El pasado 16 de agosto, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) cumplió 50 años de existencia en Ecuador. El IICA se estableció formalmente en el país en 1968, y se enfrenta a los retos del siglo XXI de modernización del sector rural, promoción de la seguridad alimentaria y desarrollo competitivo, sustentados en la tecnología y la equidad social.
Inició su tarea con la promoción de programas de desarrollo rural integral, educación, investigación, fortalecimiento de capacidades y acciones vinculadas a las leyes de la reforma agraria de 1964 y 1970 que marcaron el desarrollo agrario.
Entre 1978 y 1988, acorde con las tendencias internacionales de desarrollo, el agro fue concebido con un estilo humanista y así se inició la cooperación técnica participativa, a escala latinoamericana, vinculada a la conservación y el manejo de los recursos naturales. Particularmente, en Ecuador, el IICA asumió un papel importante en el plan de acción de reactivación agropecuaria promovido por el Ministerio de Agricultura de esa época.
Entre 1988 y 1998, empezaron las preocupaciones por el bienestar ambiental y el IICA incluyó en su agenda de desarrollo el concepto de sostenibilidad. Enfatizó en proyectos de desarrollo rural integral, descentralización, participación de los actores en cada uno de sus territorios y la reactivación del papel protagónico de la agricultura en el desarrollo del país.
En esta década se produjo la inclusión sistémica de la agricultura coordinada entre las instituciones del gobierno central y los institutos internacionales. Surgiendo las organizaciones no gubernamentales, como actores del sistema de desarrollo.
Elementos como el cambio climático, la equidad de género y la inclusión de grupos vulnerables, ingresaron en la agenda de cooperación, no solo en el país, sino a escala hemisférica. Las cadenas agroalimentarias, la agroenergía, biotecnología, políticas de comercio, inocuidad de alimentos, desarrollo rural con enfoque integral, dieron la directriz para la gestión.
En la década que está por cerrarse, las prioridades del IICA no variaron y se enfatizó en aquellas que mostraron retos ante los cambios del agro en el nuevo milenio, entre ellos: la agricultura familiar, reducción de las desigualdades y la resiliencia de la agricultura y de las poblaciones vulnerables a los efectos del cambio climático.
Estos son elementos que han marcado la existencia del IICA en estos últimos años, dijo Julio Escobar, especialista en biotecnología y bioseguridad .
Desde hace más de diez años, el IICA trabaja en varias aristas demandadas por el Ministerio de Agricultura y el sector rural y agrario del país: agricultura, territorios y bienestar rural, agronegocios y comercialización, sanidad agropecuaria, inocuidad de alimentos, e innovación para la productividad y competitividad.