El monitoreo de los graneros debe ser permanente y con la ayuda de equipos modernos, que faciliten el proceso y generen datos precisos.
Para lograr una excelente conservación de los granos en los silos, se debe mantener un valor constante de temperatura y humedad evitando los procesos fermentativos que pueden sufrir los granos en condiciones de almacenamiento. Domingo Yanucci, experto argentino, explicó sobre cómo lograrlo.
Es importante instalar sensores en los silos, para saber la humedad y temperatura con la que sale el aire. Esto ayuda a conocer en qué momento se debe accionar la aireación. Dentro del silo y las bodegas es posible tener algunos cables de control de temperatura con una serie de sensores que miden la temperatura del grano en un área determinada. Este sistema permitirá al operador ver lo que sucede dentro del silo y la bodega.
“Todo proceso de enfriamiento y de sacado se realiza en capas, es decir, si se airea poco no se enfría todo el producto. Lo ideal es que desplace por todas las capas del grano almacenado”, señaló el experto.
El número de horas necesarias para cambiar toda la temperatura de la masa de granos se denomina TANDA (Tiempo de Accionamiento Necesario de Aireación). Por ejemplo, una tonelada de grano requiere entre 600 y un mil 200 metros cúbicos de aire frío. Para bajar las temperaturas altas de 40 y 45 grados centígrados a 30 y 25 grados centígrados, se necesitan pocos metros cúbicos de aire.
Para un grano seco, fumigado y tratado, se programa el número de TANDAS en función de la condición climática y el tiempo previsto de almacenaje. Si después de uno o dos meses, la temperatura ambiente baja, conviene otra TANDA de aireación. Todo depende del tiempo de almacenaje de la mercadería. Para un silo de mil toneladas de trigo, el aire se renueva en tres minutos.
Silo nuevo o moderno
Según Yanucci hay que diferenciar lo que es un silo nuevo de un moderno. “La aireación del silo moderno tiene que duplicar o triplicar la aireación convencional, tener mayor cantidad de conductos de conexión, más cables para determinar la humedad, descarga por gravedad, exaustores, desparramadores, sensor de temperatura, humedad, etc. Para que sea moderno, hay que reforzar todos los equipos y procesos”.
Para saber el momento adecuado para prender o apagar la aireación, se debe considerar la temperatura al granel, temperatura del aire ambiente, humedad de masa de granos y humedad relativa del aire exterior. La aireación se puede realizar, incluso cuando llueve, siempre que el agua no ingrese al sistema.
Cuando se tiene más de 30 grados hay problemas de insectos, hongos y de germinación, que llevan a la pérdida de peso y calidad del grano. En cambio, si la humedad es menor de 15 grados existe cierto margen de seguridad.
El aire más frío y seco enfría más el producto. Si el frío es alto no se puede airear. Igualmente, cuando más frío está el grano, este tiende a homogenizarse, explicó Yanucci.
Si el grano está frío y seco se encuentra estable, pero si contiene humedad o más temperatura empieza a tener un proceso de calentamiento. El maíz, por ejemplo, se calienta más rápido y se requiere 100 horas para bajar la temperatura.
Si el ritmo de enfriamiento es menor que el de calentamiento, las pérdidas serán mayores. En tal virtud, hay que equilibrar los procesos y conocer el funcionamiento de los silos, para aplicar los correctivos necesarios, de manera inmediata, y precautelar la seguridad de la mercadería.
Cada granel debe tener una planilla de control, donde consten: datos de la mercadería, humedad, temperatura, del aire y del estado del grano.