El Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA) emitió el 11 de abril, su reporte mensual de estimados de oferta y demanda mundial agrícola.
Para este reporte, el USDA dejó prácticamente sin modificaciones la tabla de balance entre la oferta y la demanda de maíz en los EE.UU., pero hizo algunos cambios, esperados, en la tabla de balance mundial para el ciclo 2022/2023.
Desde hace varios meses, quienes siguen la evolución de las grandes cosechas en el mundo están monitoreando el efecto de la sequía en Argentina en su producción de maíz y fríjol soya.Cabe recordar que Argentina es uno de los principales productores y exportadores de maíz, junto con EE.UU. y Brasil, y el mayor exportador de torta de soya del mundo, por lo que una afectación en sus niveles de producción de maíz y soya pueden generar un desbalance en la oferta y demanda mundial de estos importantes ingredientes en la alimentación animal.El reporte WASDE de abril hizo un nuevo recorte a los niveles de producción de ambos granos en Argentina.Comparado con el reporte de marzo, los recortes fueron:
- De 3 millones de toneladas para el maíz, pasando de 40 a 37 millones. Esta nueva cifra implica una caída en la producción contra el ciclo anterior de 12.5 millones de toneladas, es decir, un 25% menos que el año pasado. De 6 millones de toneladas para el fríjol soya, pasando de 33 a 27 millones. En este caso, la caída en la producción comparado con el ciclo anterior es del 38%, con un recorte de 16.9 millones de toneladas.
Las cifras muestran una situación crítica de pérdida. Sin embargo, para los usuarios de maíz en el mundo el alivio viene dado por una gran producción en Brasil en este ciclo que compensa parcialmente las pérdidas que se están estimando en Argentina.
El USDA dejó la producción de maíz brasilero en 125 millones de toneladas, igual que el mes anterior, y comparado con 116 millones el ciclo anterior. Es decir, de las 12.5 millones de toneladas que se pierden en Argentina, 9 se recuperan con la mayor producción de Brasil. Sin embargo, considerando la producción y la demanda de los países más relevantes en términos de volumen, el balance termina con una caída en los inventarios finales globales, que mantienen la tensión en el mercado y que evitan una caída importante en los precios. En los próximos meses será importante monitorear el desarrollo del cultivo brasilero de la safrinha llamado a abastecer los mercados de exportación y el avance de la siembra en los EE.UU., que pronto empezará a reportarse también semanalmente por parte del USDA. Ambos factores tienen el potencial de dar una nueva dirección a los precios.