La biología molecular es la ciencia que estudia la estructura de los seres vivos y de sus procesos vitales, contribuyendo al conocimiento de lo que ocurre en las células con lo que se puede mejorar la agricultura, la producción de aves, ganado vacuno, cerdos, cuyes, etc., señaló David de la Torre, médico veterinario.
En la medicina veterinaria y en el sector agrícola, la biología molecular tiene beneficios, aunque en el país su empleo es limitado por el costo y por desconocimiento. Únicamente, las universidades y las grandes empresas tienen equipos y laboratorios modernos, para dichas investigaciones.
De la Torre explicó que la biología molecular tiene múltiples usos, principalmente para la detección temprana de enfermedades en los cultivos y en los animales. Por ejemplo, al localizar una bacteria se puede suministrar un solo antibiótico y no una diversidad de medicamentos, que terminan disminuyendo la calidad del producto alimenticio.
Asimismo, esta ciencia permite focalizar los genes que favorecen el crecimiento y desarrollo de animales y plantas. Con esta técnica se facilitan los procesos y se ahorra tiempo y recursos económicos.
Además, se emplea para determinar el ADN de los animales en la etapa fetal y, a través de los cromosomas X y Y, conocer de inmediato si el ejemplar será macho o hembra, lo que no sucede con una ecografía en que los resultados demoran y podrían ser subjetivos.
“Uno de los manejos importantes que se debe aplicar, dentro de cualquier explotación animal, es la prevención que se apoya en la bioseguridad y la vacunación. Aquí es vital el tema de la biología molecular, porque se necesita de un monitoreo constante del efecto de las vacunas”, mencionó el médico veterinario.
Esta tecnología es versátil. Incluso, se puede manejar la nutrigenómica, (segmento de la ciencia que estudia la interacción de los alimentos con el genoma) en función de la nutrición del animal.
En el caso de la ganadería de leche, hay dos tipos de proteína, que se denominan beta-caseína A1 y A2. Usualmente se espera que la vaca tenga la cría y crezca, para realizar el análisis respectivo, pero con la biología molecular se puede saber desde el nacimiento la proteína que posee.
La beta-caseína A1 está relacionada con problemas digestivos y alergias intestinales en el consumidor, que en ocasiones se confunden con la intolerancia a la lactosa. En cambio, la beta-caseína A2 no tiene relación con estas alteraciones de salud en los seres humanos.
Con esta información el ganadero procurará tener animales que contengan beta-caseína A2, proteína inocua para el consumo humano.
“La biología molecular es parte del presente y del futuro, para mejorar la producción de los diferentes sectores productivos del país”, resaltó el galeno veterinario.
La biología molecular ofrece la posibilidad de modificar las propiedades genéticas de manera totalmente dirigida