PARA WILMAN GARCÍA, LA IMPORTACIÓN DE MATERIAS PRIMAS PARA EL SECTOR AGRÍCOLA SE CONVIERTE EN UNA “PÉRDIDA ENORME” PARA LA CAPACIDAD PRODUCTIVA Y DE NEGOCIO.
Wilman García, presidente de la Bolsa de Productos Agropecuarios y de la Industria (BPAI), que agrupa a maiceros, arroceros y balanceadores, solicita apoyo al próximo gobierno para que vuelva la mirada al campo, y través de esta instancia mejore la producción, la demanda de insumos y materias primas agrícolas.
Indica que en el gobierno del expresidente Rafael Correa se creó la denominada Unidad de Registro de Transacciones Financieras, que reemplazó las tareas que desarrollaba la Bolsa de Productos.
Según García, a través de la BPAI quedaba constancia de movimientos de facturación o registros de cupos para importaciones y exportaciones, lo que no habría ocurrido con la entidad creada en el correísmo.
Agregó que la Unidad Nacional de Almacenamiento (UNA) tenía la facultad de regular los precios de ofertas y demanda de arroz y maíz, para que los costos se mantengan estables, pero con el paso de los años produjo pérdidas al Estado y al sector.
García aspira que el MAG retome las funciones de transferir tecnología y capacitación a los diferentes eslabones de la cadena del maíz, soya y banano. Cree que la entrega de bonos a los agricultores “no ha servido de absolutamente nada”.
Como resultado, considera que se ha ido eliminando el cultivo de soya y tampoco hay abastecimiento de semilla por los vacíos en las importaciones, más aún cuando el mismo Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias decidió no continuar con el programa de mejoramiento de la soya.
Según García, lo que actualmente se siembra es producto transgénico, lo que ha llevado a una productividad de una tonelada por hectárea, que no es un buen negocio ni para el productor ni para el comprador.
Anualmente se siembran de 15 a 20 mil hectáreas de soya pero con tendencia a la disminución por la baja calidad de semillas y la incidencia climática con un invierno que se prolongó hasta junio.
Para García, el cultivo de la soya, a pesar de ser una planta milagrosa, llena de proteínas con alto valor energético que no solo serviría para el alimento balanceado, sino para la alimentación humana -como el desayuno escolar u otros programas sociales- está seriamente amenazado con desaparecer si es que no se producen nuevas variedades que se adapten a las condiciones del suelo ecuatoriano o si no hay un mejoramiento de créditos, capacitación el sector productivo y material de siembra.
La provincia de Los Ríos -dice- tiene el clima y el suelo adecuados para el cultivo de la soya donde se podría producir hasta en un 80%.
Wilman García se refirió en ese sentido a la posibilidad de que las autoridades se decidan por la importación de un millón de toneladas de soya para abastecer al mercado ecuatoriano para la formulación y elaboración de balanceados.