Cacao, café, banano, maíz y ganadería son la base sobre la cual se trabaja cada día en la Estación Experimental Tropical Pichilingue que está a cargo el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP).
La Estación Pichilingue, se encuentra ubicada en el kilómetro 5 de la vía Quevedo - El Empalme, cantón Mocache, provincia de Los Ríos. Está dirigida por Carlos Molina, quien recuerda que este centro de investigaciones fue una base norteamericana donde se realizaban investigaciones de cacao, café y ganadería. "Al marcharse los norteamericanos, lo dejaron en comodato al instituto que a esa fecha ya se había creado. Desde esa época se han venido formando todas las bases de la investigación científica. Ha sido un sinnúmero de tecnologías generadas para el productor", destaca.
Generar y transferir tecnología agropecuaria que contribuya a mejorar el nivel de vida de los agricultores es su principal objetivo. La estación fue transferida al INIAP en 1963, y ese fue el lugar donde se formó el primer grupo de investigadores agropecuarios del país.
Molina explica que existen departamentos transversales o de apoyo dentro de la Estación, que sirven a la investigación científica para brindar servicios, tales como el departamento de suelos y agua, protección vegetal, calidad integral de cacao y café, y el departamento de biotecnología.
"La naturaleza de su trabajo, como lo determina el instituto, es realizar investigación científica para conseguir resultados concretos y tecnologías que se encaminen a mejorar los niveles de vida del productor", señala su director.
Tecnología al día
En los últimos años la Estación ha logrado avances tecnológicos muy importantes, como el lanzamiento de híbridos de maíz duro. Molina señala que el próximo año se realizará la presentación de un nuevo híbrido. "En cuanto a otros productos, el año pasado se lanzó dos materiales de alta producción de cacao fino de aroma: el Aroma Pichilingue y Fino Pichilingue, los cuales comienzan a estar en las manos del productor. Al momento que fueron liberados no pusimos a producir plantas para los productores de la zona".
El área de la ganadería es otro de los puntos a destacar en el trabajo de la Estación, con cruces alternativos de reses de carne para la Costa ecuatoriana. Asímismo apunta que se está lanzando un material de maíz forrajero para mitigar la escasez de alimento en la época seca. "Sin duda son variantes que serán asequibles para el campesino y desde ya esperamos resultados halagadores del material forrajero que será presentado el próximo año", dice.
El Director de la Estación explica que, dentro del sector agrícola, el aporte generado ha sido muy importante. Señala como ejemplo el haber mantenido en el mercado un híbrido por más de 25 años. Se trata de un maíz cristalino con unas características propias del mercado que necesita el productor. Es el INIAP 551, por el cual aún existe una alta demanda.
"Los especialistas en el área de maíz señalan que un híbrido no puede superar los diez años en el mercado, sin embargo este se ha mantenido y superado todo tipo de barreras y aún sigue la demanda", apunta.
Este híbrido, explica Molina, es muy tolerante a enfermedades y el margen de ganancia realmente puede ser muy superior a otros de la misma especie. Añade que esa es la ventaja que tienen los híbridos del INIAP, porque realmente todo el paquete tecnológico es mucho más barato que el que tiene la empresa privada.
En cuanto a las cifras de producción, menciona que con el material híbrido INIAP 551, bien manejado, se puede alcanzar entre 140 y 150 quintales por hectárea, igualmente espera que el próximo año, el nuevo material alcance un rango entre 170 y 180 quintales por hectárea (8,5 y 9 toneladas por hectárea)
Producto nacional e importado
Molina explica que en cuanto a las semillas importadas, la mayoría de ellas son harinosas, lo que dificulta un poco su almacenamiento. Refiere que las industrias avícola y pecuaria, tienen cierta preferencia sobre los maíces duros cristalinos. "Estos materiales tienen una característica propia para el empleo en balanceados que utiliza este tipo de industrias para la producción de proteína animal".
Indica que en la especie cristalina se hace mucho más fácil el manejo para el almacenamiento y el peso es un algo superior al maíz de material harinoso.
El mercado nacional, dice Molina, tiene más exigencia en cuanto al maíz duro, siempre se pide mayor producción por hectárea y por unidad de superficie, además de materiales con alta calidad proteica, sobre todo en el sector pecuario.