Serapio Arana, gerente nacional de ventas de Ecuaquímica, explicó que el mayor problema se centra en los productos que se emplean para nutrir el suelo, como la urea. La tierra requiere de macro y de microelementos: los primeros contienen nitrógeno, fósforo y potasio, mientras que los segundos azufre, calcio, hierro, etc.
“Los fabricantes de fertilizantes y otros productos necesitan gas de petróleo para los procesos industriales. Actualmente, China tiene problemas de energía porque cambió la energía eléctrica a gas y a energía eólica, mientras que en Europa siguen utilizando el gas natural, razón por la cual no hay suficiente materia prima para elaborar los fertilizantes y agroquímicos”, explicó Arana.
Añadió que los fertilizantes y agroquímicos registran precios más elevados e indicó que estos son de mayor uso entre los agricultores, como los glifosatos, herbicidas, entre otros.
Todos los agroquímicos subieron de precio en un 20 y hasta en un 80%. En 2020, un litro de glifosato costaba dos dólares, mientras que en la primera semana de diciembre se vendía a ocho dólares.
A este problema, se suman los precios del transporte. Hace un año traer vía marítima un contenedor de 20 pies desde China hasta Guayaquil costaba entre dos mil 200 y dos mil 500 dólares; ahora está entre 18 mil y 20 mil dólares.
Sin duda, esto afectará al costo y los volúmenes de producción. El agricultor al no disponer de dinero suficiente, comprará menos fertilizantes, agroquímicos, entre otros y la producción será menor. Quienes deseen continuar con el 100% de la producción deberán invertir un 40% más. “Si el país desea sostener la producción alimenticia debe ayudar al campo y así evitar un desabastecimiento entre julio, agosto y septiembre de 2022”, dijo Arana.
Iván Rugel, gerente de negocios de Fertisa, manifestó que el alto costo de los fertilizantes se debe a la oferta y demanda de algunos países como la India y EE.UU. en los que existe una alta producción de cultivos que obliga al empleo de grandes volúmenes de fertilizantes por lo que se estima que los precios de estos, se prolongarían hasta el primer semestre de 2022.
“La tendencia de precios sigue al alza, cada semana”, mencionó Rugel. Localmente el panorama de venta y empleo de fertilizantes disminuirá entre un 20% y 30%, al reducirse el área de siembra, lo que también afectará la producción si los agricultores que, por bajar costos, aplicarán menos fertilizante a sus cultivos.
Para el ejecutivo, resulta complicado reemplazar los fertilizantes químicos por abonos orgánicos, porque cuanto se requiere de procesos investigativos, además de que tampoco proporcionan el mismo rendimiento
Eduardo Hurtado, gerente de marketing y comunicaciones de YARA-Ecuador, mencionó que la situación es preocupante y los resultados negativos comenzarán con la siembra de invierno del maíz amarillo duro. “Los agricultores deben ser más eficientes y su actividad más rentable, caso contrario no lograrán cubrir ni los costos de producción”.
pEstimó que este problema se extenderá hasta marzo de 2022, porque en abril empezará a cambiar el clima en los países europeos y no requerirán gas para calentar las viviendas e industrias.
Juan González, director Ejecutivo de la Asociación de la Industria de Protección de Cultivos y Salud Animal (APCSA), dijo que el alza de precios se quintuplicó, por lo que los valores del maíz y del arroz, por ejemplo, se elevarán en un 40%, aproximadamente. “Si antes el costo de producción de maíz fue de dos mil dólares por hectárea, ahora sobrepasará los dos mil 800 dólares. Igual sucederá con toda la producción agrícola”.
A su criterio, resulta difícil reemplazar la urea por otro producto, ya que la producción orgánica no alcanza una buena productividad y además es costosa.
“Tendremos una disminución en la producción porque los agricultores sembrarán menos y en los siguientes meses no habrá suficientes productos en el país”, anticipó González.
Diego Ávila, gerente de marketing de Basf, estimó que en 2022 habrá un incremento promedio de entre el 5 y el 10% en el costo de los agroquímicos y fertilizantes.
“El agricultor tiene que producir más, colocar los insumos adecuados para lograr buenos resultados y si no tiene recursos económicos para invertir, se afectará la producción. Esta situación durará hasta mediados de 2023”, anticipó Ávila.
Alternativas de solución
Rafael Guerrero, presidente de la Cámara de Agricultura de la II Zona, se mostró preocupado por la situación y mencionó que el saco de urea cuesta entre 50 y 55 dólares, situación que afectará la producción.
“Es una realidad muy grave para los productores”, precisó, al añadir que algunos agricultores de ciertos productos soportarán el incremento de los fertilizantes y agroquímicos, pero ese no es el caso de los agricultores de maíz y arroz, por ejemplo. “No sabemos qué camino tomar porque no hay una política agropecuaria”, enfatizó Guerrero.
Rodrigo Gómez de la Torre, presidente de la Cámara de Agricultura de la I Zona, dijo que el problema es integral porque los principales productores de fertilizantes y agroquímicos del mundo se quedan con el producto para el consumo interno.
