Los productores y balanceadores ecuatorianos aspiran a que la situación mejore para el siguiente año y plantean algunas soluciones para ese fin.
El maíz y la soya son los ingredientes principales para elaborar alimento balanceado. El stock varía según la realidad de cada empresa. Francisco Pazmiño, gerente de Avipaz, explicó que hasta mediados de noviembre, el abastecimiento sería normal, aunque el precio tiende al alza debido a la baja de la oferta.
Sin embargo, consideró importante la importación de materia prima, y para no tener conflictos con los sectores maiceros, mencionó la posibilidad de importar trigo.
En cuanto a la pasta de soya, cada empresa o gremio contrata su volumen de importación anual, y absorbe la cosecha nacional que por su precio encarece los costos del alimento y de los productos finales.
Pazmiño consideró necesario aplicar de forma definitiva el diferimiento arancelario de este subproducto de importación, caso contrario la cadena no podría sustentar los precios actuales y se fomentaría el contrabando.
Respecto a los precios nacionales, que son superiores a los internacionales, el gerente de Avipaz explicó que la tenencia de la tierra en el país, especialmente aquella que se dedica al cultivo de maíz, se basa en el minifundio, debido a esto no se puede llegar a costos similares de las siembras de tipo industrial como ocurre en Argentina o Brasil, por ejemplo.
Otro limitante que destacó es la luz solar. En los países europeos existe más horas de luz, lo que aumenta la fotosíntesis para la producción, razón por la cual no es difícil alcanzar hasta 12 toneladas por hectárea. Para lograr este rendimiento en el país, se requeriere mayor inversión en la producción, la reconversión del agro y la migración a cultivos más rentables.
Pazmiño aclaró que actualmente la provisión de afrecho, fuentes de calcio, fósforo, proteínas animales, etc. es normal. Sin embargo, una cantidad de afrecho llega al país desde Perú. En cambio, los aditivos como: vitaminas, enzimas, etc., también deben entrar en consonancia con los fines productivos de competitividad y bajar de precio.
Planteó tomar decisiones técnicas; bajar costos mediante la asociación de agricultores con el fin de adquirir insumos a menores precios, y así lograr una economía de escala; dejar cierta libertad de acción y que la oferta y demanda regulen las actividades.
En los últimos meses, el precio de mercado de la carne de pollo ha fluctuado entre 60 y 70 centavos por cada libra, es decir que, si el costo de producción es de 60 centavos, la utilidad es muy baja, en los países vecinos el costo es 10 centavos menos por libra. “Esa diferencia nos saca de competencia. Podríamos competir en igualdad de condiciones con Colombia y Perú, pero si los precios de la materia prima fueran similares”, dijo Pazmiño.