Si bien, la Pudrición del Cogollo (PC) avanza rápidamente, especialmente en la provincia de Esmeraldas, el sector le apuesta a la reactivación y a buscar mercados internacionales.
Uno de los cultivos importantes para el desarrollo productivo del país es la palma aceitera, que se desarrolla en 250 mil hectáreas. En 2020 tuvo una producción, aproximada de 465 mil toneladas, por encima de México y Perú. Además, genera más de 115 mil empleos directos e indirectos.
Los productores se preparan para asumir nuevos retos, que les permita crecer y consolidarse en los mercados internacionales. Para conocer cuáles deben ser las estrategias, Propalma (Cadena Productiva de Aceite de Palma), organizó una conferencia con Jens Mesa, quien fue por 30 años presidente de Fedepalma, en Colombia.
Mesa habló de la unidad gremial: la clave para enfrentar los desafíos del sector. Dijo que la visión de los productores debe centrarse en el futuro, porque la población crece aprisa en el mundo aumentando la demanda de productos, como los aceites vegetales tienen un gran potencial.
Otro punto clave, es el desarrollo de tecnología y conocimiento, principalmente para atacar la PC o para buscar mercados internacionales, que no sea Colombia, porque dicho país tiene suficiente aceite de palma. Colombia es el primer productor en América Latina y cuarto en el mundo.
En ese contexto, el expositor mencionó que el sector palmicultor ecuatoriano debe recuperar lo que dejó de hacer y analizar el escenario futuro. “Hay que juntarse y conquistar los mercados extranjeros, porque muchos mercados de América requieren aceite de palma o transformar esta materia prima en biodiésel, igual que hace Colombia, y así contribuir con el medio ambiente”.
Oscar Calahorrano, presidente ejecutivo de Propalma, manifestó que todas las sugerencias planteadas son viables. “Debemos orientarnos hacia un mismo fin y dinamizar el cultivo hacia la reactivación del sector en las zonas afectadas por la PC. Es responsabilidad de los gremios trabajar más en temas de unión que en divisiones. Para llegar al Gobierno hay que descubrir la fortaleza que tenemos y luego construir una mesa de trabajo, para marcar ese norte y avanzar por la senda de la recuperación”.
Para 2022, los retos del sector son la reactivación de las zonas afectadas por la PC -principalmente en la zona de Esmeraldas, provincia que requiere una atención inmediata a través de un financiamiento adecuado-; trabajar en las zonas donde no existe la enfermedad; articular estrategias para proteger la palma existente y trabajar en maximizar la productividad.
“Necesitamos un plan nacional de colocación de trampas para detener la PC, donde el sector privado asuma la ejecución y el Gobierno marque la estructura”, expresó Calahorrano, quien estimó que frente a este panorama quedan dos caminos: pensar que no hay un horizonte positivo o articular esfuerzos y apostar por la reactivación.
El sector finaliza el 2021 con 180 mil hectáreas disponibles.
En un año se perdieron 100 mil hectáreas a causa de la PC.
En producción representa una pérdida de más de 250 mil toneladas de aceite crudo de palma.