El MAG entregó para la investigación agropecuaria 2.5 millones de dólares a través del Fondo de Investigación de Agrobiodiversidad, Semillas y Agricultura Sustentable (FIASA).
En el mundo, cada vez, se necesita más alimentos, debido al incremento poblacional. Hasta 2050, Naciones Unidas calcula un aumento de dos mil a los siete mil 700 millones actuales, es decir, se llegará a cerca de diez mil millones de habitantes.
Ante esta realidad, el reto de los agricultores es producir diversidad de productos, pero con calidad. Ecuador podría convertirse en un semillero de alimentos no solo para el país, sino para el planeta, destacó Eduardo Izaguirre, ministro de Agricultura y Ganadería.
En ese sentido, esta cartera de Estado y el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) incrementarán la investigación agrícola, para mejorar la producción nacional y favorecer a los pequeños agricultores.
Para emprender con estos objetivos, el Fondo de Investigación de Agrobiodiversidad, Semillas y Agricultura Sustentable (FIASA) aporta con recursos económicos.
Para el efecto realizó un concurso para que diferentes entidades accedan a recursos para financiar sus proyectos.
“La investigación agropecuaria es nuestra prioridad. Rescatar al INIAP, para que vuelva a ser el regente que daba las directrices en el desarrollo agropecuario del país”, puntualizó el Ministro.
De 111 proyectos que se presentaron en este primer concurso, 19 se hicieron acreedores a un fondo repartible de 2.5 millones de dólares. “Más allá del dinero, se anhela que la investigación se geste en productividad y que cambie la vida del agricultor”, dijo Izaguirre.
Los proyectos ganadores están relacionados con la agrobiodiversidad, agricultura sustentable, fomento a la producción de semilla campesina, agroecología, biofertilizantes, transición ecológica, entre otros.
Raúl Jaramillo, director del INIAP, recordó que en 2015 inició un proceso, en la Asamblea Nacional, para modernizar la Ley de Semillas, que estaba relegada por más de 20 años. Fruto de ese trabajo, se llegó a postular en el FIASA un fondo con el propósito de articular esfuerzos de investigación alrededor de la agrobiodiversidad.
“Es una gran responsabilidad mantener una colección de recursos fitogenéticos; igualmente, es fundamental trabajar en una agricultura sustentable, agroecológica y conservar los saberes ancestrales”, mencionó Jaramillo.
Consideró que no será un proceso sencillo, pero “con la participación de la academia y el liderazgo del MAG seguiremos adelante”.
Idalia Pacheco, vicerrectora de la Universidad Técnica de Cotopaxi, resaltó el fortalecimiento de la investigación agropecuaria desde la cátedra, orientada al desarrollo productivo y económico del país.
“Tenemos el talento humano, pero necesitamos recursos económicos, para alcanzar las metas. Ahora, contamos con el dinero y los conocimientos se plasmarán en realidad”, puntualizó.