Un nuevo plan para reducir los niveles de desnutrición crónica infantil en el país está en marcha. La meta es bajar, en dos años, de 27,2% a 21,5%.
La desnutrición crónica infantil crece en el país. Ecuador es el segundo país de América Latina y el Caribe con mayores índices de esta falencia, luego de Guatemala. Afecta al 27,2% de los niños menores de dos años, conforme a los datos de UNICEF - Ecuador. Esta situación repercute en la productividad y su impacto se evidencia en el largo plazo.
El mayor número de casos se registra en los sectores rurales, pero también existen en otros estratos. En los lugares, donde existe mayor producción de alimentos, las familias prefieren vender sus productos para destinar esos recursos a otros fines, que no son una alimentación adecuada para los pequeños.
Wellington Sandoval, exministro de Salud, dijo que hace 10 años, la pobreza extrema bajó 10 puntos en el país y la desnutrición crónica infantil un punto. “Es un problema multicausal porque se combinan varios factores, como: falta de agua potable, saneamiento ambiental, alcantarillado y, sobre todo, ausencia de alimentos nutritivos para el niño”.
Mencionó un estudio que se realizó hace varios años en diez parroquias rurales de Latacunga, se escogió un grupo de 100 niños de entre seis meses y dos años, a los que se les proporcionó un huevo diario (cocido, tibio, en torta, etc.).
Después de seis meses, los niños del grupo que consumieron la proteína no presentaban factores de desnutrición. Con esto demostró que se puede bajar este problema con el consumo de un huevo al día, alimento accesible y de bajo costo, pero que reúne los nutrientes que el ser humano requiere en esa etapa de la vida.
Sandoval también es partidario de la lactancia materna, para que los niños crezcan saludables. En Ecuador solo el 33% de madres amamanta. Lo cual es una cifra alarmante.
Explicó que un niño con desnutrición no desarrolla la corteza cerebral. Cuando el niño tiene 12 semanas de vida intrauterina comienza el crecimiento de la corteza cerebral y hasta los dos años de vida llega al 80%; hasta los cinco años alcanza el 95% y el 5% logra a los 25 años. Además, hizo hincapié en que los niños con obesidad también sufren de desnutrición. “Se ha calculado que el 8% de desnutrición va ligada a la obesidad y se debe a una mala práctica nutricional”.
Sandoval es partidario de que el ente rector para el desarrollo del plan que combata la desnutrición crónica infantil sea el Ministerio de Salud Pública, porque tiene 10 mil centros y subcentros asistenciales en todo el país.
El país produce 14 millones de huevos diarios. Se necesitan 350 mil huevos al día para los niños de hasta dos años, con desnutrición.
Nuevo plan
El Régimen actual presentó un plan, que incluye un trabajo conjunto entre los sectores público y privado, así como la entrega del ‘Bono 1.000 días’ a mujeres embarazadas que viven en situación de pobreza.
La entrega de los recursos está sujeta a ciertas condiciones: 90 dólares, si las madres han cumplido, al menos, cuatro chequeos prenatales; 120 dólares en el primer año de vida del niño si las progenitoras acuden con su hijo a seis chequeos médicos, mínimo; y, 120 dólares cuando el niño cumpla dos años de edad y su madre lo haya llevado, al menos a cuatro controles médicos.
Para conocer las cifras con mayor precisión, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) inició en abril la Encuesta Nacional de Desnutrición Infantil a escala nacional. Los datos preliminares se tendrán a finales de 2022 y con mayor detalle en 2023. Se miden los niveles de desnutrición, el entorno en que vive el niño, las condiciones de vivienda, calidad del agua, vacunación, controles, vacunas, etc.
Para Luis Enrique Coloma, consejero presidencial en temas de desnutrición infantil, este problema es un tema social, de salud, de educación y de cambio de comportamiento. Por ello se creó la Secretaría Técnica de Articulación, donde participan todos los ministerios, los municipios, las prefecturas, los gobiernos parroquiales.
La desnutrición genera enfermedades graves, incluyendo anemia, retraso mental y ceguera permanente.
Aprovechar la Ventana de Oportunidad
Coloma admitió que este es el problema social y de salud pública más grave que tiene el país. Citó, que esta falencia no se atribuye a la pobreza, como se piensa, y prueba de ello es que, en 2018, en la encuesta de salud, se determinó que el 15% de los niños de estrato socio -económico alto, padecen de desnutrición.
De ahí, la importancia de enfocarse en los primeros 1.000 días de vida del niño, para prevenirlo durante el embarazo hasta los dos años, lo que se conoce como la Ventana de Oportunidad. En ese tiempo es importante la lactancia.
Para 2022, el Gobierno destina 334 millones de dólares a la lucha contra la desnutrición crónica infantil; creó el primer plan estratégico intersectorial para la prevención y reducción de la desnutrición; estableció una serie de estructuras de gobernanza, instituciones de articulación y coordinación, así como varios programas.
La meta es reducir en 6 puntos porcentuales, la desnutrición crónica infantil en menores de dos años, es decir, bajar del 27,2% a 21,5%; y, en 2030 llegar al 10%.
La desnutrición crónica puede causar retraso en el crecimiento (altura y peso).
Consecuencias negativas
Sebastián Paqué, director Ejecutivo de la Red de Nutrición Infantil, se refirió a un estudio de 2016, donde se determinó el impacto negativo que tiene la desnutrición crónica infantil en el aprendizaje educativo, el costo en salud y la pérdida de productividad. Cuando los niños desnutridos llegan a la edad adulta no son rentables y tienen ingresos más bajos.
“Estudios internacionales señalan que por cada dólar invertido durante los primeros 1.000 días de vida, hay un retorno de 30 dólares. Sin duda, la mejor inversión que puede hacer un país es en nutrición infantil”.
Añadió, que es bueno fijar metas como sociedad y consideró vital realizar un seguimiento a las familias, ajustar los programas y transparentar la información desde el Gobierno hacia la sociedad civil.