Jorge Errecalde, de Basic Farm, explica la incidencia del empleo de antimicrobianos en la emergencia y diseminación de cepas resistentes.
La resistencia es un problema para la humanidad, es una pandemia silenciosa. Los casos esporádicos de personas enfermas por microorganismos multirresistentes, para los que no hay tratamiento, no impactan en las noticias de prensa. Sin embargo, generan un problema muy grave, con una tasa de fallecimientos que, al año 2050, será mayor que la de enfermedades cardiovasculares, si no se actúa pronto, advierte.
La emergencia de resistencias y su diseminación se pueden producir por distintas causas como el mal empleo de antibióticos, tanto en animales como en seres humanos.
En animales, los antibióticos deben aplicarse terapéuticamente y no como promotores de crecimiento. Su empleo debe contemplar regímenes de administración bien diseñados y seguidos.
“Hay que trabajar sobre los alimentos ya que, si el animal es procesado correctamente, el contenido intestinal, donde está la gran cantidad de microorganismos, no tendrá ningún contacto con los cortes, partes y segmentos que después serán consumidas”, explica Errecalde.
“Si el proceso de industrialización y de dispensa de los alimentos está realizado con buenas prácticas; y si el consumidor sigue las Reglas de Oro de la Organización Mundial de la Salud OMS; como, lavarse las manos y utensilios, adquirir alimentos seguros, cocinar correctamente los alimentos, se minimizaría enormemente el riesgo de afectación”.
Existen granjas con inadecuadas instalaciones, manejo deficiente, que insisten en compensar estas falencias con el empleo excesivo de antibióticos, con la finalidad de mantener un nivel infeccioso bajo. Esta es una muy mala práctica, que solo se puede erradicar con educación.
El objetivo es que, a todo nivel, se valore mejor el concepto de una sola salud; es decir, la salud del ser humano, de los animales y vegetales, del medioambiente, todo como una unidad.
Los antibióticos son una herramienta fundamental en la producción animal pero deben ser utilizados lo menos posible, concluye Errecalde.