Después de cuatro meses de que se detectó el primer caso de Influenza Aviar en el centro del país, el viernes 3 de marzo de 2023 inició el proceso de vacunación.
Puéllaro, parroquia rural del Distrito Metropolitano de Quito, y la granja Avícola Brazales, ubicada en la provincia de Cotopaxi, fueron los dos sitios en los que inició el proceso de vacunación.
En Puéllaro, además, se entregó kits de seguridad (bandejas e insumos) a los pequeños productores de aves de traspatio.
Las primeras granjas donde se inmunizó a las aves cumplieron con todas las medidas de bioseguridad, que están registradas en la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad); tienen un médico veterinario y las aves escogidas al azar dieron negativo en las pruebas de diagnóstico del virus. Los mencionados galpones están situados en las zonas focal y perifocal.
La vacunación será permanente. Agrocalidad capacitó al personal de las diferentes granjas, para que cumplan con la aplicación del biológico.
En una rueda de prensa convocada por Agrocalidad, Andrés Suárez, viceministro de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), reiteró la importación de diez millones adicionales de dosis, que proveerá la empresa Boehringer Ingelheim, en el lapso de un mes.
Además, mencionó que con la vacunación se está protegiendo a 270 millones de aves catastradas en el país, las cuales se concentran en dos mil granjas.
En el Ecuador, la producción anual de huevos en 2022 fue de tres mil 812 millones, así como 495 mil toneladas de carne de pollo. Cada ecuatoriano consume alrededor de 27,3 kilos de carne de pollo y 217 huevos por año.
“Estamos tomando las medidas necesarias para respaldar al sector avícola, que es una de nuestras principales fuentes de provisión de proteína de origen avícola. La vacunación seguirá en las provincias donde hubo casos positivos del virus”, destaca el Viceministro de Desarrollo Rural.
Igualmente, Suárez anuncia que la emergencia zoosanitaria, decretada el 29 de noviembre de 2022, se extiende hasta el 27 de mayo del año en curso. En esa fecha se evaluará la conveniencia de extenderla o no, a fin de seguir apoyando al sector avicultor y contrarrestar los efectos de la presencia de la Influenza Aviar en el país.
“La producción avícola nunca estuvo exenta de la presencia de varias enfermedades que afectan a las aves de corral, pero los dueños de las granjas han logrado salir adelante y la Influenza Aviar no será la excepción”, destaca Suárez.
El funcionario exhorta a los productores a mejorar las medidas de bioseguridad y demás controles, para detener la propagación de la enfermedad.
“Ecuador es el primer país de la región que empezó con la vacunación contra la Influenza Aviar. Otras naciones están iniciando los procesos, para analizar la aplicación de la vacuna”, expresa.
Sin reacciones
Alex Chacón, representante de Agrocalidad en la provincia de Cotopaxi, recalca que la vacuna es parte del proceso, pues la bioseguridad es la primera medida.
“Los avicultores de la provincia y del país deben mejorarla en cada granja ya que antes de la Influenza Aviar dichas medidas fueron escasas.
Sin duda, hay un antes y un después del virus. Los productores han trabajado en mejorar los niveles sanitarios y de producción. La Influenza Aviar nos ha dejado lecciones y tareas por cumplir, con la finalidad de mantener la actividad”, dice.
En Cotopaxi se presentó la mayor cantidad de los 17 brotes registrados en el país, razón por la cual se deben enfocar todos los esfuerzos para controlar el virus y seguir produciendo la proteína, que es importante para la seguridad alimentaria.
Fabricio Prieto, médico veterinario, quien aplicó las dosis a un grupo de aves en la provincia de Cotopaxi, señala que la colocación de la vacuna demora unos dos segundos. La dosis del virus H5N1 varía según la edad de las aves. Se propone que se aplique la primera dosis en la incubadora; después, a los siete y 14 días y por último entre la octava y décimo cuarta semana.
A criterio del profesional, lo más complicado es extraer las aves de la jaula sin estropearlas, porque están en producción. En todas las granjas existe personal capacitado, para vacunar mediante el método subcutáneo (a la altura del cuello) o intramuscular.
La vacuna se almacena a una temperatura de entre 2 y 7 grados centígrados, mientras que para la aplicación se debe elevar entre 18 y 24 grados centígrados.
La vacuna es un virus muerto que se aplica a las aves por lo que no existe ninguna reacción postvacuna. Únicamente, el estrés afecta a las aves, por ello en algunas granjas también se suministra vitaminas antiestrés. Tampoco existe una disminución considerable en la producción de huevos. “Por el estrés puede bajar un 10 y 20%”, explica el veterinario.
Las aves vacunadas serán monitoreadas a los 21 días, para proceder con la realización de la prueba PCR