Matheus Resende, experto en nutrición animal, se refiere al uso de monoglicéridos de ácidos grasos, destacando el ácido láurico como un aditivo innovador en la producción avícola. Este compuesto, conocido por su acción antimicrobiana, ofrece una alternativa para reducir el empleo de antibióticos en la industria avícola.
Resende explicó que los monoglicéridos de ácido láurico tienen dos aplicaciones principales: el control de bacterias grampositivas -particularmente Clostridium y ciertas cepas de Enterococcus- y el fortalecimiento del sistema inmunológico de las aves.
Este efecto permite una respuesta más robusta contra infecciones virales de alta incidencia, como la bronquitis infecciosa y el neumovirus.
Además, estudios recientes demuestran que las aves vacunadas contra la bronquitis, que reciben ácido láurico, producen una mayor cantidad de anticuerpos, lo cual incrementa su capacidad de reacción ante estos virus.
Resende también mencionó que, en estudios de campo, la utilización de monoglicéridos de ácido láurico ha demostrado reducir la mortalidad en lotes de aves expuestas a altos desafíos bacterianos y virales. Esta reducción no solo mejora la producción, sino que también disminuye los costos asociados con tratamientos médicos y pérdida de animales.
Sobre el costo de estos aditivos, Resende mencionó que, aunque representan una inversión adicional, se justifica en situaciones de desafío productivo, ya que ayuda a reducir pérdidas económicas derivadas de enfermedades y empleo excesivo de medicamentos.
Afirmó que varios productores en América Latina y Ecuador ya adoptaron esta tecnología, observando mejoras en la resiliencia y productividad de sus aves.
Resende concluyó que, en un contexto de demanda creciente de proteína animal, tecnologías como los monoglicéridos de ácido láurico ofrecen una vía sostenible para satisfacer las necesidades alimentarias del futuro.