LA ASOCIACIÓN DE PORCICULTORES DEL ECUADOR (ASPE) CELEBRA SUS 25 AÑOS DE TRAYECTORIA, COMO UNO DE LOS GREMIOS MÁS IMPORTANTES DEL SECTOR DE PROTEÍNA ANIMAL EN EL PAÍS.
Desde su creación, ASPE ha sido clave en la modernización y tecnificación de la industria porcina ecuatoriana.
Johnny Barreno, uno de sus fundadores recuerda los primeros años de ASPE como una etapa en la cual se construyeron los cimientos para profesionalizar la porcicultura en el país.
Hace 25 años, un alto porcentaje de la producción nacional de carne de cerdo era de traspatio y “se producía de forma doméstica, sin garantías de calidad”, comenta Barreno. Esto generaba desconfianza en los consumidores, debido al alto contenido de grasa y el riesgo de la presencia de parásitos.
Para cambiar esta situación, ASPE se enfocó en fomentar una porcicultura tecnificada. La clave fue trabajar en objetivos comunes que beneficiaran a todo el sector. Hoy, según Barreno, entre el 60 y el 70 por ciento de la carne de cerdo que se consume en Ecuador proviene de sistemas de producción tecnificados.
Esto ha permitido que la industria local pueda competir en calidad con productores de mercados desarrollados como EE.UU., Canadá y otros países europeos.
Paúl Parra, presidente de ASPE, relata que, gracias a una sólida campaña de concienciación, la carne de cerdo hoy está catalogada como carne blanca y nutritiva y se ha posicionado en la mesa de los ecuatorianos.
A esta campaña la respalda, según describe Parra, un proceso riguroso de tecnificación, sumado a los esfuerzos del sector para que el producto llegue al alcance del consumidor y accesible en lugares como autoservicios, mercados y frigoríficos. Todo esto, en mantener indispensablemente la cadena de frío y cumpliendo con todas las normas sanitarias y de calidad, lo cual ha generado mayor confianza en el consumidor.
Algunas de las claves en esta evolución han sido la inversión en genética de alta calidad, la adopción de tecnologías avanzadas en la crianza y el control sanitario, así como prácticas sostenibles en el manejo de residuos y la generación de energía limpia.
ASPE también trabaja en certificaciones de bienestar animal, alineándose con estándares internacionales de trato digno a los animales, señala Parra.
José Orellana exfuncionario, por su parte, afirma que “El sector privado ha jugado un rol fundamental colaborando con el sector público”, en iniciativas como la implementación de biodigestores para el tratamiento de desechos. Este es un logro de ASPE en colaboración con el Ministerio del Ambiente.
LA NUEVA GENERACIÓN: RETOS Y PROYECCIONES
Estefanía Loaiza, directora ejecutiva de ASPE, representa a la nueva generación de líderes del gremio y plantea una serie de desafíos y objetivos para el futuro. Entre ellos, destaca el fortalecimiento del consumo interno de carne de cerdo mediante la eliminación de mitos sobre supuestos riesgos para la salud y la promoción de sus beneficios nutricionales. “Queremos que la gente escoja la carne de cerdo como una opción diaria y no solo en ocasiones especiales”, señala.
Otro de los enfoques de ASPE es el mejoramiento permanente de la situación sanitaria del sector. Loaiza explica que la Asociación está trabajando en un proyecto de erradicación de la peste porcina clásica (PPC), lo que abriría oportunidades para exportaciones a mercados exigentes como Corea del Sur y China. “Tenemos una producción con altos estándares de calidad y queremos aprovechar esa ventaja para acceder a nuevos mercados internacionales”, explica.
Además, ASPE organiza el Congreso Anual de Porcicultura para actualizar a los productores sobre las recientes innovaciones tecnológicas, con el objetivo de fortalecer la competitividad de la industria ecuatoriana.
EL APOYO DEL ESTADO
Marco Oviedo, ministro de Agricultura y Ganadería subrogante, reafirmó su compromiso de impulsar la producción y exportación del sector porcino del país, que registra un crecimiento anual del 6 al 7%. El objetivo es diversificar mercados y específicamente fortalecer las negociaciones con China, un mercado de alto consumo de productos porcinos.
Oviedo señaló que el desarrollo de esta industria no solo responde a la creciente demanda local, sino también a la búsqueda de nuevos destinos internacionales. Ecuador, por su variada geografía y microclimas, ha logrado una producción porcina adaptable, especialmente en la Costa y en la Sierra. Esto se traduce en una calidad reconocida mundialmente, que ahora apunta a los mercados asiáticos.
El MAG también busca promover el sello de “Agricultura Familiar Campesina”, con el fin de distinguir productos de pequeña y mediana escala, facilitando su acceso al consumidor y apoyando a productores locales.
DESAFÍOS Y SOSTENIBILIDAD
Si bien existen grandes avances, el sector porcicultor enfrenta también dificultades derivadas de los altos costos de las materias primas. Parra aboga por “una política de precios que se ajuste a la realidad del mercado para que la industria pueda competir en igualdad de condiciones con otros países de la región”.
En este, como en otros desafíos que se presentan en el camino, ASPE continúa trabajando para fortalecer la producción y ampliar el consumo local.
Actualmente, el consumo per cápita de carne de cerdo en Ecuador alcanza los 12 kilos anuales, posicionándola como la segunda fuente de proteína animal en el país, después del pollo. Parra calcula que para el próximo año la línea de crecimiento continuará hasta ubicarse entre 12,5 y 13%.
