirigen a precautelar la economía de los agricultores con herramientas tecnológicas y un valioso portafolio de semillas.
En tal virtud, EcuaSem firmó una alianza con la compañía suiza SICPA para fortalecer los elementos existentes y combatir esta problemática en el país a través de la aplicación de tecnología de protección de marca, que permita llevar a cabo una autenticación rápida de los productos, validando su origen lícito y la integridad de la cadena de suministro.
La solución planteada combina seguridad física y digital, incluyendo características visibles, invisibles y codificadas, que permiten una verificación real por medio de aplicaciones móviles. Un código QR brindará una identificación digital a cada producto para efectos de verificación, así como el acceso a información importante del producto.
Este tipo de iniciativas, además de lograr mayor transparencia en los mercados y generar confianza en la industria, favorece a los agricultores a mejorar la producción y a desarrollar prácticas agrícolas más sostenibles.
Esta iniciativa favorece la seguridad alimentaria, calidad de los productos y garantía para el agricultor. “A todos nos interesa que le vaya bien al agricultor con sus cultivos”, expresó Cadavid.
Una buena semilla debe ir acompañada de un adecuado proceso de cultivo; es decir, un buen manejo agronómico. El éxito productivo no solo depende de la semilla.