Jorge Josse, director ejecutivo de Aprobal.
Foto: Marcelo Núñez Cabrera.
La harina de soya es la principal fuente de proteína que utiliza la industria de alimentos balanceados para la nutrición de aves, cerdos, camarón, ganado y mascotas. Nuestro país tiene muy baja producción de grano de soya y una capacidad limitada para procesarlo y convertirlo en harina de soya (80%) y aceite (20%).
La baja producción (alrededor de 54 mil tm anuales) y la poca productividad de la soya nacional son razones por las que nos vemos obligados a importar la leguminosa de EE.UU. y de países del Cono Sur de Sudamérica.
La soya y su harina o torta resultante se producen en EE.UU. Brasil, Argentina, Paraguay y Bolivia, principalmente y es importada por varios países alrededor del mundo, incluyendo China y varios de Europa. No hay duda de que la soya es un producto estratégico y hasta el momento irreemplazable como fuente de proteína.
El Ecuador no dispone ni remotamente de la superficie agrícola que se necesitaría para producir las 980 mil tm de harina de soya que se importan anualmente.
Mencionada superficie se calcula en alrededor de 490 000 hectáreas con un rendimiento de 2,5 tm de grano por hectárea (la harina de soya equivale al 80% del grano de soya cosechado).
La importación de soya es inevitable; no existe a nivel mundial otra macro fuente de proteína como la harina de soya, advirtió Jorge Josse Moncayo, director ejecutivo de la Asociación de Productores de Alimentos Balanceados (Aprobal). El Ecuador tiene capacidad para producir mínimas cantidades de otras tortas proteicas como de algodón o de girasol que resultarían insignificantes.
Como se mencionó, el país consume alrededor de 980 mil tm al año, lo que significa que la producción nacional anual de 54 mil tm de grano abastece para procesar solamente el 4,4% de lo que requiere el país.
Oleaginosas del Puerto es actualmente, la única empresa del país que está en posibilidad de extraer aceite y producir harina de soya. Cuenta con una capacidad anual de 36 mil tm Desafortunadamente el precio mínimo de sustentación de la soya nacional, de 30 dólares por quintal y que es equivalente a 660 dólares por tm, ocasiona que la harina de soya procesada por esta empresa tenga un costo final de 780 dólares, mucho más alto que la importada que tiene un valor CIF de 400 dólares.
Existen varias fábricas de alimento balanceado que cuentan con extrusoras pero igualmente su capacidad de procesamiento (cocinado / tostado y extruido) es limitada.
Por estas consideraciones, Jorge Josse señaló que el país no está preparado para reemplazar la importación de la harina de soya.
Rotación con el maíz
A fin de mejorar la sanidad y condiciones del suelo para los futuros cultivos de maíz es necesario sembrar soya cada uno o dos ciclos como cultivo de rotación donde la humedad remanente en verano lo permite, esto es básicamente Los Ríos y ciertas zonas de Guayas. De esta forma la cosecha de maíz de invierno será mejor. Otros cultivos que sirven para esta rotación con el maíz son: frijol de palo, maní, frijoles, ajonjolí entre otros.
La soya no podría sembrarse con éxito, por ejemplo, en Manabí por la falta de humedad en verano. Algún tipo de frijol o frijol de palo o "pichuncho" son otras alternativas. El MAG establece que existen alrededor de 75 mil hectáreas de maíz en esta provincia.
Un terreno adecuado para su cultivo son las tierras maiceras húmedas de la provincia de Los Ríos y norte de Guayas que abarcan una superficie aproximada de 90 000 ha pero que en verano muchas de ellas, son sembradas nuevamente con maíz y con otros cultivos como frijol de palo, sandía, melón, etc.
Para una siembra adecuada, Jorge Josse recomienda que se retome el empleo de la bacteria nitrificante Rhizobium japonicum con la cual se inocula la semilla de la soya antes de cada siembra con el fin de aumentar el nitrógeno disponible para el cultivo de la soya y que deja cantidades de 100 kg de nitrógeno por ha como remanente para el siguiente ciclo de maíz.
Esta bacteria nitrificante es un enriquecedor del suelo y potencializador de productividad de la soya y del maíz, que ayuda a fijar el nitrógeno que está en el aire cercano al suelo lo que aumenta el contenido de proteínas. En EE.UU., Brasil, Argentina y otros países soyeros, esta bacteria nitrificante se utiliza en cada siembra y, en vista de que se vende como polvo liofilizado, se disuelve en agua y se mezcla con la semilla antes de sembrarla.
Cuando ya está bajo tierra, las bacterias se activan, se asocian con las raíces de la soya y comienzan a tomar nitrógeno del aire, de los espacios que existen entre las partículas de tierra, guardándolo en forma de bolitas o nódulos en las raíces de la soya.
De esa manera la soya crece mejor, produce más y su grano contiene más proteína que el cultivo al que no se le aplica Rhizobium.
