Este milenario producto, originario de América, es la base del sustento alimenticio de gran parte de los pueblos americanos.
En la Estación Experimental Santa Catalina del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) se indaga y desarrolla tecnología para los principales sistemas de producción de la Sierra Centro y Norte del país, además de ser un referente para la región interandina del Ecuador y toda la Comunidad Andina de Naciones.
Las investigaciones tienen el apoyo del instituto coreano KOPIA, que, con ayuda de nuevas tecnologías, abre un abanico de posibilidades para que los agricultores innoven sobre la base de los principales cultivos.
En una de las reuniones organizadas por este organismo, se destacó que el maíz es el principal cultivo transitorio en la región Sierra del Ecuador. Según cifras oficiales del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), se cultivan alrededor de 75 mil hectáreas de este cereal. Esta es considerada como una cifra muy superior a otros cultivos de importancia como la papa, trigo, cebadas, hortalizas, frijol, col, entre otros.
Sin embargo, dentro de las principales limitantes que tiene el cultivo, es su bajo rendimiento con alrededor de 3.7 toneladas por hectárea para choclo, y 1.6 toneladas por hectárea para grano seco. Para enfrentar este inconveniente, desde hace varios años, en la Estación Experimental se genera tecnología para incrementar de manera sostenible la productividad del maíz.
Equipos multidisciplinarios
En el INIAP trabajan equipos multidisciplinarios en varias líneas de investigación y desarrollo tecnológico. Durante el desarrollo de esta visita de campo los asistentes recorrieron cinco estaciones donde los responsables e investigadores de cada programa detallaron los resultados obtenidos, así como los avances que se ejecutan en el rubro maíz.
Recorrido por estaciones
En la estación número uno se conocieron los avances en temas de riego y fertilización que fueron expuestos por Yamil Cartagena, quien señaló: “Empleo eficiente del agua y el fertilizante permite incrementar rendimientos y obtener mayor beneficio económico y reducir la huella ambiental”.
En la estación dos se observaron las diversas variedades de maíz y la importancia de utilizar una buena semilla para asegurar la producción. En este tema Marco Andrés Araujo y su equipo contaron a los asistentes cómo el uso de una semilla de calidad permite incrementar el rendimiento y reducir el ataque de plagas y enfermedades. “Una producción sostenible también implica revisar el tema del valor agregado sobre todo en aspectos nutricionales y funcionales que permiten mantener la buena salud en el consumidor”, afirmó.
En la estación tres, Elena Villacrés y María Belén Quelal, mostraron los diversos usos que tiene el maíz y varias de sus propiedades nutricionales.
En la estación número cuatro, Victoria López expuso detalles sobre la investigación que se desarrolla sobre el empleo del plástico acolchado en maíz, y los beneficios que este brinda como el aumento de rendimiento, mayor eficiencia en el empleo de agua, con lo cual se puede realizar hasta dos ciclos de cultivo en el año.
En la estación cinco, Carlos Sangoquiza presentó el fertilizante experimental desarrollado para incrementar de manera sostenible la productividad del cultivo del maíz. Los resultados de las evaluaciones en varias provincias han permitido aumentar el rendimiento y reducir el costo de maíz por kilo de grano producido.
Otras líneas de investigación
Además de lo observado en las cinco estaciones se debe destacar el trabajo que realiza el INIAP en otras líneas de investigación, como la conservación de recursos genéticos liderado por César Tapia. En este ámbito se estudia y se preserva la gran diversidad genética que tiene el maíz de altura. En el banco de germoplasma del INIAP se conservan alrededor de dos mil acepciones de maíz de 29 razas distintas.
Por otro lado, el estudio del cogollero principal insecto-plaga del cultivo, o el gorgojo que afecta los granos almacenados son temas prioritarios liderados por Sandra Garcés.
Para la optimización genética, los investigadores están enfocados en mejorar maíces nativos con potencial agroindustrial. Luego de la variedad de maíz negro INIAP 199 liberada hace pocos años, la Estación Experimental está próxima a liberar una nueva variedad de maíz chulpi para lo cual han empezado los trabajos de mejoramiento de los prototipos locales como canguil y blanco de leche.
Estos trabajos se realizan en colaboración con la Universidad Técnica del Norte, la Universidad Estatal de Bolívar y la empresa Ecuaquímica.