En algunos casos, los brotes de enfermedades zoonóticas pueden afectar la cadena de suministro o reducir la disponibilidad de alimentos para los consumidores.
En el mundo existe una serie de enfermedades animales emergentes y reemergentes que pueden afectar la suficiencia del suministro de alimentos para una población mundial en crecimiento, con implicaciones para el comercio mundial. Esto lo advirtió Algis Martínez, técnico de la Corporación Cobb.
En este escenario, las patologías zoonóticas, incluida la Influenza Aviar, siguen resurgiendo en algunas áreas específicas del mundo causando morbilidad y mortalidad en la avicultura.
Martínez consideró de vital importancia que todos los productores se concentren en construir y mantener una cultura de bioseguridad. En esto es fundamental la capacitación de los miembros del equipo de la granja y el criadero, ya que los trabajadores son la fuente más común de transmisión de enfermedades.
También deben adherirse a los protocolos de bioseguridad los conductores de transporte que entregan pollitos, pues esto permitirá entregar productos a los clientes de los mercados sin la preocupación de enfermedades.
Asimismo, debe existir una política de tolerancia cero para todos los miembros del equipo para evitar el contacto directo o la interacción con las aves fuera de las instalaciones de producción. Este es, por mucho, uno de los principios más importantes de bioseguridad.
“En este mundo integrado y dependiente, un programa estricto de bioseguridad debe ser integral para prevenir desastres económicos y de la cadena de suministro derivados de enfermedades de los animales”, mencionó Martínez.
Refirió que la protección de la salud animal es de suma importancia para la economía y el suministro de alimentos de cualquier país. Un estatus libre de enfermedad es el requisito más importante para que un país participe en los mercados mundiales de proteínas.
Además de los costos que recaen directamente sobre los productores de proteína, estas patologías obligan a incurrir en costos adicionales a nivel mundial cuando se produce una interrupción de la disponibilidad internacional de carne de ave, huevos y pollitos.
Afirmó que las pruebas periódicas son claves en un programa de bioseguridad e indicó que justamente este factor es el que ha protegido la cadena de suministro en Cobb de brotes de enfermedades.
Detalló que en Cobb, el compromiso es producir y proporcionar un suministro seguro de aves a los clientes, y aseguró que los componentes de los programas de bioseguridad son certificados por el Plan Nacional de Mejoramiento Avícola, el Plan de Salud Avícola del Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del Reino Unido, la Autoridad de Seguridad de Productos de Consumo y Alimentos en Países Bajos, y el Programa Nacional de Sanidad Avícola del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, en Brasil.
Estas entidades realizan auditorías y monitoreos regulares a los programas de salud de Cobb.
Como empresa global que produce stock genético para clientes de todo el mundo, Cobb trabaja para evitar interrupciones en la cadena de suministro; tiene plantas de producción de pedigrí, bisabuelos y abuelos y criaderos ubicados estratégicamente en todo el mundo.