Los precios de granos, oleaginosas y fletes marítimos marcaron la agenda de 2021; en 2022 seguirán representando un gran reto para el sector.
La Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas (CGAB) y el Consejo de Exportación de Soya de Estados Unidos (USSEC) analizaron temas coyunturales para el desarrollo económico de la región. En uno de ellos, varios expertos en precios internacionales de granos y fletes aportaron desde su experiencia un panorama hacia los principales retos para la industria de alimentos y bebidas.
Carlos Salinas, responsable de la estrategia de desarrollo comercial y de mercado para la soya estadounidense de la USSEC, dijo que al 1 de enero de 2022 el flete marítimo representa un flete granelero, y este año excedió el 300% y un porcentaje similar para los flujos de contenedores. Esto ha impactado en los precios en la región y en muchos casos más que los costos de los commodities.
Detalló que, por ejemplo, la canola subió en 92% como consecuencia de la situación climática complicada, y por los altos precios del aceite de palma aumentó un 70%. A criterio de Salinas este precio tiene “lógica” porque el aceite de palma es uno de los más baratos y porque todos intentan incrementar la inclusión de este producto en su formulación. El valor energético de crudo registra un 67% de incremento.
La pasta de soya se ha beneficiado de los altos precios de aceite en un 15% por la dinámica de la industria oleaginosa de EE.UU. Los sectores avícola y porcícola son otros beneficiados en ese país con un incremento del 43%, no así otros destinos que han sufrido las consecuencias por el alza de precios.
Salinas precisó que en el mundo se producen 381 millones de toneladas de soya; de este total, Brasil registra entre 135 y 141 millones.
“Sin la producción de Brasil, por los problemas de sequía y climas secos en el sur, y el exceso de precipitación en el norte que impacta el rendimiento, lo único que tendremos hasta la próxima zafra americana son 9.25 millones de toneladas en el inventario de Estados Unidos”, advirtió.
Consideró que a corto plazo no habría una solución por las precipitaciones ocurridas en Brasil desde hace algunas dos semanas “lo cual no es nada positivo”. Pero aseguró que en el Estado de Mato Grosso la sequía puede ayudar a cosechar la soya de una forma un poco más eficiente y con menos humedad.
Paraguay es otro productor de soya. En Paraná se producen 21 millones de toneladas de soya, en Santa Catalina 2.5 millones, y Río Grande 21 millones.
China, se ha convertido en el principal importador de maíz con 14% (26 millones de toneladas métricas), seguido de México 9% (17´), el tercer lugar lo ocupa la Unión Europea 8% (15´). En la lista también está Japón con el 8% (15.6’), Corea del Sur registra 6% (11.5’), Brasil 1% (1.7’), y Estados Unidos (0.06’).
Estas cifras del Departamento de Agricultura de EE.UU. las difundió Rodrigo Martínez, consultor en riesgos y analista de mercados, quien puntualizó que este país encabeza la producción mundial de la gramínea con el 32%, China con el 23%, el resto del mundo el 16%, Brasil 10%, la Unión Europea 6%, Argentina 5%, Ucrania 3%, y México el 2%.
Explicó que generalmente la producción en Sudamérica depende del efecto climático de La Niña, que suele estar asociada a precipitaciones por debajo de lo normal en Argentina y el sur de Brasil, tanto en primavera como en verano.
Como consecuencia, los rendimientos de maíz y soya suelen estar por debajo de la tendencia normal, especialmente en Argentina. En este caso, el mercado considera que podría caer en alrededor de 53.6 millones de toneladas, y en Brasil a 116.2 millones.
De los inventarios finales de maíz estimados en diciembre de 2021, el Departamento de Agricultura considera que se puede caer en alrededor de 1.5 millones de toneladas. “Quizá esta situación no será demasiado catastrófica que pueda justificar un repunte considerable y adicional de los precios, pero cualquier distanciamiento por la expectativa de producción sudamericana pudiera caer más allá de lo que presente el Departamento de Agricultura y será el factor que determine los precios a futuro”, dijo.
Martínez dio especial importancia a la producción del frijol de soya por su importante expectativa y que se convertiría en la segunda más alta en EE.UU., después del maíz, y con un destacado nivel de consumo doméstico.
Dentro del mercado de la harina al interior de EE.UU. la demanda ha sido firme, aunque también se ha visto exacerbada por los altos costos y problema de disponibilidad de lisina, además en el mercado del aceite hay un gran potencial de crecimiento.
Situación del flete marítimo
Desde 2021 los mercados de flete han estado “muy deprimidos”, casi “llegando a números rojos o solo sobreviviendo”, dijo Gabriel Letona, con experiencia de 12 años en la Corporación Multiinversiones e integrante del equipo que estuvo al frente del montaje de la unidad de compra y abastecimiento de granos.
A esto se suma que la Organización Internacional Americana y los grupos ambientalistas han solicitado a la industria marítima y a los propietarios de los barcos que disminuyan las emisiones de carbono.
El 2023 es el año límite para que los dueños de barcos y motores con los que se diseñan estas embarcaciones, cumplan ciertas condiciones. Los costos para construir los buques también están por las “nubes”, expresó, tras sostener que de estas circunstancias se han beneficiado los negocios de contenedores y son quienes actualmente tienen ocupados los astilleros.
Otro problema es que el 90% de los encargados del transporte están en cuarentena, y será visible una acumulación de barcos en lista de espera.
En 2021 el precio de grano de soya fue “extremadamente alto”, pues se ubicó en 16.67 dólares.
Dependerá del clima, tras las cosechas de Brasil, para regresar al precio anterior o que el mercado reaccione de forma distinta.
Si la sequía se mantiene en Brasil, y afecta en EE.UU. habrá problemas de suministro.