El enfoque epidemiológico es fundamental para determinar los problemas de riesgo y aplicar soluciones inmediatas, para frenar la transmisión de la enfermedad. El control no solo implica la vacunación contra la Influenza Aviar, sino establecer las causas y ahondar más en los planes de prevención, como la bioseguridad, que es el punto más fuerte.
“Los avicultores deben tomar mayor conciencia sobre la importancia de los controles en las granjas, porque las aves vacunadas no están libres de enfermarse de la Influenza Aviar”, explica Carlos Viteri, jefe técnico de la empresa Avihol.
El virus de la Influenza Aviar tiene una tasa alta de transmisión y con el tiempo pueden surgir nuevas variantes. La vacunación garantiza, únicamente, cierto tipo de protección. Por ejemplo, en México se vive con la enfermedad durante 20 años. A las aves se las aplica un sinnúmero de vacunas, pero el virus no desaparece.
Viteri menciona que se conoce que las aves migratorias llevan el virus, pero el factor humano también es primordial. La reutilización de cubetas es una práctica común y es un factor de riesgo. Asimismo, con el transporte o personal que ingresa a las granjas, que pueden ser transportadores del virus.
“Todas las agencias gubernamentales tienen un papel primordial en el control de las enfermedades, caso contrario habría muchas enfermedades. La Influenza Aviar debe ser una medida del Estado y Agrocalidad debe velar por la sanidad animal, en general”, manifiesta Viteri.
A criterio del experto, se debe precautelar la seguridad alimentaria, porque el huevo es la proteína más barata en todos los países y cuando escasea sube de precio y aumenta el contrabando. El control es un esfuerzo de todos. No solo de los productores, del MAG y de los consumidores.
Explica que México, en su primer brote, la producción de huevos cayó en un 40%. Este país es el mayor consumidor de esta proteína. Según la Unión Nacional de Avicultores de México, cada persona consume al año 345 huevos, lo que significa más de 26 kilos.