Según Rapastella para crecer en la agricultura se requiere mecanización agrícola, evolución de la producción y biotecnologías aplicadas a semillas y al sector agropecuario.
“Aumentar tecnología significa más producción por hectárea y mayor sostenibilidad. Sin duda, hay que transformar la agricultura”.
Conforme al análisis de los organizadores hasta 2026, se prevé que el comercio mundial de máquinas agrícolas aumente en un 5,7%. En 2021, la recuperación fue importante luego de la pandemia de la Covid-19: se vendieron 20 mil tractores y existió una gran demanda de elevadores telescópicos.
Para este año, existen pedidos de empresas a escala mundial y se trabaja para cumplir con las entregas, aunque los costos de producción son preocupantes, ya que se elevó el precio de la energía eléctrica y de las materias primas (hierro, plástico, cobre, bronce, etc.).
También inquieta a los fabricantes de maquinaria agrícola, la situación económica mundial (inflación, altos intereses, precios de la materia prima, etc.). Consideran fundamental el apoyo de los gobiernos, para el desarrollo eficaz de la agricultura 4.0 y así precautelar la seguridad alimentaria mundial.
A pesar del panorama mundial, “estamos orgullosos, porque estamos en segundo lugar en ventas de máquinas agrícolas. Lamentablemente, para este año vemos una reducción en la producción, porque los cultivos de maíz y de arroz disminuyeron.
A mediano y largo plazos tenemos buenas posibilidades de crecer. Esperamos que no existan más pandemias y guerras”, manifestó Rapastella.
Europa solicitó a los fabricantes de máquinas agrícolas que trabajen más por la sostenibilidad y la neutralidad de carbono para 2050, lo que significa mayor inversión, pero EIMA es un magnífico fabricante de nuevos productos y proyectos.
Por ejemplo, en la última feria se presentó el proyecto Atena (Tractores Avanzados con Implementos Eléctricos para la Revolución Verde Agrícola).