Refuerce el sistema inmunológico del cerdo y prevenga la Peste Porcina Africana
Ante el anuncio oficial de la Organización Internacional de Sanidad Animal (OIE) sobre la notificación de un caso de PPA, registrado hace algunos meses en República Dominicana, Verónica Lisboa, especialista de la Yesssinergy de Brasil, insistió en que esta afectación no presenta ningún riesgo para los humanos, pero si es altamente mortal para los cerdos por su diagnóstico, ya que es una enfermedad altamente contagiosa y que no tiene cura ni tratamiento.
Entre las medidas preventivas que pueden ayudar a mantener fortalecida la piara porcina es el mantenimiento de un sistema de defensa animal fortalecido; es decir, preparado para responder a los más variados desafíos que enfrenta la producción animal, incluidas las enfermedades virales.
Indicó que, para comprender la importancia del sistema de defensa contra el PPA, se debe establecer cómo reacciona el virus en el sistema inmunológico de los cerdos.
Eleve las defensas
El virus de la PPA infecta predominantemente a monocitos y macrófagos (Sánchez et al., 2012), células que tienen una función crítica en el sistema inmunológico, ya que pueden iniciar la respuesta inmune secretando interleucinas y llevando a cabo la eliminación de patógenos mediante fagocitosis (Reis et al. al 2017).
Tras la infección, el virus induce la apoptosis (muerte celular) de los linfocitos, infectados o no (Ibanez et al, 1996), desencadenando un cuadro de linfopenia, también marcado en la patogenia de la PPA.
Varios estudios científicos (Teijaro et al, 2017; Basler et al, 2017; Zhu et al, 2019; Wang et al, 2020) reportan la patogénesis del virus ligada a la alta producción de interleucinas proinflamatorias, producidas por monocitos infectados y macrófagos que constituyen el evento denominado “tormenta de citocinas”, que los investigadores consideran el corazón de la enfermedad y la causa inicial de alta mortalidad.
La tormenta de citocinas se puede definir como una reacción fisiológica en la que el sistema inmunológico innato provoca una liberación incontrolada y excesiva de citocinas proinflamatorias. (Fig. 1).
En la PPA, los monocitos y macrófagos son los principales responsables de la tormenta de interleucinas. (Fig. 2).
En un estudio reciente de Zhu et al, 2019, al analizar las interleucinas producidas por macrófagos porcinos infectados con PPA (en vivo), los autores observaron que las citocinas de la familia TNF pueden jugar un papel importante en la patología de la enfermedad, al reportar la observación de expresión significativamente alta de siete citocinas de TNF proinflamatorias (FASLG, LTA, LTB, TNFSF4, TNFSF10, TNFSF13B y TNFSF18) horas después de la infección.
Es importante destacar que estas citocinas no solo inducen muerte celular/apoptosis, sino que también causan inflamación tisular (Croft et al, 2017), así como las interleucinas FASLG y TNFSF10 pueden desencadenar apoptosis en células CD4+ y CD8+ (Roe et al, 2004), que podría explicar la linfopenia durante la infección por PPA.
Además, se observó un aumento de la interleucina proinflamatoria IL17A después de solo 9 horas de infección.
Por el contrario, los autores informaron de una caída en la producción de las interleucinas antiinflamatorias IL10 e IL10RA y postularon que el virus PPA expresa varias proteínas que inhiben las vías de señalización para la producción de estas interleucinas.
La regulación a la baja de la expresión de marcadores antiinflamatorios coincidió con el aumento significativo de genes virales.
Estudios recientes han postulado que la IL-10 puede desempeñar una función clave en la estrategia para combatir el PPA (Sánchez-Cordón, 2020). Ensayos previos de vacunas experimentales también han sugerido que la IL-10 puede ayudar a controlar las primeras etapas de la replicación viral y mitigar los costos perjudiciales de una respuesta inflamatoria intensificada que caracteriza a las infecciones agudas de PPA (Sánchez-Cordón, 2018).
Wang et al, 2021 evaluaron los parámetros de inmunidad de cerdos infectados con PPA. Según los autores, los animales desarrollaron síntomas clínicos graves tres días después de la inoculación del virus y murieron de 7 a 8 días después.
El análisis de suero reveló una tendencia hacia una elevación amplia y sostenida de interleucinas proinflamatorias: TNF-a, IFN-a, IL-1b, IL-6, IL-8, IL-12 e IL-18. El aumento de IL-10 solo se observó en la fase terminal de la infección. Este patrón de secreción corresponde a la tormenta de citocinas típica antes mencionada, caracterizada por el inicio no regulado de la secreción de IL proinflamatoria y una respuesta antiinflamatoria desequilibrada.
El papel de las células CD8+
Las células T citotóxicas desempeñan una función importante en la protección contra antígenos intracelulares (Franzoni et al., 2021) y, especialmente las células T CD8+, tienen una función importante en la inmunidad protectora contra el PPA (Oura et al., 2005).
Después de la exposición a una cepa de PPA de baja virulencia, el recuento de linfocitos CD8+ de los cerdos disminuyó drásticamente. Un desafío posterior con una cepa homóloga pero virulenta reveló que los animales agotados que tenían una disminución en los linfocitos CD8+ sufrieron de PPA aguda severa y murieron, mientras que los animales que tenían valores normales de CD8+ mostraron solo síntomas clínicos leves y sobrevivieron (Montoya et al. al, 2021).
Norley y Wardley (1984) informan de una referencia temprana a las células efectoras T CD8+ específicas de PPA: los autores infectaron cerdos con un aislado virulento de Uganda y examinaron las células mononucleares de sangre periférica (PBMC) de estos animales.
Las células efectoras pudieron atacar específicamente a las células infectadas con PPA. Dado que se utilizaron PBMC sin clasificar, se asumió que las células CD8+ estaban implicadas en la citotoxicidad.
Uso de inmunomoduladores en la producción animal
Según Blecha, F. (2001), el objetivo de la inmunomodulación en animales de producción es equilibrar la respuesta inmune en beneficio del animal y la eficiencia de producción. Los inmunomoduladores son sustancias que actúan sobre este mecanismo.
Si bien el tratamiento y la prevención de enfermedades infecciosas son las razones más comunes para el uso de inmunomoduladores, otras afecciones como la inmunosupresión inducida por estrés, la maduración de la respuesta inmune, en desarrollo del recién nacido y las estrategias para reducir el costo metabólico de desencadenar una respuesta inmune son también muy adecuadas para su uso.
El descubrimiento continuo de nuevos reguladores inmunitarios y una mayor comprensión de la inmunidad en los animales de granja garantizarán nuevas oportunidades para el uso de estos aditivos (Dhama et al, 2015).
En 2018, un brote de esta peste en China acabó con la mitad de la piara de cerdos del país, la más grande del mundo, desequilibrando el mercado mundial de la carne. Desde principios de 2021, se han informado oficialmente un total de 11 brotes de PPA en China, que involucran a ocho provincias con millones de animales sacrificados.
“A menudo, entre 24 y 48 horas antes de la muerte, los animales contagiados con PPA, muestran una gran falta de coordinación motora, falta de apetito y apatía”, apuntó la especialista.