EN LA LOCALIDAD PERUANA DE CHINCHA, A 200 KILÓMETROS DE LIMA, SE ENCUENTRAN LAS INSTALACIONES DE FARVET QUE CUENTA CON UNO DE LOS LABORATORIOS PARA LA PRODUCCIÓN DE VACUNAS, MÁS COMPLETOS Y MEJOR EQUIPADOS QUE EXISTEN EN LA REGIÓN Y EN EL MUNDO.

Este centro científico de primer orden, está compuesto por dos grandes plantas, una de investigación y otra de producción de una nueva generación de vacunas, con formulaciones específicas para diferentes patologías.
Equipos de última tecnología, instalaciones de primera calidad, personal calificado cuidando cada detalle del proceso de fabricación de vacunas. Todo está estrictamente controlado, nada se deja al azar.
Al frente de este innovador proyecto hay un gran conocedor y visionario, con capacidad y experiencia puestas al servicio no solamente del sector avícola sino también de su comunidad. Se trata del doctor Manolo Fernández, médico veterinario y microbiólogo; un científico que encuentra su razón en compartir sus conocimientos y experiencias técnico–científicas, y que además es un personaje querido y admirado por sus coterráneos.
“El doctor Manolo es un orgullo para el Perú”, dijeron varios moradores a nuestro equipo editorial, y es que lo conocen hace varias décadas, por su disciplina y entrega con que se trazó un objetivo, y lo hizo realidad.
Este profesional valora mucho el talento humano de la localidad. Los trabajadores, empleados y ejecutivos, en su mayoría son oriundos de la zona. Su equipo es interdisciplinario e incluye más de un centenar de funcionarios, entre microbiólogos, médicos veterinarios, químico farmacéuticos; una amplia variedad de profesionales y eficiente personal operativo.

LAS INSTALACIONES POR DENTRO
La estructura e implementación de sus instalaciones, la calidad y el conocimiento de sus técnicos, hacen de laboratorios FARVET, un pionero en Latinoamérica, que no tiene nada que envidiar a los grandes laboratorios multinacionales.
En el recorrido, el área de inoculación del virus es la primera en ser visitada. El profesional nos muestra el climatizador número cuatro, con indicador de temperatura, humedad relativa, regulador del caudal, entre otras funciones.
“Las presiones positivas también se pueden variar. No trabajamos con presión negativa, pero todas las áreas manejan su presión independiente, para evitar filtraciones y contaminación”, nos explica.
Una de las acciones más importante y que no deben, ni pueden ser pasadas por alto es el protocolo de desinfección debidamente automatizado. Solo se debe configurar los tiempos y la ventilación para que actúe el desinfectante”. “El equipo mide las presiones en tiempo real”, nos comenta.
En el siguiente espacio, uno de los equipos registró, efectivamente, una ligera variación en la presión debido a la apertura y cierre de puertas, nada de qué preocuparse, pues el equipo técnico mantiene bajo control estas variaciones.
Cada cambio de temperatura, cada manipulación es supervisada allí mismo en la planta, y también desde el extranjero. Un equipo en España proporciona atención inmediata en caso de producirse una falla técnica.
Para observar el desarrollo del proceso de elaboración de las vacunas -eso sí con la vestimenta adecuada y siguiendo todas las recomendaciones técnicas de bioseguridad- ingresamos al área del sistema de enfriamiento, el tanque de nitrógeno líquido, el circuito de materia fría, la planta de bodega, los sistemas activos de automatización de vacunas.
“Aquí se pueden ver una prueba de inactivación de vacunas -señala el doctor Manolo Fernández- y ahí está el líquido natural que debe contener virus inactivado”. Se trata de un control para garantizar que la vacuna no cause daño, explica.
Dentro del proceso de comprobación de la efectividad de la vacuna están los especialistas y técnicos que realizan el trabajo de inoculación. Una vez que el antígeno está producido, se debe verificar que la inactivación está bien realizada. Se inoculan embriones de pollo y luego de un tiempo de incubación, se los refrigera, se extrae el líquido y se lo envía a las pruebas moleculares para comprobar si hay o no virus.
Esto se realiza en el área de investigación y desarrollo. Si no hay virus significa que la inactivación está realizada correctamente. Una vez que concluye este proceso, ya el antígeno está expedito para mezclarlo y transformarse en vacuna.
Nada se escapa del radar de los técnicos de FARVET. Para ellos, el agua, el aire y la electricidad son claves. Por ello invirtieron en equipamiento de primera para garantizar la calidad de estos tres elementos.
El agua se procesa en el caldero de acero inoxidable, se evapora y pasa por un filtro. Así queda libre de virus, bacterias y todo tipo de contaminantes. El aire es controlado mediante un monitoreo constante para prevenir picos que pudieran afectar el trabajo normal, y los sistemas eléctricos se los controla independientemente; todo ello sujeto a comandos que se manejan desde el área central, “el cerebro del laboratorio”.
La siguiente parada es el ensayo de neutralización, un proceso mediante el cual los anticuerpos logran neutralizar a los virus. “Acá tenemos uno de nuestros primeros secuenciadores de genoma, que sirve para analizar los elementos que conforman el ADN”, afirma.

“El área de cultivo procesa alrededor de 120 tipos de linfocitos o glóbulos blancos, cada uno cumple una función importantísima para modular el sistema inmune de un animal o del ser humano. “Debe existir otros linfocitos más por investigar, que quizás con estos equipos se vayan descubriendo”.
No se ha dejado de considerar la salud humana. “Este equipo -señala- hace un chequeo del perfil inmunológico y puede predecir una leucemia en seres humanos con dos años de anticipación, dando tiempo para aplicar un tratamiento”. “Puede predecir una metástasis de un cáncer y si esa persona tiene el sistema inmune debilitado”, dijo.
Lo que a continuación observamos es sin duda fascinante: la biopsia de una célula tumoral humana. Esta célula está viva, criogénica, se aisló apenas hace unas horas. Gracias a la perseverancia de estos profesionales comprometidos con su misión, se logran cambios trascendentales para la humanidad.
Si bien los avances en salud humana suenan sumamente prometedores, el doctor Fernández asegura que la avicultura cuenta con mayores progresos, ya que la medicina veterinaria se enfoca en la prevención con un énfasis mucho mayor que la salud humana. “Si usted cría un millón de pollos y mi misión es cuidarlos, lo llevo a la quiebra”, por ello la prevención es fundamental.
Dejamos el área del laboratorio después de observar a dos robots que trabajan para la extracción de ácidos nucleicos de las muestras.
En FARVET, la capacitación permanente a su personal, más que obligatoria y es por propio convencimiento de quienes laboran y que asisten cumplidamente a varias salas de conferencias.