Consideró fundamental construir economías de escala y producir grandes volúmenes de fertilizantes para que se abaraten costos, así como concretar acuerdos comerciales con Rusia y China, principalmente.
“Hay que reconocer que el sector agrícola es sensible y no necesita complicaciones. Si somos un país agropecuario hay que darle facilidades al agro y permitir que se desarrolle de la mejor manera y pensando en el crecimiento. Asimismo, es necesario generar un excedente de producto para exportar a diferentes partes del mundo”, puntualizó Gómez.
Wilman García, vicepresidente, de la Bolsa de Productos Agropecuarios, manifestó que el panorama del sector agrícola es sombrío y con incógnitas. Citó algunos precios: en diciembre de 2020 un saco de urea puesto en la finca costaba 18 dólares y actualmente vale entre 40 y 50 dólares. También subieron los agroquímicos. El glifosato de 20 litros valía 52 dólares y a la fecha se consigue en 110 dólares.
COSTO UREA 2021
- Importación a octubre: 167.111 toneladas
- Precio de la tonelada en enero: 413 dólares
- Precio de la tonelada en octubre: 737 dólares
- Precio de la saca (50kg) en enero: 20,65 dólares
- Precio de la saca (650Kg) en octubre: 36,86 dólares
“El 90% de los agricultores pequeños sucumbirán ante esta situación. Estamos a 30 días de empezar con la primera fertilización y no se tiene el producto. Los agricultores deberán cambiar de actividad, ya que no serán competitivos. El cambio debe venir acompañado de capacitación y de créditos”, recalcó García, quien prevé que el 2022 será “muy complicado, especialmente el primer semestre hasta saber qué pasará con este problema. Actualmente en la Bolsa no existe oferta de ciertos productos.
Propuso que las autoridades del Ministerio de Agricultura y Ganadería organicen mesas de trabajo con las diferentes cadenas productivas, tanto de productores agropecuarios, industriales y consumidores, para elaborar una política sostenible que beneficie a toda la cadena.
Crisis en la producción de maíz
De su parte, el agricultor Clemente Rodríguez expresó que el problema es caótico para el sector agrícola, especialmente para los maiceros ya que emplean más fertilizantes y agroquímicos.
Indicó que él sembraba 12 hectáreas, pero dejó abandonadas cinco por el alto costo de los productos. En cada hectárea producía 120 quintales; es decir, mil 40 quintales. Al no trabajar la totalidad del terreno, dejará de obtener 600 quintales.
Además de la urea y fertilizantes, los agricultores de maíz aplican otros, especialmente cuando utilizan maquinaria para la siembra. Son los fertilizantes 8-20-20 o 10-30-10. El año pasado, el saco costaba entre 16 y 18 dólares y ahora vale 34 y 35 dólares. Es un abono que se entierra con la semilla y que contiene nitrógeno, fósforo y potasio. Los dos fertilizantes son necesarios para un óptimo desarrollo de la planta y para lograr un excelente producto.
Panorama sombrío, al menos hasta el segundo trimestre
“El aumento en los precios en China y Rusia, países que elaboran los agroquímicos y fertilizantes, repercute en el mundo; Ecuador también está inmerso en esta problemática”, señaló Diana Sánchez, gerente del área de fertilizantes de Agripac,
Este fenómeno se produce por el alto consumo de combustibles, debido a los fríos extremos que soporta el hemisferio norte en esas regiones lo que, consecuentemente, limita la producción de fertilizantes que emplean el gas como materia prima para su elaboración.
Por esto, los gobiernos de China y Rusia, prohíben la exportación de fuentes nitrogenadas como la urea y productos de nitrato de amonio.
“El alza de precios no solo afecta al sector agrícola, pequeño, mediano o al industrial. Es un tema económico global, porque al reducir la producción de alimento se generará mayor pobreza en el país. Las consecuencias serán más evidentes entre febrero y abril de 2022, que se agudizarán por las nuevas restricciones internacionales como por ejemplo las limitaciones que tiene China para vender arroz al exterior”, anticipó Sánchez.
Para la ejecutiva, es difícil preveer lo que sucederá más adelante, pero afirmó que los precios no bajarán de forma significativa. Recordó que en 2008, el saco de la urea costaba entre 35 y 40 dólares, mientras que el año pasado se consiguió entre 16 y 17 dólares. Al finalizar 2020, nuevamente subió y rebasó cualquier expectativa; ahora el precio bordea los 60 dólares.
“Esperemos que la situación se normalice luego de que concluya el invierno europeo (a finales de marzo), pero una mejoría de precios no se notará antes del próximo segundo semestre, aunque no se podrá regresar a los valores de 2020”, aseguró Sánchez.
Además, estima fundamental que la industria marítima tenga mejores opciones para transportar el producto; que habiliten contenedores, se incremente el número de buques. Esto mejorará la oferta.
Ante el desgaste del suelo, la planta necesita también magnesio, azufre, cobre, zinc, etc. De esta forma, se garantiza un buen peso de la mazorca y un color adecuado del grano.
A los agricultores también les preocupa el aumento de los precios de los repuestos de la maquinaria agrícola y el diésel.
Los créditos en las casas comerciales están suspendidos porque los agricultores no logran cancelarlos.