Según Luis Miguel Gómez Osorio de Huvepharma, en los cerdos un tracto gastrointestinal sano es posible cuando se produce una efectiva digestión y absorción de alimento en ausencia de enfermedades intestinales generando una microbiota estable y normal, un sistema inmune efectivo, un estatus de bienestar y una menor susceptibilidad a la infección por bacterias, parásitos o virus en cada etapa de la vida.
El sistema inmune intestinal es bastante diferente al sistema inmune sistémico. Los retos son diferentes y el grado de exigencia es mayor. El intestinal debe tolerar la microbiota benéfica, atacar a los patógenos y responder a los alergenos o en algunos casos factores anti-nutricionales (ANF) y tener células y órganos del sistema inmune que estén listos a establecer una respuesta.
Las estrategias nutricionales de alimentación para mantener la salud intestinal pueden agrupar por diferentes categorías tales como proteínas y aminoácidos (AA), lípidos, carbohidratos, vitaminas, minerales y aditivos, beneficiando no solo el intestino sino órganos como el hígado, cerebro, entre otros.
Las dietas altas en proteína han mostrado que incrementan la permeabilidad intestinal, la producción de citoquinas proinflamatorias, alteración de la microbiota e incremento en la incidencia de diarreas post destete.
La vitamina D es clave en la absorción de calcio y en el mantenimiento de la salud intestinal. Es un potente antiinflamatoria y se ha visto que la suplementación de metabolitos como la 25(OH)D3, mejora la respuesta inmune de tipo celular en lechones.
Algunas enzimas y probióticos han mostrado también beneficios por la capacidad de generar prebióticos como manano oligosacáridos y xilooligosacáridos y moléculas modularas postbióticas, respectivamente.
Los aceites esenciales se pueden definir como líquidos aceitosos, volátiles y aromáticos extraídos de material de plantas (semillas, flores, hojas, tronco, frutas, raíces, etc.) con efectos antimicrobianos, antiinflamatorios, antioxidantes, y angiogénicos. Se clasifican en terpenos (timol y carvacrol) y fenilpropenos (cinamaldehido y eugenol).