Este año, ha sido un permanente desafío para la industria avícola, porque las materias primas, como: maíz, soya, aminoácidos, minerales, vitaminas, etc., sufrieron incrementos, que superan a los últimos cuatro años, alertó Santiago Iregui, gerente general de Pofasa.
Esta situación intranquiliza al sector, porque la comercialización del pollo, si bien, mejoró en los meses recientes, no es suficiente para compensar la inversión. “La industria está sometida a una prueba, donde los márgenes de ganancia se reducen a niveles críticos y los productores que no tengan buenos volúmenes de producción desaparecerán del mercado. Lamentablemente, los pequeños y medianos sufrirán las consecuencias”, recalcó.
El aumento del precio de los fletes es uno de los factores que más perjudica a la industria, así como el alza de los granos en los mercados internacionales, a lo que se suma la reactivación de la demanda en China y en Estados Unidos, etc.
“Durante la pandemia se produjeron bajas en la producción; yo diría, que casi todas las empresas resultamos afectadas, porque hay sectores que demandan la carne de pollo, en grandes cantidades, como restaurantes, hoteles, catering, etc., negocios que bajaron sus ventas hasta en un 50%, debido a las restricciones por la pandemia de la Covid-19 y por la falta de liquidez; esto causó una disminuimos de la producción lo que genera costos fijos más altos”, aseveró Iregui.
Indudablemente, el negocio se volvió complejo y el Gobierno Nacional, en su plan de reactivación económica, no solo debe proteger a los agricultores, sino a toda la industria avícola, para evitar especulación en los mercados. Consideró que el objetivo debe ser lograr el equilibrio entre todos los eslabones de la cadena.
Los productores anhelan que la economía nacional se reactive pronto, que se generen fuentes de empleo y que los consumidores demanden más proteína animal (pollo, huevos, embutidos), entre otros productos derivados.
El ejecutivo de Pofasa propone que se abran las fronteras a la materia prima y que las autoridades del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) permitan la importación de maíz duro y de otros granos, que son necesarios para la elaboración de balanceado.
“El Gobierno actual y otros han buscado mecanismos para generar una industria competitiva y que en algún momento se pueda exportar; sin embargo falta reforzar este plan. No podemos ser competitivos si existe contrabando, precios altos de los insumos, entre otros obstáculos”, sostuvo.
Agregó que la exportación es un proceso complejo, en el que hay que alistarse y ser pacientes, porque todos los acuerdos comerciales que están en curso, y otros que vendrán, son beneficiosos siempre que se genere en el país un aparato productivo eficiente. “Estamos convencidos de que si se toman iniciativas para lograr alianzas público-privadas se alcanzarán buenos resultados”, puntualizó Iregui.