El Ecuador no ha importado ni un gramo de Rhizobium desde hace 20 o 30 años, por lo cual, no se emplea en los sembríos de soya. Josse calificó esto de "inexplicable" al igual que el hecho de que tampoco se permita importar semilla mejorada de soya, no necesariamente transgénica. "Es increíble que el país se ponga a sí mismo una camisa de fuerza y se amarre las manos para no producir mejor", expresó.
"Si vamos a sembrar así sean 20 000 ha de soya necesitamos hacerlo bien", aseveró Josse.
El empleo de semilla mejorada (híbrida en el caso del maíz) hizo que el Ecuador de un salto en la productividad y producción. Se pasó de 60/80 quintales por ha a 150 y en algunos casos a más de 200. Todos los agricultores del país utilizan en sus cultivos semilla certificada hibrida. ¿Y cómo es posible que para la soya no se permita importar semilla mejorada?, cuestionó.
Si bien el MAG se ha referido a costos de producción de soya de más de 1 200 dólares por hectárea, se estima que el costo real está entre 500 y 700 dólares, con una productividad promedio de 45 quintales aunque se han dado rendimientos de hasta 65 quintales.
Mayor producción de soya disminuiría la importación de torta..
Foto: Soybean board
La producción nacional
La soya es un producto que se consume en gran cantidad en las industrias, pero el abastecimiento local no es significativo. El año pasado, el MAG cuantificó en 54 mil tm la producción nacional. En cuanto al mercado local, el consumo humano directo es muy bajo. Recién en los últimos años ha aumentado el porcentaje porque se la emplea para elaborar distintos productos como queso "tofú", leche y carne.
El extrusado. Para Jorge Josse es complicado el procesamiento de la soya en el país por la falta de infraestructura. El proceso se inicia con el extrusado del grano que consiste en someterlo a una temperatura de alrededor de 70-75° C y, posteriormente extrusarlo. De esta manera se desactivan los inhibidores de tripsina que son sustancias que posee la oleaginosa y provocan problemas de digestibilidad en el animal.
El grano tiene un alto nivel de aceite vegetal que corresponde al 20%. El elevado porcentaje de aceite es también un problema porque obliga a la industria a modificar toda la formulación del alimento balanceado ya que no todas las especies requieren ese nivel de aceite (energía). A ello se debe la utilización de la harina de soya que ya no tiene grasa (es un subproducto luego de la extracción del aceite).
La industrialización tiene alto costo
¿Por qué no existen suficientes empresas para realizar el trabajo de extrusión? Según Josse, porque son plantas industriales que cuestan mucho, necesitan estar en funcionamiento permanente y continuo, contando con una buena producción interna de grano, para justificar económicamente su funcionamiento.
En los años 70 y 80, existían varias fábricas que procesaban la soya y otras semillas oleaginosas. La cosecha era tres veces más de lo que es en la actualidad, pero por falta de competitividad y otros factores comerciales, se procedió a la importación de aceite de soya. Era más barato traerla que producirla aquí y las empresas cerraron y se dejó de producir.
Los costos de la maquinaria y la producción son muy elevados. "Siempre debemos ir hacia la competitividad, a la eficiencia agrícola. Podría ser un buen negocio si tuviéramos costos de producción similares a los de otros países y áreas suficientes disponibles. En esos casos no habría diferencia entre producir e importar".
Baja productividad y altos costos
El Ministerio de Agricultura y Ganadería condiciona a la industria a comprar el quintal de soya a 30 dólares, pero una vez procesada, convertida en harina de soya, incrementa su valor a 780 dólares tm. En el mercado internacional se adquiere a 400 dólares (CIF) en Guayaquil. No tiene sentido aumentar la producción si no se puede ser eficiente, dijo "Es suficiente rotar la soya con el maíz, en la medida en que esto sea posible".
Otro de los problemas es la superficie de cultivo. Para producir 980 mil tm al año que requiere la industria del país se necesitarían aproximadamente 490 mil hectáreas para sembrar soya, área de cultivo que no hay.
Solución intermedia: importar el grano
Para el directivo de Aprobal, la inversión en una planta de extracción piloto o el mejoramiento de la actual, sería factible si se permitiera la importación de una cierta cantidad de grano de soya, suficiente para mantener una operación constante, como ocurre en China. En todo caso es un tema con muchas interrogantes que merece analizarse con mayor detenimiento.
CIFRAS
En Estados Unidos- El costo de producción de una hectárea de soya en Estados Unidos es de un promedio de 750 dólares.
- La productividad promedio es de 3,5 tm que equivale entre 75 y 77 quintales.
- El costo de producción por quintal es de 10 dólares
- La tonelada de harina de soya importada está entre 400 y 410 dólares En Ecuador
- El costo de producción de una hectárea de soya en Ecuador está entre 500 y 700 dólares. No se utiliza semilla certificada. El 70% de la semilla de soya que se emplea en el país es reciclada.
- La productividad estimada es de 1.9 toneladas por hectárea (42 quintales)
- El Precio Mínimo de Sustentación se mantiene en 30 dólares por quintal
- La tonelada de harina de soya nacional cuesta 780 dólares.