El empresario industrial ambateño da sus apreciaciones para un mayor desarrollo del sector.
Para Francisco Pazmiño, gerente de Avipaz Cía Ltda., empresa ambateña que se dedica a la elaboración y comercialización de balanceados para aves de corral, cerdos, ganado vacuno, peces y otras especies menores, es motivo de preocupación la forma cómo trabaja el sector agrícola y el resto de la cadena productiva, al afirmar que “seguimos como en la época de la Colonia, a la espera de que el Gobierno solucione todos los problemas”.
El paternalismo -dice- debe quedar atrás y los productores están obligados a salir adelante por sus propios medios. El Ministerio de Agricultura y Ganadería debe ser una entidad técnica y el Estado tiene el compromiso de establecer una planificación para por lo menos ocho años, no puede ser que con la llegada de un nuevo ministro, se cambie completamente la política agropecuaria.
Pazmiño estimó que el camino no es fácil porque existe inestabilidad del mercado, precios altos de los insumos, falta de organización de los gremios, ausencia de políticas para el agro, falta de estructura financiera de los productores, por lo que no pueden ser ser sujetos de crédito, entre otros temas, pero si existen soluciones como lograr que los gremios se unan e importen directamente los insumos para las diferentes actividades. De esta forma, se bajarían los costos de producción, expresó el gerente de esta empresa.
Agregó que los precios mínimos de sustentación de productos agrícolas favorecen, aparentemente, solo al productor maicero con lo que el concepto de cadena asociativa -desde la siembra hasta la obtención de proteína de consumo humano- se resquebraja; aparte de esto, el beneficiado de este precio mínimo no es el agricultor. “Es el intermediario que nos venden el maíz con enorme beneficio para ellos”, afirmó.
El precio, es el mensaje que llega al mercado. Si un producto es caro quiere decir que hay oportunidad de producir más; si está bajo, lo más natural es que hay que producir menos. Esa es la ley de la oferta y la demanda; si los precios son puestos políticamente, el mensaje que envía al productor es erróneo, y con justa razón, los agricultores de maíz, arroz, banano, etc. exigen que se respete ese precio ¨político´´ que las autoridades no lo pueden hacer cumplir, porque la ley de la oferta y demanda es más fuerte que cualquier resolución ministerial.
Eficiencia en los procesos de producción sugiere Francisco Pazmiño
La producción avícola, porcícola y otras del ramo -sostuvo- se han desarrollado a un grado alto de competitividad, porque el Gobierno no la protege con precios mínimos de sustentación, y porque el mercado se regula solo.
Consideró que hay períodos de bonanza y otros, los más frecuentes, de pérdida debido a la sobreproducción y los precios altos de las materias primas, costos que no se puede endosar al consumidor final, por lo tanto hay que ser un productor muy eficiente para seguir en esta actividad.
Esta realidad -opinó- se vive en toda actividad agropecuaria, ya que producir, pollo, huevo, cerdo, maíz, arroz, etc., no es una labor social; es un negocio que, como todos, debe ser competitivo. “Tan cierto es esto que si en el Ecuador la subida del precio de los productos avícolas y porcícolas, este es un atractivo para que nuestros vecinos nos envíen producto vía contrabando, lo que le deja a nuestra producción de proteína animal, entre la espada y la pared, expresó Pazmiño”.
Se mostró de acuerdo con que la soya tenga arancel cero, medida que los productores deseaban desde hace mucho tiempo. De esta forma, se eliminan los trámites para la importación que se realizaba cada dos o tres años y que solo representaba gastos, agregando que no debería ser necesario obtener licencia previa del ministerio para cada importación. “Esto nos permitiría hacer compras a futuro en los mercados internacionales”.
Según Pazmiño, “la oferta de proteína animal en Ecuador es un negocio de riesgo, pero el sistema de producción de pollo y de cerdo es igual o mejor que en los países vecinos, pese a tener costos de producción de materias primas, esencialmente maíz, mucho más altos, mientras que nuestros vecinos importan a un precio muy bajo”.