Un óptimo manejo de alimentación en las granjas avícolas requiere, indiscutiblemente, contar con materias primas de calidad. Así afirma Sebastián Romero, médico veterinario de la empresa Avihol.
"Para llegar a un óptimo manejo en granja de todo lo que son materias primas y dietas nutricionales, es necesario hacer un análisis profundo de la materia prima que está llegando", dice Romero, quien durante toda su vida profesional ha estado involucrado con el sector avícola.
Afirma que si en la fábrica de alimentos balanceados existe un maíz, soya o trigo de buena calidad "no hay necesidad de agregar otros insumos a la dieta alimenticia; no agregar más switches; es decir, mayor cantidad de atrapadores de toxinas, controladores fúngicos, un antioxidante extra o un promotor de rendimiento extra".
Indica que si ahora se agrega cualquiera de los insumos mencionados es con el propósito de que el ave tenga un buen sistema gastrointestinal, y se logre buenos resultados, en todas las especies que consumen el alimento balanceado.
Para Romero, la industria avícola debe tener claro que se requiere obtener un buen producto en menos cantidad de tiempo, por lo que si hay menos problemas los resultados serán mejores en la fase final.
Sin embargo, lamenta que, en el sector pecuario, quienes están dedicados a la alimentación encuentran más variables que constantes. Entre esas variables Romero cita a las materias primas, que por diferentes motivos no tienen un costo real, y que tampoco hacen nada por entregar materia prima de calidad instituciones como la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (Agrocalidad), el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), la Empresa Pública Unidad Nacional de Almacenamiento (UNA-EP).
Menciona que Agrocalidad tiene la meta de obtener mejores productos, sin necesidad de utilizar antibióticos, sin extras que no sea lo natural. "Pero, ¿cómo se puede hacer eso si no se dispone en el mercado de una buena materia prima, de calidad, para que no produzca problemas al productor pecuario?".
Señala que a las materias primas que llegan es necesario agregar un antibiótico, curar al ave, con lo que el precio real de la materia prima se encarece. "A ese maíz, que vino con toxinas en cantidades exageradas hay que sumarle el costo del control fúngico. Eso naturalmente encarecerá los costos.
El especialista indica que las empresas entregan núcleos vitamínicos o premezclas, para que el productor elabore su propio núcleo. Explica que el núcleo es un componente vitamínico mineral, que viene acompañado con aminoácidos, con control fúngico, con atrapadores de toxinas, con promotor de rendimiento, con enzimas que tengan la capacidad de digerir los cereales.
Ese núcleo está diseñado en base a los parámetros de las tablas de las especies, donde no hace falta involucrar nada más; sin embargo, "si la materia prima no es la adecuada, es necesario generar switches". Señala como ejemplo que por un grado de humedad se dañe el 5% de la proteína; si existen toxinas se desequilibrará el sistema inmunológico del organismo del animal, sean aves, cuyes, cerdos y vacas.
"Un pollo con sintomatología de toxinas, baja el consumo, se deshidrata, hay rotura de capilares, no llega a los niples y se deteriora y fallece. El pollo aparenta un estado de ebriedad, pero realmente está intoxicado. Para controlarlo hay que agregar al alimento balanceado atrapadores de toxinas, protectores hepáticos, lo que aumenta los costos de producción", refiere Romero.
Explica que un control fúngico está ligado a un atrapador de toxinas, por lo que controla hongos y evita la presencia de toxinas. Expone que por cada hongo habrá toxinas, ya que parte de la defensa del hongo frente al organismo es emitir toxinas.
"Entonces, en un control fúngico se puede utilizar ácidos orgánicos, oligosacáridos, vetaglucanos, para control fúngico. El coctel de ácidos, por lo general, funciona bastante bien en lo que corresponde a los atrapadores de toxinas. El manejo puede ser solo o mediante una combinación de varios atrapadores, porque cada atrapador tiene su rango de acción", manifiesta.
En el caso de toxinas, Romero declara que se han encontrado aflotoxinas, y sus subtipos: fluotoxinas, duodon, oclatoxinas, y salaradona. Indica que como cada atrapador de toxinas tiene su rango de acción, también tiene sus limitaciones, por lo que es necesario realizar combinaciones.
"Se ocupan vetaglucanos, arcillas hidrolosadas que tienen otras características, pero que secuestran toxinas", dice, al recomendar que se debe generar estrategias después de un análisis de las materias primas, para que el laboratorio envíe un diagnóstico de lo que se requiere.
"Esto obliga a agregar atrapadores de toxinas en base a lo que encuentra y va sumando gramos de vetaglucanos, kilos de atrapadores de toxinas, etc.", expresa.