Empresario Carlos Miranda.
Fotos: Wilson Cedeño
Carlos Miranda, gerente general de Skretting, realiza un profundo estudio del sector agroproductivo del país, así como explica los problemas existentes con las materias primas nacionales y analiza el porqué el producto importado trae mejores beneficios.
Carlos Miranda señala que se debe contrastar la situación de las compañías que trabajan para el sector exportador y aquellas otras que producen proteína para el mercado local. "Es necesario establecer la diferenciación entre alimentos pecuarios y acuícolas", manifiesta.
Explica que el sector acuícola ha tenido un crecimiento importante en los últimos años, tanto es así que la mayor inversión en fábricas de alimento balanceado ha sido destinada a esta área. "En cambio, para el sector pecuario las inversiones han sido menores", señala.
Miranda dice que el consumo de proteína, como la carne de pollo o res en el país, ha bajado sobre todo debido a la caída del precio del petróleo. Ecuador es un país cuya economía funcionó con la alta dependencia del gasto público, que se basaba en el elevado precio del petróleo y el endeudamiento.
Agrega que, cuando los precios del petróleo cayeron y la capacidad de endeudamiento del Gobierno disminuyó, los índices económicos descendieron, por lo que hay menos demanda de carne.
"Hay una clara relación entre la formalidad e informalidad del empleo y el consumo de proteína. Cuando una persona sale de la informalidad a la formalidad, lo primero que se produce en la economía de esa familia es un incremento en el consumo de proteína, entonces su dieta pasa, de ser vegetal (consumo de arroz, papas, legumbres) a una de mayor proteína (consumo, de pollo o cerdo). Esto sucede en todas las economías del mundo", recalca.
Cuando el modelo colapsó, dice Miranda, muchas personas perdieron sus empleos y debieron hacer ajustes en sus economías lo que resulta en una menor demanda de proteína y por lo tanto una contracción del sector de alimentos balanceados para pollos, cerdos y vacas.
En el segmento acuícola, gracias a la innovación e inversión privada del sector camaronero, sus productores han podido sostener crecimientos de doble dígito por más de cuatro años. Vale la pena resaltar que la producción mundial se ha incrementado y en este momento está atravesando una nueva crisis relacionada con los precios internacionales del camarón. Esta crisis de precios se agudiza por la falta de acceso a mercados como México y Brasil, los retos de mantener competitividad en una economía dolarizada para exportar.
"Los principales mercados a los que llega nuestro camarón son el americano, europeo y asiático, siendo este último el más importante. Somos el proveedor número uno de Europa; allá es muy apetecido nuestro producto y es considerado como el mejor camarón. En este momento estamos pasando por una situación en la que debemos cuidar la eficiencia y la calidad. Afortunadamente hay tecnología para mejorarla y optimizar los factores de conversión, y en eso estamos enfocados para ayudar con la crisis de precios y hacer a nuestros clientes más eficientes".
Alimento balanceado listo para la comercialización.
Pérdida de competitividad
Según el gerente de Skretting, debemos ser sinceros en las apreciaciones y entender que nuestro país es caro. "No somos competitivos en muchos aspectos. La mano de obra, la energía eléctrica, los servicios públicos y la carga impositiva directa e indirecta, comparados con otros países son altos y de menor calidad. Se debe cambiar el modelo económico", menciona.
Señala asímismo que la producción de balanceados pecuarios aún es una actividad rentable, aunque dice que producirlos ha tenido un decrecimiento porque las políticas de Gobierno lo único que hicieron fue restarle, al pequeño productor de pollo y carne, la oportunidad de subsistir.
"Hay cada vez menos productores pecuarios y solo las grandes integraciones tienen economía de escala para sobrevivir. Nuestro negocio en la actividad pecuaria se ha reducido", refiere.
Dependencia del maíz importado
Ecuador produce alrededor de un millón de toneladas de maíz, que cubre entre un 90 y 95% de la demanda. Según Carlos Miranda, el problema es el precio que se pagó para llegar a este volumen. Sería interesante conversar con los productores de maíz que tienen diez o 20 años en la actividad para saber si su condición económica ha mejorado", dice.
