La tecnología juega un papel fundamental en la prevención del efecto de las micotoxinas y el estrés oxidativo sobre la productividad de los cerdos, ya que permite obtener resultados certeros, para aplicar las soluciones más convenientes.
Este tema fue abordado por Arnau Vidal, gerente técnico global de Innovad y responsable de la plataforma de estrés y de micotoxinas. El evento fue organizado por la empresa Disan.
Las micotoxinas son productos metabólicos secundarios altamente tóxicos, generalmente producidos por Fusarium, Aspergillus y especies de Penicillium, que están en los alimentos que comen los animales. Representan una amenaza potencial para la salud y la reproducción.
Este problema se puede reducir con el análisis que se realiza en una gota de sangre y en una porción de alimento. Para el efecto se emplea la plataforma RISE, que permite cuantificar el riesgo de los alimentos y la afectación a la salud y productividad de los animales.
Tiene dos componentes: la tecnología Escent, que es un secuestrante de micotoxinas y ayuda a combatir el estrés oxidativo en los animales, ya que tiene un conjunto de ‘arcillas’ que absorben las micotoxinas. El segundo componente es el servicio Myco- Marker, que permite conocer cuál es la exposición real de los cerdos a las micotoxinas.
“Hasta ahora, el análisis del alimento fue la única herramienta que se disponía, pero este sistema tiene muchas limitaciones y es difícil conocer los resultados reales”, dijo Vidal.
Cuando existen dos o más micotoxinas en el animal, la toxicidad aumenta. Incluso, las concentraciones bajas pueden provocar lesiones importantes en el hígado, riñones y en el tejido intestinal.
Además, todas las micotoxinas reducen la respuesta inmune y aumenta la predisposición a sufrir enfermedades. Incluso, inciden en la efectividad de las vacunas, explicó Vidal.
Con esta tecnología se pueden detectar varias micotoxinas. Al realizar el análisis en la sangre se identifican 36 biomarcadores (sustancias que indican un estado biológico y sirven para detectar enfermedades).
Los productores pueden enviar una gota de sangre y de alimento, al laboratorio que se encuentra en Bélgica. Según el experto han analizado un mil muestras de sangre de distintos lugares del mundo, aunque de Latinoamérica existen pocas. Del análisis efectuado, en un 21% de los casos se detectaron cuatro micotoxinas.
“Esto demuestra que en todas las granjas existe la presencia de micotoxinas. En algunas hay más de cinco. Encontramos 21 micotoxinas en sangre y el récord fue de 15 micotoxinas distintas en una gota de sangre”, aseguró Vidal.
En Latinoamérica se detectaron 15 micotoxinas en las granjas. Algunas son ignoradas por los productores, pero representan un riesgo elevado para la salud de los animales. Incluso, las cerdas sufren abortos, puntualizó.