FRANCISCA CIFUENTES, MÁSTER EN NUTRICIÓN Y DIETÉTICA Y ESPECIALISTA EN EL MANEJO DE SOBREPESO, OBESIDAD Y TRASTORNOS CONDUCTUALES, EXPLICA LA IMPORTANCIA DE CONSUMIR PROTEÍNA ANIMAL EN TODAS LAS ETAPAS DE LA VIDA.
“La proteína es sumamente importante en la dieta humana, ya que es la encargada de ayudar a la regeneración celular. Nuestro cuerpo está compuesto por células que necesitan regenerarse constantemente”.
En los niños, por ejemplo, “la proteína estimula la hormona de crecimiento, para que no haya un déficit, sobre todo en vitaminas y nutrientes, y no se estropee el crecimiento y el desarrollo, no solo físico, sino también cognitivo de los niños”.
Para los adultos mayores, la proteína animal es crucial en la prevención de la pérdida de masa muscular. La pérdida de músculo acelera el envejecimiento, por lo cual una dieta rica en proteínas asegura la oxigenación adecuada y el funcionamiento celular en general.
Si bien es cierto, existe también la proteína vegetal, sin embargo, la proteína animal tiene una mayor absorción. “Esto la convierte en un componente esencial en la dieta de todas las personas”.
Cifuentes advierte que aquellos que optan por una alimentación vegetariana o vegana, necesitan “suplementar su dieta con vitamina B, para evitar consecuencias como desnutrición, anemia, pérdida de masa muscular, sobrepeso y obesidad”. Estas consecuencias pueden producirse debido a que la proteína vegetal contiene carbohidrato (granos)”.
La nutricionista no recomienda la eliminación de la proteína animal en la dieta de los niños. “No estoy de acuerdo en que a un niño se le haga vegano, eliminando la leche y sustituyéndola por bebidas como las de avena, coco o almendras”.
Para dejar la proteína animal y ser vegetariano o ser vegano, hay que tener una muy buena educación, incluso en el gramaje proteico al que tiene que llegar, dependiendo la actividad física y el estado de crecimiento de cada persona.
Pero ¿qué pasaría si mucha gente tuviera que reducir considerablemente el consumo de proteína animal, pero no por su libre elección sino como resultado de un potencial incremento en los costos?
Definitivamente crecería la desnutrición, sobrepeso y obesidad en la población. Esto a su vez se traduciría en mayor inversión por parte del Estado. “Hay que evitar estos gastos de salud al Estado, dando una mejor alimentación a la población”, señala Cifuentes.
En Ecuador, uno de cada cuatro niños sufre de desnutrición crónica infantil; 180 mil niños menores de dos años la padecen. Somos el segundo país en Latinoamérica con mayor índice de desnutrición crónica infantil, después de Guatemala.
“La proteína del huevo y la de la leche son consideradas de primer orden, es decir, con un valor nutricional muy alto y no deberían faltar en la alimentación de la población en general”.
Respecto del estrés de la muerte del animal, Cifuentes explica que, si bien “aumentan los niveles de cortisol en el animal, lo cual nosotros hormonalmente también lo comemos; más me inquieta el riesgo de que la población deje de comer proteína”.