¿Quién se ha enriquecido con el precio alto del maíz? Se pregunta Miranda. "El productor no, sin duda. De qué ha servido producir un millón de toneladas. El maíz ecuatoriano a veces cuesta hasta 50% más que el importado, dependiendo si en eso se incluyen aranceles y todas las tasas", explica.
El quintal actualmente está en alrededor de 16 dólares y el importado en 12. "El Ministerio de Agricultura y Ganadería debería eliminar todos los aranceles del maíz, cuando se lo importa.
Los países vecinos no pagan aranceles ni franja de precios porque tienen tratados de liibre comercio bilaterales con EE.UU., lo que les permite producir con costos muy inferiores.
El alto costo del maíz perjudica al consumidor, porque él está pagando un pollo que cuesta producir 35% más que en Colombia y Perú debido al alto costo del maíz en una economía dolarizada, y por lo tanto un precio final mucho más elevado que en toda América.
Almacenamiento de producto terminado.
La soya indispensable en el balanceado
Carlos Miranda explica que en una producción de pollo o cerdo las inclusiones de soya pueden alcanzar entre 20 y 30% de la fórmula. La soya es la materia prima indispensable para la producción de alimento pecuario y acuícola, es la fuente de proteína vegetal más eficiente que hay en el mundo.
Si bien existe una dependencia de la soya importada, el empresario dice que este término a veces tiene una connotación negativa, pero en este caso no lo es, ya que la alternativa es que se la produzca localmente, pero esta cuesta 50% más que la importada.
"Si el sector dependiera de la soya nacional, tendría el mismo problema del maíz y, en el caso del sector acuícola, quebraría si me obligaran a comprar el 100% de la soya nacional con 50% de recargo. Los camaroneros no podrían competir con otros países", en los que el precio de su producto se fija por oferta y demanda en el mercado internacional, recalca.
Para el vocero de Skretting, la soya es un cultivo que hay que analizarlo detenidamente: primero, el Ecuador por mandato de la Constitución prohíbe el empleo de transgénicos, por consiguiente si se produce soya en el trópico, se tiene que incluir en la siembra una gran cantidad de insecticidas y pesticidas que se comercializan en valores más altos que en EE.UU. o Europa, por consiguiente nos hace no competitivos.
Adicionalmente, como se tiene una soya no transgénica, (alto costo de producción y baja productividad), significa que la soya producida en el país tiene otro problema: la abundancia de químicos. Entonces hay que decidir cuál es el peor de los males, la soya transgénica o la producida con más químicos".
A su criterio, no se debería incrementar la producción de soya en el país. "Sería estratégicamente negativo, porque actualmente el volumen que se produce en el país, alcanza para menos de un mes de la demanda nacional y es un grano de menor calidad, de mayor costo y que se debe transformar en pasta para lo cual hay una sola planta cuyo costo del proceso es muy elevado", sentencia.
Con respecto a la falta de infraestructura para la producción de pasta de soya, Miranda señala que primero se debe conseguir un acuerdo de competitividad. "Pero realmente eso difícilmente va a pasar, porque no hay capacidad instalada.
Actualmente cuando adquiero grano en noviembre, la planta extractora que realiza esta labor termina de entregar la pasta de soya en marzo", dice.
Explica entonces que, además de que es limitada la cantidad en la producción de soya en grano, las extractoras que aún funcionan, no tienen la capacidad de procesamiento. "Debo invertir un gran capital de trabajo para que vayan produciendo torta de soya, poco a poco. Eso es ineficiencia".
"Antes de incrementar la producción también debemos estudiar cuidadosamente los efectos de una pasta de soya cara y alta en fibra, en los costos de producción de pollos y cerdos que son parte de la dieta de los ecuatorianos".
Finalmente Miranda indica que, para los alimentos balanceados de camarón y tilapia, es prohibitivo utilizar pasta de soya nacional.