La pandemia generada por la Covid-19 complica nuevas inversiones de los productores de huevo en varios países de Latinoamérica, debido a que se registran bajos precios de los huevos y altos costos de los cereales.
Además, temas del bienestar de las gallinas afectan cada vez más la decisión para instalar un nuevo galpón. La aves que se sienten cómodas dentro de su sistema, cualquiera que sea este, aumentan la rentabilidad de la actividad avícola, aunque también se incrementa el costo de producción.
Aunque en América Latina se prefiere el empleo de jaulas tradicionales, fabricantes de jaulas automáticas como Hellmann Poultry de Alemania, prometen nuevas jaulas con 25 años de durabilidad. En la actualidad, resulta difícil preveer la legislación de sistemas de producción de aquí a diez años.
Ahora, quien toma una decisión para adquirir una jaula normal, presume el riesgo de tener que cambiar sus equipos, tal vez en 15 años después. Frente a esto es mejor estar preparado para estas eventualidades.
En ese sentido, Hellmann Poultry, con 50 años de experiencia en la avicultura, ofrece una jaula enriquecible. Viene como una jaula tropical convencional para ponedoras, pero es más alta y permite una mejor ventilación natural. Además, evita que las aves entren en contacto con la cinta de estiércol del piso superior, que sirve como techo. Este sistema tiene casi al mismo costo, por ave, que una jaula convencional.
Adicionalmente, luego de que la legislación de un país latinoamericano exigiera nidos con cortinas y esteras cómodas de plástico, perchas o rascauñas, parecido a la ley de la Unión Europea, los avicultores no son forzados a cambiar todo el equipo.
El sistema enriquecible permite añadir varios aditamentos dentro de la jaula, con una variación de entre 5 hasta 10 % de la inversión inicial para convertir la jaula enriquecible en una jaula enriquecida o mejorada.
Al transformar la jaula en un espacio enriquecido, de 120 cm de ancho por 75 cm de profundidad, se baja la densidad de 20 o 21 aves (430-450 cm²) a 12 aves (con 750 cm² cada uno), según la legislación europea. Se sobtiene un mayor espacio para tener disponer de una jaula doble con la longitud de 2,4 m. En Europa, 12 cm de comedero por ave y 15 cm de percha por ave son requisitos indispensables.
Para rascauñas se emplean granos de corindón en fibra de vidrio que se adhiere a los listones del frente al comedero. Otros productores emplean listones perforados para rascar las uñas.
Hellmann Poultry está convencido de que América Latina escogerá algún tipo de jaulas mejoradas en lugar de una “revolución” con aviarios y gallinas libres de jaula.
En Ecuador, el primer galpón instalado con jaulas enriquecibles está en la granja de Agrolomas Cía. Ltda., provincia de El Oro.