La interrogante de la mayoría de consumidores de proteína animal, es ¿por qué los pollos crecen tan rápido?, y la respuesta sin el mínimo conocimiento es que “los avicultores inyectan hormonas a los animales” para lograr un peso elevado.
Sin embargo, esto no es real por varias razones. Nike Dale, profesor de la Universidad de Georgia, en Estados Unidos, explicó que si un pollo utilizaría hormonas lograría un peso de entre 40 a 160 gramos en 42 días, tiempo que transcurre desde su nacimiento hasta el sacrificio.
La hormona podría añadirse al alimento, pero se destruye en el estómago o se podría inyectar a cada animal cada semana, lo que resultaría muy complejo por la cantidad de animales que existen en cada granja y por el alto costo que representaría su aplicación.
Además, está prohibido el uso de hormonas en los pollos. En algunos países como Estados Unidos, en la etiqueta de la proteína animal que llega a los mercados debe indicar que el pollo no tiene hormonas, caso contrario el productor recibe sanciones, mencionó Dale.
Para el especialista, la aplicación de hormonas en las aves es un mito que nació hace miles de años, cuando el ser humano quería justificar un hecho con suposiciones. “La creencia y sospecha del uso de hormonas es un absurdo, especialmente por falta de conocimiento sobre la producción avícola moderna”, manifestó.
Dale lamentó que muchos profesionales de la salud estén convencidos de que los pollos tienen hormonas y piensen que sus pacientes podrían, de alguna manera, afectarse con el consumo de la carne de ave.
“La hormona de crecimiento, así como la insulina que emplean los diabéticos para su tratamiento, es una proteína. Si una de estas hormonas es consumida oralmente se destruye durante el proceso de digestión, al igual que cualquier proteína presente en los alimentos. Por ese motivo, los diabéticos deben inyectarse la insulina cada día. En el caso hipotético que la hormona de crecimiento funcione, habría que inyectar a los pollos con relativa frecuencia, lo cual es imposible por la cantidad de aves y porque los pollos secretan su hormona natural cada 90 minutos”, explicó.
Además, la hormona de crecimiento para aves no se produce comercialmente, por lo tanto, su costo sería elevadísimo. Por ejemplo, si se administra 1 miligramo por pollo, el costo de la hormona sería mayor que el valor del pollo, lo que echaría abajo el negocio.
Douglas Zaviezo, consultor internacional en nutrición, descartó el uso de hormonas en los pollos. Incluso, dijo, que su empleo podría tener un impacto negativo. Al crecer muy rápido, las aves están expuestas a sufrir problemas cardíacos y de oxigenación y la mortalidad aumentaría.
“Las hormonas no son necesarias en la producción avícola. El desarrollo depende de una adecuada y exitosa selección genética, de una excelente alimentación, de condiciones ambientales favorables para el desarrollo y del control oportuno de enfermedades”, acotó.
Claves para lograr pollos saludables
- Excelente genética
- Buena nutrición
- Manejo correcto de las aves
- Un eficiente control sanitario