Los beneficios nutricionales son importantes para el organismo. Esta proteína es fuente de minerales, como: selenio, fósforo, zinc, potasio y vitaminas del grupo B. Es ideal para el consumo de niños, jóvenes y adultos.
El fin de año es tiempo para compartir con amigos y seres queridos, pero también es una época en la cual se preparan deliciosas comidas, entre estas el pavo que, aparte de ser muy apetecible es muy nutritivo y adecuado para incluirlo en nuestra dieta cotidiana, y no solo en esta época.
La carne de pavo y todas las carnes en general pertenecen a las proteínas de alto valor biológico; es decir, que proporcionan los nueve aminoácidos esenciales para que nuestro organismo cumpla adecuadamente con todas sus funciones.
Por otro lado, es un alimento que contiene mayormente agua en un 75%; bajo aporte calórico: una porción de 100 gramos aporta con 151 kilocalorías aproximadamente; y de alto contenido proteico, ya que con el consumo de 100 gramos podría cubrirse la tercera parte de la recomendación de consumo de proteínas diario de una persona.
Tiene bajo contenido de colesterol y puede consumirse en caso de tener ácido úrico elevado. En el caso de los micronutrientes, el pavo es fuente importante de minerales como el selenio, fósforo, zinc y potasio y vitaminas del grupo B como la B3 o niacina, cuya ingesta diaria se cubre prácticamente con una ración de pavo.
Además, su consumo estimula el sistema inmune, por medio del selenio, que ayuda a disminuir el riesgo de muerte por el cáncer de pulmón, próstata o mamario.
Es importante recordar que las carnes blancas, como el pavo, se deben consumir de tres a cuatro veces por semana y siempre procurando utilizar preparaciones saludables como asado, estofado, al horno, a la parrilla.
Pero en el caso de los embutidos como jamón, mortadela, salchichas, si bien es cierto los de pavo son los menos perjudiciales, se recomienda su consumo máximo una vez a la semana.